Pareciera que cada vez se estrechan más las conexiones de tolerancia y afabilidad entre la diáspora de la humanidad, en este nuestro planeta Tierra. La coexistencia en sí se torna cada vez más áspera y más ruda. Cerrando así los espacios a la fraternidad humana global.
Podemos decir que la multiculturalidad existe como válvula de escape, en la búsqueda de posibles soluciones factibles socioeconómicas y políticas por diferentes grupos.
Por otro lado en este ir y venir de intercambios de ambientes se pudiese alterar parte de las tradiciones y costumbres de nuestros pueblos. ¿Qué hacer para lograr un balance para que una nación no se aísle de la globalización? Cómo lograr que en su esencia siempre fluya su idiosincrasia y valores de país.
“La multiculturalidad es esa coexistencia de muchas culturas en un mismo espacio, nación o región. El multiculturalismo es una ideología que propicia la coexistencia, la aceptación de inmigrantes en diversos países, que busca organizarse con una política de coexistencia, la convivencia pacífica más o menos de todos”. García Canclini.
Solamente estemos atentos a las noticias y veremos por doquier cómo la intolerancia a la diversidad se ha intensificado. En una de las tantas tumultuosas avenidas de la nación del norte, vemos cómo muchos transeúntes aceleran su paso para no ser interceptados por los nuevos “policías de inmigración”. Hasta el punto inclusive de temer a su propia sombra.
Las ciudades santuarios (para proteger a los inmigrantes) cada vez son menos y lo más peligroso es la relación que hace la administración Trump, entre ser inmigrante y ser un delincuente o un terrorista.
El estereotipo que se ha creado a la diversidad es peyorativo.
La intolerancia a la coexistencia inclusive va más allá de la nacionalidad. Muchas veces es por el idioma, por creencias religiosas e inclusive orientación sexual.
La multiculturalidad no tiene fronteras, no caduca sino veamos la riqueza multicultural que existe en la etimología de los apellidos que se encuentran en determinadas naciones, está ahí y volverá a renacer cada vez más y más. Solo observemos cuando un niño nace fuera de sus raíces y orígenes.
Inclusive si se practicase el ADN en determinadas nacionalidades se resaltarían la fusión de diversas etnias en un mismo individuo.
Recientemente me enviaron el enlace de un video de la exposición magistral de Natalia, una niña indígena mexicana, quien expone elocuentemente a pesar de su corta edad, frente a jueces en un certamen de fotografía en México.
Ella expresa su preocupación por el deterioro de las costumbres y tradiciones mexicanas.
El por qué de los nacionales importan extensivamente la influencia extranjera: comidas, música, entretenimiento, ropa, entre otras.
En esta magistral lectura, inspirada desde su conciencia mexicana, usando la poderosa herramienta de la oratoria, invita a sus paisanos mexicanos a reestructurar las bases socio-económicos-políticos y culturales de la nación Azteca.
Agregó: “Volvamos a nuestros valores nacionales y costumbres”. https://www.youtube.com/watch?v=mVROiY4-v44&sns=em
¿Se podría lograr crear ese cimiento enaltecedor socioeconómico y político en el propio país de nacimiento de cada cual? Y así evitar la fuga del capital humano y la negligencia a su coexistencia en la multiculturalidad.
Las respuestas a esas preguntas deben ser el trabajo intrínseco de la sociedad y sus entidades públicas. Fundidas y enfocadas en alcanzar la integridad y desarrollo. Las cuales debiesen ser parte de todos: unos para otros y todos para unos.
Pero bueno esto no termina ahí, el fundamentalísimo y nacionalismo frenético e intransigente se ha convertido viral en otras naciones del mundo. Amenazando así la coexistencia solidaria y la paz mundial.
Cabe bien recordar que esta gran nación del norte tiene sus bases de prosperidad en su historia multicultural.
La cual ha aportado efusivamente al desarrollo de Estados Unidos. Donde sus costumbres e inclusive parte de su idiosincrasia se han entrelazado en una gama y matices de nacionalidades.
Desafortunadamente la intolerancia encontró cabida en muchas mentes de por acá.
Hasta el punto que muchos extranjeros se sienten intimidados por hablar su lengua materna.
El escenario no es nada alentador, por el contrario cada vez hay más falta de coexistencia, que a pasos galopantes teje la falta de sensatez y sensibilidad mundial entre las diferentes nacionalidades.
Oh majestuosa hermandad / todo este mal sueño /parece ineludible una pesadilla real.
La autora es escritora y consultora.