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Cartas al Director

Cartas al Director

Es lamentable la escasa concurrencia de fanáticos del beisbol al estadio Denis Martínez, aun cuando este deporte siempre ha sido el preferido por los nicaragüenses.

Sobre “La estirpe de los Ortega Saavedra”
Reciban mis saludos y mi reconocimiento por el destacado reportaje, relajante y ameno, que LA PRENSA en su revista Domingo, publicó el 4 del presente mes sobre los orígenes de mi familia Ortega-Saavedra. Deseo contribuir a dicho reportaje puntualizando lo siguiente:

1- En referencia a señalamientos que el reportaje recoge de gente anónima poniendo en dudas sin ninguna prueba, la honradez de mi abuelo don Marco Antonio Ortega, este lunes 5 de febrero de 2018 el reconocido político, doctor Noel Vidaurre, en el programa matutino Jaime Arellano en la Nación, dijo que el nieto del señor Agustín Chamorro, Jean Pierre, a quien esos anónimos mencionan en supuestos manejos patrimoniales indebidos con mi abuelo, le comunicó que tal cosa es falsa, y que iba a enviar al Diario LA PRENSA una nota aclaratoria al respecto.

2- En mi libro La Epopeya de la Insurrección abordo resumidamente acerca del papel de mis ancestros. Marco Antonio Ortega, mi abuelo, hace contribuciones a la educación y a la cultura, y siendo director del Instituto Nacional de Oriente tuvo como alumno a Anastasio Somoza García.

Desde la década 1920, aporta a la política a través de su accionar en el Partido Conservador, impulsando una facción independiente, que incorpore a “la masa compacta del pueblo, el artesano, el trabajador, el labriego, no son hoy elemento inconsciente que acepta sin discusión las decisiones de la minoría…”.

Mi abuelo aboga, durante la intervención yanqui, que el joven Somoza García sea nombrado para jefe del ejército en el marco del espíritu unitario entre liberales y conservadores para afianzar la paz. En 1934, este vínculo le permitió interceder por su hijo Daniel Simeón Ortega Cerda, encarcelado, para que no fuera fusilado por la GN en Wiwilí, a raíz del asesinato del general Augusto César Sandino.

Un año después, el 21 de febrero de 1935, mi padre fue encarcelado nuevamente por órdenes del general Camilo González en La Pólvora, Granada, y por castigo debe leer el libro que sobre Sandino Somoza ha escrito, para quedar en libertad. Luego, Somoza García entrevista a mi padre, comprueba que había leído el libro, le entrega un sobre, y se marcha; libre mi padre, al abrirlo encuentra dinero, y se lo envió de regreso. Somoza le contestó con un telegrama diciendo: “Entonces comé mierda”.

3- Mi madre, Lydia Saavedra Rivas, nace en 1908, estudia en la Escuela Normal de Señoritas, y la insigne educadora, doña Josefa Chepita Toledo de Aguerri es su maestra. Doña Rosaura Suárez, su amiga de infancia en su Diario íntimo, escrito desde 1924 relata: “Como a las diez de la noche estábamos en casa de Lydia, cuando se presentó un grupo de soldados y se la llevaron presa sin dar ninguna razón, en el Campo de Marte la sometieron a terribles interrogatorios a los que no supo contestar nada”. Al respecto de este episodio escribe mi padre: “Se descifraron claves y fracasó el trabajo servil de los orejas, porque las peligrosas cartas eran solo un romance”. Mi madre fue la primera mujer mecanógrafa de Juigalpa. En marzo de 1941, contrae matrimonio con don Daniel, y en 1945 sufren la muerte de sus hijos de 3 y 2 años, Germania y Sigfrido.

4- En la década de 1960, don Daniel ideó una Cartilla de Alfabetización con el novedoso método radiofónico de apoyarse en los números de los calendarios, para señalar la letra correspondiente en el abecedario, que transmitía Radio Mundial, pero fue suspendido por la dictadura; seguidamente con el pianista Rodolfo Arana Sándigo, compuso, en lugar del “Happy Birthday”, el Cumpleaños Feliz nicaragüense, que por un tiempo se escuchó en esa radio y que expresa: “Tu Cumpleaños este día, que no se lo lleve el viento, Dios te dé en todo momento: salud, plata y alegría”.

