El mundo al revés. Los no favoritos golpean a los grandes. Ayer la Roma movió la montaña en ruinas del Barcelona para concretar la gesta y este miércoles la Juventus tenía contra la pared al Real Madrid, pero no hubo caos, solo un poco de sufrimiento. Con el marcador 0-3 el conjunto blanco no se desesperó, no cayó en el caos, no se desorientó, sino todo lo contrario, aprovechó la cobardía de la Juventus, de estar en una montaña rusa de ida y vuelta en el primer tiempo, lo cual no tenía opción pero dio resultado, a volcarse en la defensa con el juego empatado. No podés dejar que un conjunto matador sostenga el balón con llegadas vibrantes y esperar revivir por una contra sorpresiva.
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Al final, Cristiano Ronaldo marcó el único gol del Madrid de penalti en una jugada polémica de Benatia sobre Lucas Vázquez. El defensor colocó la mano sobre la espalda del atacante y su pierna izquierda la enganchó en modo de tijera para cortarle la posición de disparo. Era penalti y Cristiano no perdonó el arco desmembrado de la Juventus con la expulsión de Buffon por las groserías gritadas al árbitro.
La Juventus silenció tan temprano el Bernabéu que saltó el síndrome del Barcelona. Parecía una situación imposible, pensar que se repetiría la historia. Los milagros no se reparten como las promesas, ocurren de tanto en tanto y otro al día siguiente invitaría a un descontrol de la realidad. Mandzukic el minuto dos empezó la operación remontada. Un balón perdido entre Marcelo y Casemiro el cual Costa abrió para Khedira que colocó un pase magistral al croata. La continuó Mandzukic al 37, pero anteriormente Higuaín había tenido un chance. Sin embargo, a diferencia del Barcelona el Madrid mostraba aliento, al 11 Chiellini salvó en un robo sorpresivo contra Isco, al 13 Kroos y Ronaldo se combinaron para enviar otra señal.
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Con todo y el final del primer tiempo reflejado en un 2-0, el Madrid no estaba al borde de la tumba, tampoco estaba el olor a muerto. Zidane aprendió de los errores de Valverde y en el principio de la segunda mitad metió a Lucas Vázquez y a Asensio. Cambió la cara del Madrid, la Juventus estaba replegada en su área, la pelota estaba alejada de Keylor Navas, no obstante, al 60 un centro sin peligro de Douglas Costa no logró sostener el tico y Matuidi con fortuna se la arrebató y marcó el tercero.
No se vino a bajo el Madrid. Se sostuvo como hace un campeón de Europa. Acosó constantemente la cabaña de Buffon, el gol era cuestión de tiempo. La Juventus prefería aguantar que arriesgar hasta que Vázquez fue derribado por Benatia y el camino a las semifinales se vistió de blanco.