Cuatro jóvenes fueron asesinados a balazos, la noche del martes, cuando disfrutaban de una fiesta en una casa en San José, Costa Rica, un hecho que las autoridades creen que puede estar ligado a un ajuste de cuentas por narcotráfico. Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), de las cuatro víctimas, al menos uno era nicaragüense.
El director del OIJ, Wálter Espinoza, explicó que los homicidios fueron reportados a las 9:41 de la noche del martes en San Jerónimo de Desamparados, un lugar conocido por la disputa de territorio entre bandas para la venta de drogas en San José.
No obstante, el OIJ aún no vincula estos homicidios a ninguna de las bandas conocidas que operan en San José y su periferia. “Lo que tenemos (de manera preliminar) es lo que se trabajó en la escena, que es la ubicación de dos cuerpos sobre un colchón que estaba en la sala de un apartamento, y la ubicación de dos cuerpos adicionales que estaban sobre el piso en el sector norte del apartamento”, declaró Espinoza. “Los cuatro cuerpos presentan múltiples impactos de bala, sobre todo en tórax, abdomen y cabeza”, añadió.
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El OIJ identificó a tres de los cuatro fallecidos: el nicaragüense Juan Luis Méndez Baldizó, de 27 años; Edgardo Rodríguez Campos, de 25 años, y Elías Flores Umaña, de 26 años, ambos costarricenses. Todos tenían antecedentes penales por tráfico de drogas.
Posible robo de drogas
“La hipótesis preliminar señala que hay un tema de drogas que subyace detrás del homicidio, por haber localizado sustancias para procesar droga, cocaína y por sus antecedentes de tráfico de drogas”, explicó Espinoza.
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“Hay posibilidad de que hubo un robo de drogas. Encontramos bicarbonato de sodio que se mezcla con sustancias prohibidas para producir crack y no encontramos sustancia con la que iban mesclar. Significa que alguien se la llevó, por lo que probablemente en el sitio hubo droga, pero además encontramos clorhidrato cocaína”, añadió.
La Policía Judicial halló además navajas para picar crack y 20 pajillas con cocaína, lista para la venta. El OIJ mantiene presencia con 20 investigadores en el sitio, para recabar pruebas varias, incluida la testimonial.
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Según Espinoza, el OIJ rastreará el sitio con perros en busca de huellas dactilares, sangre y otros fluidos biológicos. “El hecho tiene su complejidad porque no hay testigos, el acceso del sitio es cerrado, no hubo forjadura, entraron con llave o consentidos por alguna personas que tenían posibilidad de acceso al sitio. Los vecinos escucharon detonaciones e hicieron el reporte al servicio 911”, dijo.