La medida gubernamental de aumentar la cuota de los trabajadores al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) fue calificada de “crueldad”, “saña contra los jubilados”, “capitalismo salvaje”, por los críticos y opositores al gobierno de Daniel Ortega.
El exdiplomático José Dávila dijo que esta medida es una “bofetada” para los asegurados y una de las tantas imposiciones que convierte al gobierno de Ortega en una dictadura.
“Dictadura pura y dura. Sin debate nacional, sin tomar en cuenta propuestas serias, sin dialogar con especialistas o afectados. El régimen dictó unilateral y autoritariamente las medidas que según ellos sacarán a flote al INSS que ellos tienen al borde de la quiebra por su despilfarro, corrupción e ineficiencia”, dijo Dávila.
Lea además: INSS ordena aumentar aporte de trabajadores y reactiva deducción del 5% a pensionados
Dávila consideró que las medidas “son contra la gran mayoría que ha sostenido al INSS y gravan con un 5 por ciento las pensiones de los jubilados, sin siquiera definir porcentajes de acuerdo a los montos”.
Lea también: Rosario Murillo ordena a sandinistas hacer caminatas a favor de reforma INSS
El partido opositor Ciudadanos por la Libertad (CxL) expresó en un comunicado que las reformas se ensañan con los jubilados”.
Sindicalistas reaccionan
Para el veterano sindicalista de la Confederación General de Trabajadores independientes (CGT-i), Nilo Salazar, el Gobierno debió iniciar por revisar el gasto administrativo del INSS.
Le puede interesar: Gobierno acusa de chantaje a Cosep y rompe modelo de consenso en reforma al INSS
Salazar mencionó que otro problema administrativo que afecta las finanzas del INSS es el personal supernumerario en esa institución.
La profesora Lesbia Rodríguez, de la Unidad Sindical Magisterial, calificó de “insólita” la disposición gubernamental.
Abuso con los más humildes
La enlace de la Coordinadora Civil, Luisa Molina, dijo que el gobierno de Ortega se graduó en materia de “capitalismo salvaje”, pero además criticó el uso de personas humildes para que respalden al Gobierno en las rotondas, en alusión a la orientación de la primera dama y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, de hacer caminatas y piquetes en respaldo a la decisión el Gobierno.
“Es un oportunismo político que da vergüenza. Se aprovechan de las personas más humildes, las sacan y le pagan 100 córdobas y en este país donde no hay empleo, pues la gente va”, dijo Molina.