Cada año se pierden entre 72 mil y 75 mil hectáreas de bosque a causa de la deforestación en Nicaragua. Esto provoca que no se realicen tres de los roles fundamentales que tienen los bosques.
Uno de ellos es la infiltración del agua al manto freático o manto acuífero. Sin embargo, al no haber bosques, el agua no se infiltra y esta es devuelta al océano a través de los cauces naturales.
“Por eso es que con una simple lluvia de una hora o dos horas el impacto es severo en muchas cuencas o microcuencas y no debería ocurrirnos eso”, señala Denis Meléndez, facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo (MNGR).
Lea también: Deforestación es el principal problema ambiental en Nicaragua
Asimismo, señala Meléndez que la poca o nula existencia de árboles provoca que desaparezca la diversidad biológica, ya sea animal o vegetal, que vivía allí.
Por otro lado, el suelo fértil también resulta afectado por la falta de árboles, pues al no haber cobertura boscosa las corrientes fuertes arrastran parte del suelo apto para los cultivos.
Además: Frontera agrícola se come los bosques en Nicaragua
Según se debatió en un foro del Global Landscapes Forum, la más grande plataforma científica a nivel mundial sobre el uso sostenible de la tierra, los bosques cumplen un rol fundamental en la producción de la lluvia, pues parte del agua que es absorbida por los árboles se evapora y después regresa al medioambiente en forma de lluvia. A este proceso se conoce como reciclaje de precipitaciones.