Las políticas migratorias del Gobierno de Estados Unidos provocarán en Centroamérica cambios en diversas áreas como su economía, demografía y mercados laborales, concluyó este lunes un análisis realizado por el Programa Estado de la Nación, que sugiere a la región convertir las adversidades en un campo de oportunidades.
Según el mismo, en Estados Unidos las medidas migratorias actuales están mucho más estrictas y “el escenario socioeconómico es incierto para gran parte de estos migrantes, así como para las economías que dependen de las remesas que ellos envían”.
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El programa Estado de la Nación, una iniciativa del Consejo Nacional de Rectores de las universidades públicas de Costa Rica, indica que el endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos provocará “efectos negativos considerables” en la economía de Centroamérica, especialmente en El Salvador, Honduras, Guatemala y Nicaragua.
El problema es que estos países recibieron más ingresos por remesas que por inversión extranjera directa (IED), según los datos del 2016, con especial relevancia en El Salvador, donde las remesas fueron 11 veces mayores a la IED.
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Citando cifras del Banco Central de cada país, las remesas en Guatemala fueron 6.2 veces la IED, en Honduras 3.8 y en Nicaragua 1.4.
El gobierno de Donald Trump decidió poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) a aproximadamente 195,000 salvadoreños y 2,500 nicaragüenses. Asimismo, alrededor de 57,000 hondureños podrían perder esta condición en un futuro próximo.
Sumado a lo anterior el Partido Republicano negocia medidas migratorias más estrictas que incluso podrían llegar a la construcción del muro fronterizo o la eliminación de la protección especial con que cuentan los migrantes jóvenes.
Pero no todo es negativo
Los distintos cambios y restricciones que ha generado la administración Trump “puede implicar una serie de oportunidades para la región, aquellas personas que sean retornadas a sus países poseen probablemente educación formal y experiencias laborales distintas a las que tenían cuando dejaron sus países de origen”, recoge el análisis.
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Agrega, además, que el conocimiento y experiencia pueden resultar valiosos para fortalecer la calidad y pertinencia de la formación ofrecida por los institutos de enseñanza técnica y profesional e impulsar la transformación productiva y los emprendimientos locales hacia actividades de mayor valor agregado.