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Treinta aniversario de la paz de Sapoá

Este es el segundo período más extenso de paz en nuestra historia, superado únicamente por los 36 años a fines del siglo XIX, bajo gobiernos sucesivos del Partido Conservador

El 23 de marzo de 1988 se firmó el Acuerdo de Paz de Sapoá entre la Resistencia Nicaragüense (RN) y el Gobierno sandinista. A partir de ese día se detuvo la guerra entre hermanos y desde entonces el país está en paz. La Resistencia Nicaragüense (RN) logró la libertad de los presos políticos, el restablecimiento de la libertad de expresión y el compromiso de elecciones libres y justas en las que podrían participar los rebeldes.

La RN mantuvo a los Comandos de la Libertad armados, como garantía de cumplimiento.

Menos de dos años después, la Unión Nacional Opositora (UNO) ganaría las elecciones con Violeta de Chamorro y obtendría mayoría en la Asamblea Nacional y en las alcaldías. Una vez gobernando la UNO, se procedió al desarme de la RN y a la reducción drástica del Ejército Sandinista, consolidando la Paz Nacional. Sin el Acuerdo de Paz de Sapoá, no se habrían efectuado elecciones libres y justas en febrero de 1990.

Este es el segundo período más extenso de paz en nuestra historia, superado únicamente por los 36 años a fines del siglo XIX, bajo gobiernos sucesivos del Partido Conservador, después de derrotar al filibustero William Walker.

El Acuerdo de Paz de Sapoá, además de ser muy significativo por su permanencia, es producto no de una victoria militar de una de las partes, sino del acuerdo consciente entre nicaragüenses enfrentados, que decidimos detener la muerte de miles de jóvenes y la destrucción del país, llenos de amor a nuestra patria y de espíritu de Unidad Nacional.

Tres directores de la RN condujimos las negociaciones de Sapoá y firmamos el Acuerdo de Paz con la delegación del gobierno encabezada por el general Humberto Ortega. Adolfo Calero y Arístides Sánchez ya fallecidos y Alfredo César. La firma del Acuerdo de Sapoá es el acto político que más me honra junto con mi familia.

La mayoría de los votantes actuales han crecido en paz y no conocen las causas de la guerra civil de los 80 ni cómo se logró su fin. Es de suma importancia que todos los nicaragüenses sepan que lo que llevó a pacificar el país fueron las elecciones libres y justas.

Treinta años después, la falta de elecciones libres y justas ha ocasionado un nuevo conflicto, afortunadamente no armado, que involucra otra vez a la comunidad internacional, nuevamente preocupada por la situación en Nicaragua.

De nuevo está en manos de los nicaragüenses resolver el conflicto y evitar más sanciones económicas que no deseamos para el país, pero cada mes que se atrasan las indispensables reformas al sistema electoral con la facilitación de la OEA, crece la incertidumbre nacional e internacional, lo que inevitablemente conducirá al deterioro económico y social.

Las autoridades que gobiernan pueden enfrentar la situación actual de dos maneras:

1. Retrasar las reformas electorales, con la esperanza que el sector privado mantenga el nivel de inversión nacional y extranjera, se elijan gobiernos de izquierda en Latinoamérica que acepten la falta de elecciones libres y justas y se debilite el actual gobierno norteamericano en las elecciones legislativas de noviembre de 2018.

2. Efectuar las reformas electorales, con la certeza que se le va a ahorrar desgaste económico y social al país y se va a consolidar la estabilidad que se necesita para impulsar el crecimiento de nuestra economía y la convivencia pacífica de todos los nicaragüenses.

Si fue posible resolver hace treinta años las grandes diferencias entre nosotros, a pesar de haber sangre de por medio, podemos resolver las diferencias actuales, sin romper la paz alcanzada en Sapoá y sin dañar nuestra economía. Para eso debemos asegurarnos que el amor por Nicaragua y el espíritu de unidad nacional nos llene a todos de nuevo.

El conflicto se resolverá otra vez con elecciones libres y justas, al igual que hace tres décadas. Espero que la responsabilidad que se reflejó en el Acuerdo de Paz de Sapoá brille otra vez y se logre la solución al menor costo económico y social posible.

El autor fue firmante de la Paz de Sapoá por la Resistencia Nicaragüense (RN). Es presidente del Partido Conservador (PC) y diputado en la Asamblea Nacional.

Columna del día acuerdo aniversario paz Sapoá

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