El techo y los baños son un problema. “Si se fija, allá no se soporta el hedor”, apuntó la señora Yadira Carrillo, al momento que llegó a retirar a sus tres niños a la Escuela Isabel Lizano, en Chinandega.
En horas de la mañana los maestros se percataron de una corriente de aguas negras procedente de los baños tras la rotura de la tubería. Varios padres de familia solicitaron el cambio del zinc con huecos en algunas de las aulas, para evitar el ingreso de la lluvia.
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Desde el Ministerio de Educación (Mined) se hizo el llamado a la delegación de la Empresa Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) a las 2:20 de la tarde para que se dirigieran a reparar la fuga.
En el agua pestilente, los niños saltaban para cruzarlo, otros resbalaban y ahí caían sus bolsos y útiles. La corriente de agua sucia pasaba por el área de Educación Física y los niños tuvieron que hacer sus ejercicios en esas condiciones.
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La acera del centro escolar es un desastre también, la tapa de una caja de registro se observa levantada en medio del agua que fluye a la cuneta.
Claudia Chavarría, acompañaba la mañana del jueves a una familiar y en el sector se tardó varios minutos para circular por la acera averiada.
“Esto es un peligro para los niños y los adultos cuando salen de sus clases porque se pueden caer”, dijo Chavarría. Ella hizo el llamado a reparar pronto los daños en la zona.
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Ni las autoridades del centro escolar ni las del Mined quisieron dar su punto de vista sobre los problemas planteados por los padres de familia.
437 estudiantes en horario matutino y vespertino es el registro de la Escuela Isabel Lizano, ubicada en el barrio San Antonio, el centro de la ciudad de Chinandega.