Ronaldo se cansó simplemente de hacer goles y quiso ir más allá de las leyes de la gravedad. Las fronteras para Cristiano no tienen límites, para él volar es vivir. Este martes en Turín pintó su Picasso de chilena, como la describiría Eduardo Galeano en Futbol a sol y sombra: “Con el cuerpo en el aire, de espaldas al suelo, las piernas disparaban la pelota hacia atrás, en un repentino vaivén de hojas de tijeras”. Ronaldo exhibió su acrobacia ante los aficionados que se pusieron en pie para aplaudir la obra maestra del portugués. Era el segundo gol de la noche, la cual terminó con el Madrid a un pie de las semifinales y a la Juventus con el cuerpo en la tumba.
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Ganar 3-0 para el Real Madrid en la casa de la Juventus significa relajarse y tomar el siguiente encuentro de trámite en el Santiago Bernabéu. No obstante, si alguien fue capaz de hacer un alto y robarle tantos elogios posibles a Messi es Ronaldo. Y es que parecía que el mundo se detenía, tres defensores despistados olvidaron a la bestia. Centró Carvajal desde la derecha y Cristiano apareció de forma fugaz, como un meteoro para sepultar al conjunto italiano. Zidane, autor de uno de los más grandes goles en Champions, no supo cómo reaccionar, se agarró la cabeza con las manos y dijo: “Madre mía”.
Pegan primero
Zidane apostó de inicio de juego a Isco, no a Asensio ni tampoco a Bale, pero el malagueño respondió. Incidente en todo momento, desequilibrante constantemente fue el hombre que se abrió espacio por la derecha a tan solo tres minutos de haber comenzado el desafío para brindarle un pase al héroe letal, al rey de la Champions. Benzema hizo lo suyo tapando a Chiellini y Ronaldo quedó solo ante el rayo de Isco. El luso metió el pie, ese que lo ha consagrado como uno de los mejores goleadores de la historia, Buffón solamente se estiraba por habitualidad. 1-0 ganaba el Madrid y el camino complicado para la Juventus se ponía del tamaño de una montaña.
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Tras el gol, la Juventus trató de reaccionar, y al minuto 22 Higuaín pudo igualar las acciones, pero Keylor Navas apareció desviando esa pelota a quemarropa. El Madrid ripostó con un disparo al travesaño de Kroos. En ese primer tiempo surgieron dos jugadas polémicas, una mano de Casemiro y un codazo de Asamoah a Carvajal.
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En la segunda parte el Madrid provocó la caída de la Juventus en casa. Al 63 cayó la joya de Ronaldo, y dos minutos más tarde Dybala perdió la cabeza y le puso los tacos a Carvajal en la cintura: tarjeta roja. Si la Juventus estaba sin cerebro por la baja de Pjanic tampoco tenía piernas sin Dybala. Finalmente al 71’, Marcelo se fabricó su propio gol. Primero desbordó, luego se acompañó con Isco que le devolvió el balón. Marcelo siguió y miró a Cristiano que sin egoísmo le regresó el esférico y ¡Zaz! 3-0. La goleada bien pudo convertirse en humillación, pero ni Cristiano ni Kovacic concretaron.