Por los pasillos del Colegio Salesiano en la ciudad de Masaya, personas con vendas en los ojos, fracturas, yesos, con andarivel, muletas y hasta siendo cargados por sus familiares. Los heridos de la represión a las protestas en Masaya contaron al equipo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) los ataques que sufrieron por los paramilitares de la Juventud Sandinista y antimotines de la Policía.
Uno de ellos, un joven que por razones de seguridad prefirió omitir su nombre y que llegó al colegio siendo cargado entre dos personas, recibió un disparo de bala en la planta del pie mientras resguardaba de los saqueadores el Maxi Palí Las Flores, en Masaya.
“Llegaron los antimotines a agredir a las personas y él fue uno de los afectados. La Policía fue la que disparó. En mi barrio hay niños y la Policía nos tiraba todo tipo de armamento. Los gases lacrimógenos los tiraban adentro de las casas. No es una forma de represión solo para que no haya disturbios, es que nos atacan. Y nosotros no tenemos la capacidad de resistir los ataques de la Policía, porque ellos tiraron a matar”, dijo uno de los ciudadanos que acompañaba al herido.
Otro caso observado por LA PRENSA fue el de un menor de edad que entró en muletas al colegio y que había recibido un impacto de bala en la pierna, confirmaron sus familiares. También llegó otro menor con clavos percutáneos en su brazo derecho debido a las fracturas múltiples sufridas durante la represión de los grupos de choque orteguistas.
Los masayas han resistido la brutal represión y el saqueo de las turbas orteguistas.