Nicaragua siempre primero
Los gobernantes deben recordar la sabiduría y sentir de los pueblos, estos no reaccionan de inmediato pero, cuando lo hacen: aplastan al opresor. La historia está llena de esta expresión: los zares de Rusia, reyes de Francia Luis XIV y María Antonieta, los Ceacescu de Rumania, Gadafi de Libia, etc. Eliminados y ajusticiados, por la furia del pueblo, sus palacios tomados en forma violenta.
La pregunta necesaria: ¿será que no aprenden de la historia? Aparentemente, no.
Por eso la realización del diálogo podría salvar este proceso que no es deseado, pero como dije antes, el pueblo en su furia justificada lo lleva a cabo irremediablemente.
Estamos cansados de tanta demagogia, de la lucha de clases, del Socialismo del Siglo XXI, del espectro político, de lo que el pueblo desea y las políticas públicas, ya no podemos vivir con la idea que oponerse a las injusticias y al abuso de poder es ser oligarca, yanqui. La aurora dijo basta e irguiose la frente del grande Caupolicán, hoy del pueblo nicaragüense (rememorando a Darío).
Cambios fundamentales que deben darse con el diálogo:
a) El cese inmediato a la violencia. Solo así podremos, dar muestras del pacifismo real y con valores.
b). Que la CIDH, al país haga una investigación a fondo en la cual el pueblo y familiares de las víctimas sean en justicia representados.
c) Separación inmediata de sus cargos de los altos mandos de la Policía Nacional, no solo de la jefa, Aminta Granera, y comisionados.
d) Disolución inmediata por la Asamblea, de la “comisión de la verdad” burdamente creada.
e) El cese inmediato de transmisión de comunicación oficialista del Gobierno que deslegitime las demandas democráticas del pueblo.
Porque incentivan a la violencia y el ataque entre hermanos nicaragüenses. Hay esperanzas para nuestro pueblo, los jóvenes y la población ha demostrado disposición a luchar. La oportunidad con el diálogo, está ahí, la cuestión es si este gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo son capaces de tomarla. El propósito de la concertación a este diálogo es facilitar un camino legal para la transición, más genocidio. Una democratización con justicia restableciendo el Estado de Derecho; es lo que anhela el pueblo de Nicaragua.
Finalizo con un sentimiento cristiano, al cual creo que nos estamos apegando todo el pueblo, Salmo 5 que a la letra dice: “Nada de sincero hay en su boca, su corazón tramando está maldades; su garganta es un sepulcro abierto, mientras adulan con labios melosos.
Castígalos, oh Dios, como merecen, de modo que fracasen sus proyectos”.
Dios salve a nuestra patria de la maldad e injusticia y trunque los pensamientos impíos de sus corazones. Dios bendiga a los estudiantes y al pueblo de Nicaragua.
Alfonso E. Castellón Ayón.
Mensaje al presidente Ortega
Daniel Ortega, recuerde el día en que dio este discurso: “Piensan que estar en el Gobierno les da el derecho de hacer lo que les da la gana, pero para eso están las leyes, para eso está la Constitución y si ellos violan las leyes, como las han estado violando, si ellos violan la Constitución, como la han estado violando, entonces, están delinquiendo y el que delinque se convierte en delincuente y el que se convierte en delincuente se pone fuera de la Ley y el pueblo perfectamente está en su derecho de hacer justicia…”.
Han pasado décadas desde que Ortega dio este discurso ante miles de nicaragüenses. Pero se ha dado en la boca con la misma piedra, ahora Ortega y su cúpula son los responsables del asesinato de 66 hermanos nicaragüenses, por el simple hecho de reclamar justicia ante la violación de las leyes y de la Constitución, a manos de los caprichos de su gobierno en los últimos 12 años.
Al final se convirtió en un delincuente que solo ha caminado por fuera de la Ley a través de todo su mandato, así que ahora, nosotros el pueblo, estamos en todo el derecho de hacer justicia, tal y como Ortega lo remarcó en el eufórico fragmento anteriormente mencionado.
