El nuncio apostólico, monseñor Fortunatus Nwachukwu, se despidió de los nicaragüenses con la celebración de una misa en la Catedral Metropolitana, en la cual agradeció a las personas e instituciones que lo acogieron a lo largo de su trabajo en el país.
Mencionó de forma especial a los obispos, al Gobierno, instancias del Estado y al sector privado. Nwachukwu es originario de Nigeria y llegó a Nicaragua en 2012.
A un día de retirarse de Nicaragua, dijo a medios oficialistas que en el país hay desarrollo y “avances claros a nivel de infraestructura”.
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Salida afectará a Ortega
Para el sociólogo Oscar René Vargas, la salida de Nwachukwu “implica un cambio en la política del Vaticano en correlación con el Gobierno, el nuncio que venga no va a ser igual”.
Vargas agregó que con el cambio se le va a complicar un poco la situación al gobierno de Ortega, pues ya no tendrá quien haga un trabajo a su favor dentro de la Conferencia Episcopal.
El crítico del Gobierno refirió también que, a la vez, los obispos más independientes van a tener una política de mayor concordancia con los problemas que afectan a la ciudadanía.