5- Nuestros padres sufren siempre: mi hermano Daniel padece prisiones y torturas desde 1960, y cuatro veces más hasta 1965 incluyendo en Guatemala, y en 1967 la última vez inicia siete años de prisión. Por mi parte, en 1966 soy capturado, y en 1967 de nuevo por los sucesos sangrientos del 22 de enero, y comparto celda con el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. En 1969 en San José, Costa Rica, soy prisionero con el Danto Germán Pomares pero nos escapamos; y en diciembre soy gravemente herido en el asalto de Alajuela, y capturado junto a Carlos Fonseca. En febrero 1978 en la sublevación de Monimbó, muere Camilo Ortega, mi padre ya había fallecido en 1975.

6- De la poesía de mi padre, destacan la parodia Lucha triunfal campesina, Resignación cristiana, Con la mano derecha, que me dedica con motivo de mis lesiones de bala, El toro y yo, Navidades de injusta prisión, para mi hermano Daniel y Domingo de Ramos.
Son de destacar sus cartas a monseñor Obando y Bravo, y a través de él a su santidad el papa Paulo VI y al demócrata Edward Kennedy, en procura de la libertad de los prisioneros.
Escribió un himno y un símbolo de paz que en partes reza: “…la cruz blanca del trabajo honrado y el sacrificio de la justicia mutua, nos dará el pan de cada día lleno de amor y paz”. Y, que la consigna debe ser “Patria libre y vivir”.

General Humberto Ortega, miembro de la Academia de Historia y Geografía de Nicaragua.

La estirpe de los Ortega
En el artículo “La Estirpe de los Ortega” publicado en LA PRENSA este pasado domingo 4 de febrero, se menciona el nombre de mi abuelo Agustín Chamorro (Downing su segundo apellido) en referencia al hecho de que el señor Marco Antonio Ortega, abuelo del presidente Daniel Ortega y de la familia Ortega Saavedra, fue empleado de mi abuelo en la Granada de la época. Al respecto tengo a bien hacer las siguiente aclaraciones:

En efecto el señor Marco Antonio Ortega fue empleado de mi abuelo, Agustín Chamorro. Este hecho ya lo conocía yo pues me lo había contado mi padre, Alejandro Chamorro Benard. Recuerdo que me dijo que fue un buen empleado, honorable y nunca mencionó ningún problema con él. Esto mismo lo corroboré de nuevo con mi madre, quien aun vive, después de la publicación del articulo el domingo.

Es falso lo que indica el artículo, que mi abuelo traspasó propiedades con fines turbios al señor Marco Antonio Ortega y es también falso que el señor Marco Antonio Ortega le robó o se quedó con propiedades o de alguna manera cometió un acto ilícito contra mi abuelo.

Amablemente hago las anteriores aclaraciones por lo siguiente:
A) Aclarar un hecho del cual tengo conocimiento que afecta el honor de una persona y en este caso también ya difunta, que se publica como verdadero pero es totalmente falso.
B) Por la precisión histórica que nuestra patria y futuros compatriotas merecen.
Gracias por atender esta comunicación y por seguir los procesos aclaratorios respecto al tema que LA PRENSA tiene establecidos.
Jean-Pierre Chamorro Flores,

Pocos fanáticos asisten al Estadio
Es lamentable la escasa concurrencia de fanáticos del beisbol al estadio Denis Martínez, aun cuando este deporte siempre ha sido el preferido por los nicaragüenses.

Todo parece indicar que la hora de inicio de los partidos, a las 6:30 p.m. con duración promedio de tres horas cuando no hay atraso o empate, obliga a los asistentes a tener dificultades al finalizar el juego al no encontrar transporte colectivo fluido para regresar a sus casas y el costo del taxi es muy elevado. La mayoría de los que asisten a los juegos de beisbol son usuarios de buses.

También a los clientes potenciales o fanáticos de ciudades vecinas: Ciudad Sandino, Tipitapa, Mateare, Masaya, etc., se les hace más difícil este horario nocturno. Lo cual se puede apreciar en las transmisiones de TV.

Sería apropiado probar un horario de los juegos más temprano. Por ejemplo a las 11:00 de la mañana en los fines de semana, lo cual permitiría reducir el consumo de energía eléctrica que requiere la iluminación nocturna de los juegos.
La elevada construcción del estadio y su alto costo de mantenimiento exigen mayor capacidad administrativa y mercadeo para atraer más clientela beisbolera, de manera que por otra parte disfrute de estas instalaciones el mayor número de fanáticos.

Eddy Betanco Berríos.

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