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La necesaria participación de la juventud

En la juventud se encuentran las mayores y más legítimas opciones sobre nuestro país. Ella es depositaria de una ética olvidada, y basada en valores de fraternidad y solidaridad

La situación que vive y padece Nicaragua exige la participación de todos en la construcción de un proyecto de país que integre las perspectivas de los diferentes sectores de la sociedad, y de manera particular, que incorpore en el debate de las ideas y formulación de propuestas, los puntos de vista de la juventud nicaragüense.

La juventud es el futuro de toda sociedad, pero también el presente desde donde se construye el porvenir, por ello, la opinión y acción de los jóvenes y las jóvenes es imprescindible en todo proceso histórico, social y cultural.

Las múltiples valoraciones, económicas, sociales, políticas, culturales y también intergeneracionales, son absolutamente necesarias para formar una comunidad humana, no homogénea ni uniforme, pero estable y coherente como consecuencia de la unidad en la diversidad.

Una juventud participativa que debata sus puntos de vista, que coincida y discrepe, es un valor fundamental en la vida de toda sociedad. Una juventud que no esté dedicada solamente a la tecnología, sin desconocer la enorme importancia que esta tiene, ni mucho menos manipulada por los intereses del poder, es condición fundamental para la construcción de un país estable, creativo y coherente.

Parte de la juventud ha perdido la fe en los valores generalmente aceptados en la cultura, la política, las instituciones, y en los dirigentes en los distintos campos de la acción política y social. Esta falta de credibilidad es, en buena parte, responsabilidad de las anteriores generaciones, que no hemos sabido construir un mundo mejor, ni contribuido a esclarecer el futuro y a fortalecer la esperanza en el mañana.

Pero también esa crisis es consecuencia de factores mucho más complejos que han conducido a una serie de cambios en los que han desaparecido, o van desapareciendo, las referencias habituales que permitían identificar esa geografía cultural, moral y material de la cual de alguna manera, todos formamos parte.

El vacío que hoy se percibe se debe, en buena medida, a que la mayoría de las generaciones sobrevivimos en un mundo que está cambiando y del que, consciente o inconscientemente, formamos parte.

La perspectiva de la juventud es diferente. Su realidad no es oscilar en el vértice entre lo que todavía no ha dejado de ser totalmente y lo que aún no es a plenitud. Su actitud ante el mundo y la vida se caracteriza más por la búsqueda afanosa de la tierra firme del presente que por la ilusión del futuro y la nostalgia de un pasado que no siente le pertenezca.

Esto es importante que lo comprendamos todos, los mayores y los jóvenes, porque conociendo las diferencias de visión y percepción del mundo y del tiempo, podremos entendernos mejor y abrir un diálogo sincero que nos enriquezca recíprocamente.

No obstante las consideraciones hechas, ellas no liberan a los jóvenes de la responsabilidad histórica que les corresponde hoy y sobre la cual serán interrogados mañana por otra juventud que les preguntará y exigirá respuestas que tendrán que dar, así como nosotros intentamos hoy dar las nuestras.

Cada generación tiene una responsabilidad histórica que no debe eludir.
La juventud actual tiene el compromiso de contribuir a forjar los valores de la sociedad que les tocará habitar en la plenitud de su vida, y la juventud nicaragüense tiene el deber de reconstruir la nación que determinadas actitudes han contribuido a deteriorar con una constancia digna de mejor causa.

No se puede cambiar el pasado pero sí se puede tratar de construir el futuro, y como el mañana se construye o se destruye hoy, es este el momento para tomar conciencia de la necesidad de corregir la ruta y reorientar el rumbo.
Los jóvenes envejecen, pero la juventud permanece y esa permanencia es la que hace posible el futuro que debe ser reinventado en cada generación. Esa es la esperanza y ese el desafío.

Hay un relevo generacional y esto debería interesarnos sobremanera, si es que tenemos en cuenta que esta juventud trae consigo, aunque no lo exprese tal vez explícitamente, su propia visión de Nicaragua, del mundo y de la vida. Y si aceptamos de alguna manera que el futuro inmediato en nuestro país está determinado por los valores que son esenciales a esta generación de jóvenes nicaragüenses, debería ser evidente la necesidad de fortalecer y profundizar un diálogo sincero y fraterno, para conocer su pensamiento y para integrar su visión sobre Nicaragua y su futuro con nuestra propia perspectiva y acción.