¿Diálogo? Al parecer en su mente retorcida y cínica, Ortega piensa que los asesinados dialogan y que con 66 muertos en su palmarés está en el derecho de exigir un diálogo, cuando en realidad el único diálogo que merece, no es más ni menos, que estar en el banquillo de los acusados y de frente a un juez.
Tacharon de vándalos, minúsculos, escoria, entre otros despectivos despectivos a nuestros mártires, pero le demostramos que los nicaragüenses estamos hechos de amor y valentía por nuestro país, que a pesar de sus balas, su Policía opresora y sus turbas asesinas seguiremos en las calles, porque el pueblo ha despertado y de ahora en adelante no hay marcha atrás hasta verlo fuera del poder y detrás de las rejas.
Ortega recordará el 19 de abril como el día en que dijimos “¡Basta ya!”. En el que el patriotismo, la valentía y el odio hacia Ortega, le ganó a sus discursos vacíos, a sus turbas asesinas, a su Policía opresora, a su enfermizo amor al poder. Sepa que con nosotros no le quedan años, cuidado ni meses, sino unos pocos días.
Presidente Ortega, nosotros (el pueblo) no somos Venezuela, nuestro ejército de combatientes está conformado por héroes como Álvaro Conrado, comandante Caperucita, el pueblo de Monimbó, estudiantes de todas las universidades y miles de nicaragüenses que lo haremos salir del poder; porque en Nicaragua las mujeres paren ciudadanos con valentía y amor por su país, lo cual le gana al poder de sus armas y sus asesinos.
Termino mi mensaje recordándole a Ortega la siguiente frase de Sandino: “Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, no importa, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”. Sépalo, que mientras más nos siga matando, más nicaragüenses se unirán a la lucha. ¡Patria libre!
Jorge Marcelino Cáceres.
Único punto de agenda
Hemos estado a merced de verdaderos asesinos con licencia para matar… y armados. A la vista y paciencia de nuestra Policía. Sinceramente nunca había visto tantos valientes sin armas y tantos cobardes armados.
Ahora ya no hay forma de ocultarlo o negarlo… cada persona con un celular es un reportero.
No se me pueden borrar de la mente las terribles imágenes del niño héroe con el disparo en la garganta agonizando, ante la impotencia de jóvenes voluntarios que trataron de salvarle la vida, mientras los antimotines disparaban a matar a los muchachos, que trataban de defenderse con piedras. ¡Esto no tiene nombre por Dios!
Es increíble cómo los estudiantes han despertado a todo el país y nos dieron un gran ejemplo de valentía y coraje. Sinceramente me siento avergonzada que no hayamos sido sus padres quienes tomáramos la iniciativa. Es por eso que no podemos dejarlos solos, hay que apoyar desde todos los sectores de la sociedad, desde cada puesto de trabajo, sin miedo. La sangre de todos esos colaboradores, estudiantes, periodistas no debe derramarse en vano.
Las multitudinarias marchas en apoyo a esta causa, convocadas por el Cosep (redirigida por los estudiantes hacia la Upoli) y por la Iglesia han puesto de manifiesto el repudio generalizado de la población hacia la pareja gobernante.
Estoy segura que el supuesto diálogo que se pretende hacer, con la Iglesia como mediadora y testigo, no va a dar los frutos que todos esperamos. La Iglesia quiere agotar todas las vías pacíficas; sin embargo, creo que no se puede dialogar con quienes han sido claramente los artífices de la tremenda masacre de estos tristes días.
De manera que a estas alturas el único punto de agenda razonable que considero en el mencionado diálogo es: ¡Que se vayan!
¡Basta ya de tanta insensatez y violencia por parte del Gobierno! Mis respetos para los estudiantes en su justa protesta.
Que Dios y la Virgencita nos amparen.
María Suyapa Tijerino Verdugo.