Cuando el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, fichó a Mbappé y Neymar pensó que con el dinero se compraba la felicidad, ya le había quitado al Madrid a la estrella francesa del Mónaco. Pero ayer en París, más allá del gol majestuoso de cabeza de Cristiano Ronaldo y el de aprovechamiento de una falla en el segundo tanto para Casemiro, los tres mosqueteros que revolucionaron el Parque de los Príncipes, sumando los fichajes juntos ni siquiera llegan a los 40 millones: Asensio, Lucas Vázquez y Kovacic.
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El Real Madrid avanzó por octava temporada seguida a los cuartos de final de la Champions League. El PSG de Unai Emery demostró ser un equipo inmaduro, incapaz de escupir en el círculo de los grandes de Europa. A pesar de la posesión de la pelota en el primer tiempo de los franceses, los blancos fueron quienes tuvieron las jugadas de mayor peligro. Corriendo el minuto 17, Asensio por la derecha envió veneno puro en un centro hacia Sergio Ramos. El capitán dentro del perímetro de lo acontecimientos disparó a la posición del arquero Areola, quien detuvo la primera llegada de mayor peligrosidad.
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Antes de la finalización del primer tiempo, Marcelo jugando todavía sin estar en su mejor forma, fijó la mirada en Benzema completamente desmarcado. El galo empezó la carrera hasta estar cara a cara con lo que ha sido su pesadilla: el gol. Su disparo fue desviado por Areola. El Parque de los Príncipes parecía caerse minutos después tras un trazo magistral de Dani Alves a Mbappé (42’), el joven pecó de glotón. No miró a Cavani, solo, adelantado a su marca que bien pudo empujar el esférico, pero la promesa ofensiva quería protagonismo y Navas paró su disparo.
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A partir del segundo tiempo el Madrid se transformó en esa boa voraz en Europa. Asensio comenzó la jugada, bailó a Alves y filtró un pase entre las piernas, levantándole la falda al brasileño para Lucas Vázquez que nunca perdió de vista a Cristiano, vencedor de la marca sobre Yuri. El portugués se elevó a la altura de la Torre Eiffel y batió las redes de Areola. Era el minuto 51 y la sentencia estaba firmada. Al 65’ Verratti perdió la cabeza, fue expulsado y terminó en colocarle la tapa al ataúd del PSG.
Kovacic había sostenido el mediocampo y recuperado muchos balones. Asensio reventó un disparo en el poste, al igual que Vázquez posteriormente. Todo era del Madrid hasta el aire que se respiraba. El PSG descontó a través de Cavani (71’) y Casemiro colocó el 2-1 al 80’, aprovechando un error en despegue de Rabiot. El campeón de Europa se tomó París, ni los ultras ni las bengalas asustaron al rey de la Champions. El Madrid ha resucitado, ¿habrá quién lo detenga? El dinero no.