Creo que los jóvenes tienen mucho que decir, y me refiero no únicamente a los jóvenes orgánicamente integrados a juventudes de partidos políticos, sino también a esa inmensa mayoría que no lo está y que piensa, siente y tiene, aunque a veces silenciosamente, una opinión y un punto de vista sobre Nicaragua, sus problemas y sus posibilidades.

En la juventud se encuentran las mayores y más legítimas opciones sobre nuestro país. Ella es depositaria de una ética olvidada, y basada en valores de fraternidad y solidaridad.

La juventud de una nación, más que la edad histórica o la composición de la pirámide poblacional, la determina la vitalidad de sus sueños, la fuerza de su esperanza y la fe en el presente y en el futuro.

En Nicaragua hace falta más presencia de la juventud como fuerza vital y corriente histórica. Son los jóvenes los que tienen más posibilidades de salvar los obstáculos que han resultado inconmensurables para generaciones pasadas. Son los jóvenes los que están en mejor posición para hacer posible el entendimiento impedido por pasiones y ambiciones políticas y económicas.

La juventud no solo es una etapa biológica de la vida, sino además el momento en que la generosidad, la fraternidad y la solidaridad son más importantes y se sobreponen a la situación que surge cuando los ideales son sustituidos por los intereses.

Por todo ello es necesario un diálogo amplio y sostenido con la juventud nicaragüense. Un diálogo que no presuponga intereses ocultos o visibles, ni la búsqueda de ventajas y dividendos políticos, sino, abrir un camino por el que discurran las ideas de los jóvenes y las de las generaciones anteriores sobre problemas de la vida nacional.

Interesa que todos dialoguemos sobre los problemas de la juventud y del país, lo que exige, sin abandonar aquellos específicos a su edad y circunstancia, que el diálogo no quede circunscrito a estos temas por importantes que sean. No se trata de que las anteriores generaciones, asumiendo una actitud paternalista, ofrezcamos a los jóvenes la solución a sus problemas, sino de abordar conjuntamente temas de interés común que conciernen al país entero, y de integrar perspectivas múltiples que enriquecen una visión de la realidad nicaragüense.

El autor es jurista y filósofo nicaragüense.

Columna del día juventud Nicaragua

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COMENTARIOS

  1. Carlos M Alvarado
    Hace 7 años

    Este cínico Serrano quiere a la juventud pero no a la Sandinistas, pues son buenos si odian a Ortega y quieren destruir todos los logros del pueblo…la ironía es que la mayoría del pueblo y la Juventud respaldan el Sandinismo y a Ortega y por lo tanto Serranito no los quiere.

  2. maestro rural
    Hace 7 años

    Muy linda su exposicion sobre el papel de la juventud, lamentablemente Usted, el Dr. Tunnerman, el Dr Sergio Ramirez y otros intelectuales se plegaron al Frente Sandinista. Ninguno fue capaz de visualizar desde los cargos relevantes que ostentaban en la nomenclatura del Gobierno Sandinista que estaban castrando el pensamiento critico entre los jovenes que serian su relevo generacional que se formaron con las consignas y slogan de esa epoca. Para que la autocritica, la critica y los debates de ideas si se fomento la sumision y obediencia a los lideres y los manuales del frente Sandinista. Seguir consignas y no preguntar y mucho menos debatir pues eso era considerado “Diversionismo ideologico” ser Contra revolucionario etc creando el terror lo cual hizo que una mayoria de profesores Universitarios y Profesionales emigraran a otros paises. El Frente Sandinista desarticulo los Sindicatos independientes y persiguieron y desprestigiaron a sus dirigentes y Usted que es una eminencia en Derecho laboral no abrio la boca, entonces Usted es complice de todo eso y no se este lamentando ahora de la inercia de los jovenes de esta genercion. No se lamente por lo que no hizo cuando pudo haberlo hecho, Usted contribuyo a la creacion de este monstruo, asi que no se lamente ahora por lo que esta pasando ahora.

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