La era trumpetiana
“Si quieres realmente conocer la actitud de un hombre fíjate bien cómo trata a su mujer”…
Las redes sociales han puesto al presidente Donald Trump como un hombre machista.
Algunos esperarán cien días para evaluar su comportamiento y dirección de su gobierno, el que hasta ahora es impredecible con muchos cambios políticos internos, nacionalista radical y no muy intervencionista en la política externa, con tal de prevalecer como hacen todos los políticos al llegar al poder.
Donald Trump será un personaje muy mencionado el resto del año y comparto la opinión de muchos analistas políticos quienes piensan que es una nueva era llena de sorpresas e incertidumbres emocionales del señor presidente.
Como me dijo un político conocido: “No todo en política es color de rosa”. Pues yo espero que no se le ponga al señor presidente Trump color de hormiga brava, ya que el pasado 21 de enero hubo en Washington DC una manifestación de mujeres exigiendo sus derechos.
Pero a todo esto, ¿qué relación tiene con Nicaragua? Sencillo. La Carta Democrática en su efecto es para conservar el desarrollo social, político y económico de los pueblos de América y obligar a cumplirle sus gobiernos. Así dice en el Artículo 1: Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas.
Recientemente la Organización de Estados Americanos (OEA) le dio al Gobierno de Nicaragua un plazo de tres años para corregir todas las irregularidades y violaciones a los derechos humanos. Dejan impunes todos los fraudes y violaciones desde 2008 y 2016 que diferentes organizaciones han venido denunciando y quedan desprotegida y muy débiles las elecciones municipales del 2017, con un simple “acompañamiento”.
Todo esto es gracias a la nueva era trumpetiana y no intervencionista en las acciones de la política externa de los Estados Unidos con los pueblos de América.
Creo que no mucho podemos esperar de las medidas a acatar del Gobierno nicaragüense a partir de aquí y ahora. El mensaje es directo a todos los pueblos por parte de la OEA. Nadie les va a venir a resolver sus problemas internos y es necesario que se levanten y cada quién se haga responsable de su libertad individual, para mantener la sostenibilidad y desarrollo de sus países.
Vanessa Huerta.
Embarazos en adolescentes
Estamos viviendo tiempos de evolución, estamos cambiando en donde nuestro país está amenazado en un juego del hombre por el hombre a ganar, donde se roba la inocencia de los niños y se omite hablar del tema, en donde la mujer por ser mujer está propensa a morir, en donde no hay respeto a los animales y hay que matarlos.
Este es el momento de poder escribir el sufrimiento de Nicaragua, y la situación que se vive día a día, el coraje de cómo un problema social se puede convertir en tan grave crimen contra la humanidad, contra la ley de Dios, la muerte de recién nacidos desmembrados, desechados a la basura, un acto vil, cruel lejos de Dios. ¿Pero qué tan impactante puede llegar a ser para los nicaragüenses?
A nuestros dirigentes, nuestra vicepresidenta por ejemplo, como mujer, como madre, creo que le ha llegado el momento de tratar este temas como embarazos en adolescentes, pero estoy convencida que para ella no ha de ser catalogado como un problema social, lo olvidaremos pronto al igual que los femicidios y dejará de ser importante como para tomarlo en cuenta.
Es lamentable pensar cómo estas mujeres experimenten tan difícil situación como para arrebatarle la vida a un alma inocente, un ser limpio que no pidió nacer y fue condenado a sufrir de esa manera.
Hemos entrado en un período de tiempo distinto, donde se marca una trascendencia a nivel mundial, la tecnología, de las redes sociales y el modernismo. Y nuestro pueblo siendo víctima de todo lo negativo que esto puede conllevar, dándonos a conocer a través de videos que de manera perversa se vuelven virales, videos que carecen de respeto, de escrúpulos, de consideración.
¿Será que nos vemos desesperados y solo queremos llamar la atención?
Somos nicaragüenses, el mundo tiene que conocernos por todo lo positivo que caracteriza nuestra sociedad, no necesitamos denigrarnos para acaparar atención.
