Hoy, a mediodía, se cumple el plazo de 72 horas que dieron los miembros de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) al presidente designado, Daniel Ortega, para entablar un diálogo nacional que resuelva la crisis social que el domingo cumplió 26 días.
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, dijo que la CEN sesionará este lunes en la mañana para analizar los acontecimientos de los últimos días.
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Los obispos de la CEN enviaron el viernes una carta a Ortega donde le exponen que el primer requerimiento para el diálogo es “permitir en el menor tiempo posible el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”.
La segunda condición es “suprimir los cuerpos paramilitares, fuerzas de choque que intimidan, coaccionan y agreden a los ciudadanos, así como no usar a la Policía Nacional para ningún tipo de acción represiva”.
Voluntad
El tercer requerimiento es detener de inmediato y de modo absoluto todo tipo de represión frente a grupos civiles que protestan pacíficamente y, por último, dar signos de voluntad de diálogo.
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Sin embargo, durante corrió el plazo hubo represión a las protestas civiles en diferentes departamentos. En Masaya, los enfrentamientos entre civiles y paramilitares armados apoyados por la Policía Nacional dejaron un muerto y decenas de heridos.
Desde el pasado 18 de abril que inició la represión gubernamental contra la protesta de los estudiantes universitarios, han sido asesinadas 47 personas, según la verificación de LA PRENSA, pero las organizaciones de derechos humanos reportan más de sesenta muertos.
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Los representantes de la sociedad civil en el diálogo nacional con el Gobierno, Azahalea Solís y Ernesto Medina, mantenían hasta ayer la posición de que el diálogo sigue siendo la única salida civilizada a la crisis social.
Diálogo para sacar a Ortega del poder
Solís consideró que la represión de las fuerzas de choque de los últimos días responde a una estrategia gubernamental de llevar la crisis al extremo, para que la gente tenga temor de seguir saliendo a manifestarse.
“Está claro que ellos lo que quieren es llegar mañana lunes (hoy) con el pueblo doblegado, sometido al chantaje y al baño de sangre, para estar en mejor posición. Ellos no quieren sentarse y quieren que nosotros lleguemos con desventaja y ellos (el Gobierno) llegar en una posición de superioridad frente a nosotros, pero la respuesta que ha dado hoy el pueblo de Nicaragua indica que el pueblo quiere una salida pacífica”, manifestó Solís.
“Pensaron que la gente se iba a asustar”
“Ellos pensaban que la represión iba a desmovilizar. Ellos pensaban que la gente iba a tener miedo y se iba a ir a su casa, y la respuesta ha sido lo contrario: el pueblo de Masaya no se desmovilizó, sino que se multiplicó la movilización”, expresó Solís.
Solís dejó claro que el diálogo con Ortega es para definir su salida del poder.
Ernesto Medina, rector de la Universidad Americana (UAM), dijo que “al diálogo hay que darle hasta el último momento, porque cualquier otra alternativa sería costosa y dolorosa para Nicaragua”.
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“Lo más sensato es esperar que se cumpla el plazo, aunque todos estamos claros que las señales que se han dado a partir de que los obispos dieron esa declaración, ha sido sumamente negativa”, dijo Medina, en alusión a recrudecimiento de la represión de las fuerzas paramilitares.
Medina opinó que la continuidad de la represión a la protesta civil es un claro mensaje de que “no hay voluntad de dialogar por parte del Gobierno”.
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“Están buscando cualquier pretexto para que la sociedad civil diga ‘no queremos diálogo’, y echarle la culpa a los sectores de la sociedad de que no queremos diálogo o crear una situación en la que el diálogo sea imposible”, agregó Medina.
Medina: “Que no siga con ese lenguaje vacío”
Medina llamó al Gobierno a decir lo que verdaderamente quiere. “Ya es hora de que este Gobierno hable con la verdad. Que no siga con ese lenguaje vacío, meloso, hueco. Si no quieren diálogo que lo digan y que digan cuál es la alternativa. Y si quieren seguir desbaratando el país y provocando más muertos, que lo diga y nosotros vamos a ver qué posición tomamos, pero no pueden seguir pretendiendo engañar, dando largas y provocando esta situación terrible como lo que hubo en Masaya”, agregó Medina.
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El Gobierno excluyó a Medina de la mesa de diálogo en la propuesta de participantes que envió a la CEN, pero los representantes de la sociedad civil manifestaron que Ortega no puede decidir con quien va a dialogar.
El domingo la Academia Nicaragüense de Ciencias Jurídicas se unió a la Academia de Ciencias de Nicaragua, para pedir la renuncia del Gobierno “por haber demostrado su incapacidad para gobernar”. Piden que la CEN y la mesa de diálogo “trabajen en conjunto para crear condiciones para una transición pronta”.