En horas de la noche de este sábado salió de Managua la delegación de mil campesinos que se trasladaron a la capital para marchar en la peregrinación convocada por la Conferencia Episcopal. Francisca Ramírez, líder campesina, dijo que lo mejor era regresar a sus comunidades para ir a trabajar sus tierras, pero que se iban a reunir para volver a manifestarse.
“Vamos a tratar de duplicar el número de campesinos que venimos hoy (sábado) para hacer presión cada día. No nos desanimemos. Si hay alguna donación, hay que guardarla, porque nosotros, pronto, nos vamos a poner de acuerdo otra vez si no hay una solución inmediata de la paz de Nicaragua”, dijo Ramírez.
Antes de ingresar a Managua, los campesinos llevaban siete días consecutivos sosteniendo tranques y plantones en Nueva Guinea (Caribe Sur) y El Tule (Río San Juan). Venían de comunidades lejanas, donde tuvieron que recorrer caminos en pésimas condiciones y trasladarse en bestia o a pie durante kilómetros.
Los campesinos dijeron sentirse cansados porque todos esos días estuvieron refugiándose en iglesias locales y comunidades aledañas. Este sábado fue la primera vez, desde que inició su lucha por la derogación de la Ley 840, que no fueron reprimidos por la Policía y recibieron una calurosa bienvenida de los capitalinos, quienes salieron a saludarlos en su recorrido.
Francisca Ramírez aseguró que no olvidan todas la represión que ha empleado el Gobierno para impedir sus manifestaciones y que si lo pudieron hacer esta vez fue gracias a los jóvenes y estudiantes universitarios.