Comenzaré el año refiriéndome a dos casos de robos en Navidad, de esos aparatitos que todos andamos en nuestras manos, algunos muy caros y sofisticados, son nuestros compañeros inseparables: los celulares. Su fascinación seduce, tanto a sus dueños, como a los amigos de lo ajeno.
El primero: un caso público que trascendió a las noticias porque se trata del robo del celular del joven Eduardo Bolaños, fallecido trágicamente en un accidente el 16 de diciembre, cuando su automóvil fue embestido frontalmente por un busero irresponsable.
Entre los pasajeros del bus, presentado por la Policía como Damián Sebastián Hernández, de 29 años, quien en lugar de auxiliar a Bolaños tuvo tiempo para robarle su celular Samsung. El autor fue capturado el pasado 24 de diciembre en su casa en Diriamba por la Policía Nacional, en coordinación con la expareja del joven fallecido Nadia Bucholovav y sus familiares.
Nadia publicó en las redes sociales la denuncia de la pérdida del celular, en cuya memoria Bolaños guardaba “recuerdos familiares invaluables”, y prometió que si quien tomó el celular de su exnovio se lo devolvía, no interpondría denuncia, ofreciendo una recompensa.
Como Hernández no lo hizo, fue acusado formalmente y pasó preso esta Navidad. El trabajador de la Zona Franca seguramente perderá su trabajo y enfrenta un juicio por robo agravado porque tomó el celular de una persona fallecida, aprovechando las trágicas circunstancias que rodeaban el caso.
No sabemos cómo la Policía localizó con precisión el celular de Bolaños, pero sí sabemos cómo esclareció en 24 horas el 24 otro caso de robo de un iPhone 5 de un buen amigo que relato cronológicamente a continuación.
8:30 a.m. del 23, el amigo a quien llamaremos “Mario” asiste a una reunión de contratistas de un moderno edificio vertical que se construye en la zona céntrica de Managua. Como la reunión no comenzaba, marca su lugar con su casco y dentro deja el celular en vibrador, las llaves del vehículo y sale con su cámara por unos 3 minutos a tomar fotos del edificio. Mete la cámara en su estuche y la guarda dentro del casco mientras transcurre la reunión.
9:50 a.m. Lo llaman de la oficina a través del celular de su jefe de instaladores porque no logran contactarlo en su celular. ¡Había sido robado! Busca infructuosamente su celular en la sala de conferencias. Lo buscan por todo el edificio pero no aparece.
11:40 a.m. De pronto, Mario recuerda que hay una forma de encontrar su celular que le enseñó su nieta: usando su iPad. Se va a su casa y a eso de las 12:30 p.m. enciende el iPad, busca el programa “encontrar mi iPhone” y en pocos segundos, el GPS del iPad localiza el iPhone en el área de la obra y Mario pone un mensaje de recompensa remoto directo al iPhone.
Desde ese momento y durante las siguientes horas, el iPhone “va dejando una rastro” de coordenadas cuando es encendido. Mario se da cuenta que incluso ha estado en las cercanías de tiendas donde se reparan celulares. Un iPad y otro iPhone de su hijo andan atentos a la señal del iPhone robado, hasta que la señal se acerca a su vehículo en la Suburbana y casualmente se estaciona muy cerca. Son las 8:00 p.m., Mario se baja, toma una foto del vehículo, de la placa y se retira.
7:00 a.m. del 24. La señal salta y aparece en el edificio en construcción. El jefe de instaladores de Mario va en su moto y constata que allí está el carro con la placa de la foto. Piden asistencia a un policía de Tránsito, quien efectivamente llama a una patrulla, que llega pronto con 3 agentes en un vehículo civil.
8:30 a.m. Llama una persona interesada en la recompensa. Mario solicita asistencia a un policía de Tránsito quien llama a una patrulla que llega con tres agentes, elaboran un plan y el lugar del encuentro. Cuando llega un joven con el celular es capturado por la Policía. 8:45 a.m. capturan en la construcción al dueño del vehículo que presuntamente había robado el celular. Van al Distrito 1 de la Policía con los dos capturados, pero Mario por ser 24 de diciembre, desiste de la acusación, ante el justificado enojo de la comisionada de la Policía.
El autor es periodista y exministro de Turismo