Necesitamos un cambio drástico, nuestra mente, nuestros dirigentes, necesitamos dirigir nuestro pensar en otra dirección, amor al prójimo, valores morales, amor a los animales, tolerancia pero sobre todo amor a nosotros mismos.
Nicaragua, te destruimos poco a poco y estamos sufriendo por ello. Me pregunto: ¿hasta cuándo?
Perla Marina Orozco.
Trump y Nicaragua
Parecería que no tienen nada en común. En Nicaragua, uno de los países más pobres y corruptos de América el pasado 10 de enero asumió la Presidencia el mismo dictador gracias a un nuevo y brutal fraude electoral, ya suma 37 años gobernando de forma ilegal e inconstitucional, enriqueciéndose públicamente sin que ninguna institución nacional o internacional lo controle.
El pasado 20 de enero, en los Estados Unidos (EE. UU.), la nación más poderosa y próspera del planeta, después de unas elecciones libres y transparentes asumió la Presidencia por vez primera Donald Trump, nombró sus asesores y ministros, pero estos no pueden asumir mientras no pasen por una minuciosa revisión de un comité especializado del Senado y si no lo ratifican no es ministro, aunque se moleste Trump. El dictador de Nicaragua nombra al que le es más fiel aunque esté señalado de hacer muchas fechorías que avergüenzan a su mismo partido.
El papa Francisco señala el daño que causan las ideologías; los políticos piensan por el pueblo, no dejan pensar al pueblo. Los pobres de nuestros pobres pueblos leemos al poeta universal Rubén Darío cuando nos anima: “¡Si pequeña es la patria, ¡uno grande la sueña!” Si no intentamos realizar nuestros sueños, es como si no hubiéramos vivido. Dios los cría y el diablo los junta, hay un abismo de diferencia entre Trump y el dictador de Nicaragua, pero la Organización de los Estados Americanos (OEA) un día puede juntarlos. Esta organización ha perdido mucho prestigio desde que Hugo Chávez luchaba por desaparecerla, como no pudo, con el poder de los petrodólares logró que el secretario general Miguel Insulza se pusiera a sus órdenes.
Denis Moncada Colindres en el nuevo canciller que nombró el dictador de Nicaragua, aunque no le gustó a nadie, le exige a Almagro que renuncie porque este se había pronunciado en contra de los fraudes y las farsas electorales en este país. Almagro sabe que su organización con sede en Washington existe porque los EE. UU. financian el mayor porcentaje de su mantenimiento, pero los que mandan son los trasnochados del socialismo del siglo XXI, si no miremos el ejemplo de Venezuela y Nicaragua; dos países ricos que los han empobrecido los nuevos millonarios que ahora están ilegalmente en el poder y ningún país de América se ha pronunciado en contra de estos delincuentes.
Moncada y Almagro firmaron un documento que dice: borrón y cuenta nueva a los fraudes, lo robado, robado está, las violaciones a los derechos humanos pueden continuar porque la OEA no ha visto ninguna y le dan tres años de gracia, oxígeno y nueva vida al dictador para que siga haciendo su antojo y barbarie en contra de los nicaragüenses, y se hace divertido el eslogan de Almagro: “Si algunos se cansan de luchar, la OEA continuará sin tregua. Si se callan la OEA alzara aún más su voz”.
El mundo debe saber lo que pasa en Nicaragua. Tenemos un dictador populista de izquierda. Llegó a la Casa Blanca un presidente populista de derecha, los paralelos llega un momento en que se juntan. La carta aval de la OEA es para que EE. UU. no aplique el “Nica Act” y los organismos financieros internacionales suelten centenares de millones de dólares para agrandar el botín de los gobernantes, un pequeño porcentaje de ese préstamo o donación va a proyectos sociales y aun allí hay altos funcionarios que se roban proyectos enteros, cuando son denunciados con suficientes pruebas el dictador los manda de embajadores mientras olvidamos sus fechorías y se limpia su imagen. Seguiremos pacientemente esperando que nuestro Dios inspire a un líder de los países libres y democráticos, para que por lo menos denuncie nuestro sufrimiento.
Leopoldo Villalta López.