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Los cuerpos de los jóvenes fueron encontrados el 19 de enero en el apartamento donde vivían. LA PRENSA/Archivo

Condenan a pena máxima al asesino de cinco universitarios en Costa Rica

Gerardo Alonso Ríos Mairena asesinó en enero de 2017 a cinco jóvenes, incluido un nicaragüense, que vivían en la misma casa que él.

El Tribunal Penal de Liberia, Costa Rica, condenó este martes a 216 años de prisión a Gerardo Alonso Ríos Mairena, el albañil costarricense enjuiciado por el asesinato de cinco estudiantes universitarios, incluido un nicaragüense, ocurrido en 2017 en un apartamento ubicado en esa misma ciudad.

La condena coincide con los 35 años solicitados por la Fiscalía en contra de Ríos por cada uno de los cinco homicidios, más 35 años por una tentativa de homicidio y seis más por abuso sexual. Sin embargo El Tribunal explicó que la aplicación de la sentencia no excederá los 50 años de prisión, de acuerdo con el código penal.

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Según la fiscal, Aymee Caravaca, el acusado actuó con alevosía, con total desprecio de la vida y aprovechando que las víctimas dormían en tres cuartos de la casa donde él también habitaba.

Las víctimas

Las víctimas mortales fueron: Joseph Briones Solís, de 22 años; Dayana Vanessa Martínez Romero, de 24 años; Ingrid Masiel Méndez Serrano, de 24 años; Stephanie Hernández García, de 25 años; y el nicaragüense Ariel Antonio Vargas Condega, de 24 años. Además, sobrevivió una menor de edad que en ese momento tenía 14 años. El hecho ocurrió la madrugada del 19 de enero de 2017.

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El Tribunal también condenó a Ríos al pago de 20 millones de colones (unos 40 mil dólares) por daños morales y los costos procesales por el juicio ocasionados a la nicaragüense Francisca Mayela Condega García, madre de la Ariel Antonio Vargas. El Tribunal prorrogó en seis meses más la prisión preventiva contra el condenado, mientras la sentencia queda en firme.

Abogado lo considera inocente

La defensa de Ríos, José Francisco Herrera, emocionalmente afectado y con los ojos llorosos, dijo respetar la sentencia del Tribunal pero que no la comparte, porque cree que su defendido es inocente.

“Los que el tribunal acepta como acreditado son hechos muy graves (…). Estoy dolido porque a nadie le gusta perder y hoy he perdido, pero esta es una batalla de tres rounds y este es el primero, nos quedan dos recursos: el de apelación y de casación”, dijo Herrera a Radio La Pampa, de Liberia.

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El abogado insiste en la contaminación inicial de la prueba que generó la acusación, porque vecinos entraron a la escena del crimen antes que las autoridades, alarmados por mensajes de whatsapp recibidos por una de las víctimas como súplicas de ayuda.

Además, porque uno de los vecinos que ingresó al lugar, usó los celulares de las víctimas para llamar a uno de sus padres e informar sobre la tragedia, indicó el abogado.

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“Si la prueba principal está totalmente contaminada, el resto tiene que estar contaminado. Yo sigo pensando que él es inocente de esos hechos. Me duele mucho porque le tengo gran afecto a don Alonso Ríos, hoy me han golpeado fuertemente, a mí no me gusta perder. Necesito tener el documento integral para ver en que se basa la sentencia”, añadió el abogado.

Tatuaje y denuncia anónima lo delató

La menor sobreviviente reconoció el tatuaje en la espalda de una letra china del hechor; además, el Tribunal mencionó que un desconocido llegó a la casa del sacerdote de Liberia, a quien entregó una fotografía del entonces sospechoso y carta señalando que el responsable vivía a la par del apartamento. Eso se convirtió en una pista de investigación para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

El rastreo de llamadas solicitados por el OIJ a la empresa estatal de telefonía, ubicaron a Ríos en el lugar de los hechos, entre las 2:10 y 2:49 de la madrugada cuando ocurrió la tragedia. Él hizo varias llamadas desde el mismo lugar, posterior a los hechos.

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Otros indicios recolectados por el OIJ durante el allanamiento en la vivienda del sospechoso fue el cuchillo, una pantaloneta y unos zapatos, todos con rastros de sangre; además de una huella dactilar suya también con sangre encontrada en una pared del cuarto donde cometió el ataque.

Condenado insulta a fiscales

Al abandonar la sala de juicio, luego de escuchar la sentencia, el acusado insultó a las fiscales Aymee Caravaca y Ligia Lacayo, responsables de elaborar la acusación.

Caravaca mencionó que no tienen ninguna reacción, ya que sabe que hicieron su trabajo con el fin de “obtener justicia para las familias de cada una de las víctimas”. “Se hizo justicia, eso es lo más importante”, añadió.

Por su parte, Guillermo Hernández, tío de una de las víctimas, dijo que por una parte se “siente satisfecho, porque ya se salió de todo esto, pero un poco triste porque nuestros jóvenes ya no están y dejaron un vacío que no se puede llenar. Es algo que no se lo deseo a nadie”.

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