La Arquidiócesis de Managua ya inició su preparación al II sínodo Arquidiocesano que comprende del 2017 al 2019, el cuál recogerá los nuevos desafíos y lineamientos de su labor pastoral.
“Un sínodo diocesano es la reunión, la asamblea de sacerdotes, laicos y consagrados que el obispo invita para escuchar su parecer sobre diversos temas de interés en la vida y de la marcha pastoral de una diócesis”, expresó monseñor Boanerges Carballo, vicario de pastoral de la Arquidiócesis de Managua.
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El II sínodo de la Arquidiócesis fue convocado por el cardenal, Leopoldo Brenes Solórzano, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
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¿Por qué un sínodo?
“Un sínodo tiene varias finalidades: prestar la ayuda al obispo en su ejercicio de dirección pastoral de la diócesis, segundo, reforzar y manifestar la comunión que es lo propio de la Iglesia, por tanto el sínodo ayuda a edificarla y a manifestarla a través de este trabajo del camino sinodal, tercero, tiene como objetivo configurar la fisonomía pastoral y mostrar el rostro de una Iglesia viva, dinámica, misionera y cercana”, expresó Carballo.