¡Todos de pie que lanza Julio Juárez! El Estadio Nacional Dennis Martínez se cubrió de sepia. Se retrocedió el tiempo y los más de 12,000 asistentes miraban fijamente la pantalla del nuevo coloso. La imagen del héroe de 1972 en la tercera victoria de la historia en un Mundial sobre un conjunto cubano se proyectaba. Ese último out y Juárez siendo elevado sobre los brazos de sus compañeros. El público ovacionaba, seguía esa emoción como si se hubiera abierto un portal hacia el pasado. Juárez estaba allí con su gorra levantada, ya veterano, pero orgulloso, encogido por el paso de los años, pero con su mirada llena de ilusión, vivía el momento como si fuera ayer.
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“Me llena mucho de emoción recordar ese 3 de diciembre. Durante mucho tiempo Cuba siempre me sacaba a palo limpio, pero llegó mi día. De lo que más recuerdo fue una ovación estruendosa”, indicó Juárez emocionado, pero a la misma vez muy sincero. “Desde la inauguración del estadio esperé que me invitaran y ahora me tomaron por sorpresa”, concluyó.
Gran ambiente
Desde las 4:00 de la tarde ya había público en las butacas esperando el juego. Se sintió un gran ambiente, los aficionados no solo llegaban en familia, sino que muchos de ellos lucían camisas alusivas a la Selección de Nicaragua. Rápidamente la gente se conectó con las mascotas de la Serie Internacional, Chiricito y Pelotín causaron revuelo entre episodios.
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Las diferentes dinámicas y los cánticos de los aficionados hicieron de este primer desafío una fiesta nacional. A pesar que todo empezó frío debido a que Wilton López fue atacado en el primer lanzamiento por un doble de Roel Santos y luego recibió dos anotaciones, el encargado de regresarle la ilusión a las gargantas de las personas fue Norlando Valle. El leonés empujó la primera carrera, y posteriormente con el imparable de Ofilio Castro que colocó el desafío 4-2, provocó el mayor delirio entre los fanáticos. Seguramente hasta Julio Juárez lo gritó, él estaba de pie.