¡Qué dramático! En el último suspiro cuando la resignación por otra final pérdida —llevaba ocho—parecía real apareció de la nada Luis Fernando Coronel con un potente disparo desde la frontal del área cambiando la historia del Diriangén. El atacante diriambino sacó un remate imposible para el portero que acabó la sequía de 12 años sin ganar un título este sábado.
Con esa diana las emociones contenidas de Coronel salieron en forma de lágrimas y toda Diriamba la festejó con el alma porque dio el empate 1-1 ante Real Estelí en la Final del Torneo de Clausura permitiéndole al club volver a celebrar un campeonato, tras la victoria 2-1 en el duelo de ida, y de paso la clasificación a la Liga Concacaf volviendo a un torneo de clubes desde 2006.
La última coronación del Diriangén fue precisamente contra el Tren del Norte en la Finalísima 2005-06. A diferencia de aquella ocasión, ahora les tocó celebrar su 26 título nacional fuera de casa en el Estadio Independencia donde Otoniel Olivas se despidió del banquillo, mientras Mauricio Cruz retornó a la gloria por ese disparo inesperado que encendió los corazones diriambinos cuando el equipo había pasado apagado todo el desafío.
Estelí encimado
Los estelianos salieron con una idea clara de juego: tras recuperación, transiciones rápidas buscando por las bandas a Carlos Chavarría y el español Pablo Gállego, los dos jugadores más adelantados en el frente de ataque.
El Diriangén salió cauteloso e inteligente. La tropa de Cruz optó por darle pausa al juego para sacar de ritmo al Estelí y jugar ordenado y acumulando efectivos atrás, para mantener la ventaja y contraatacar con su jugador más adelantados: el tico Andrés Mendoza.
Los norteños encontraron espacios por los costados, provocando alertas defensivas constantes en el área del rival. Las aproximaciones nunca generaron peligro real porque el Diriangén estaba bien parado, al igual que en los tiros libres, la especialidad del mexicano Gregorio Torres.
Ocasiones desperdiciadas
El primer ataque con aroma de gol lo provocó el Diriangén. Una jugada elaborada por la banda derecha terminó en un centro pasado al segundo palo. Ahí llegó el volante Abner Acuña (28′), quien sin marca remató por arriba de la portería.
Un error del portero Henry Maradiaga dejó en bandeja de plata el 1-0 para el Diriangén que no fue aprovechado. Carlos Torres cobró un tiro libre en corto a las manos del guardameta esteliano, quien soltó el esférico inesperadamente. El rechace le cayó a Henry Niño (32′), quien remató con un toque suave y colocado, sin embargo el balón pegó en el paral, salvándose los locales.
Chavarría (44′) respondió con un disparo desviado al finalizar el primer tiempo. Esa fue la mayor intención de gol de los estelianos en jugada elaborada. En la segunda parte, el guion se mantuvo con más ímpetu, reflejado en un gol anulado por fuera de juego en el primer minuto.
Muy cauto
La reacción de los diriambinos llegó por medio de elemento más desequilibrante en la final: Torres. El volante argentino sacó un fuerte remate (60′) que el portero Maradiaga rechazó. Cuando todo estaba calmo cayó el tanto de la euforia.
En un tiro libre de Gregorio Torres, el español Gállego (62’) burló la marca y cabeceó el centro en el punto de penalti. 1-0. El Tren del Norte siguió al frente buscando asegurar la remontada, monopolizó el control del balón, anulando las acciones ofensivas del Diriangén.
Las últimas acciones del encuentro estuvieron llenas de tensión. Goyo Torres (83′) fue expulsado por doble amonestación, pero el Diriangén no se volcó al ataque como se esperaba en una situación de ventaja numérica y con la necesidad de empatar.
Agónico gol
La inesperado llegó al final con el tiempo añadido por finalizar. En un saque de banda al punto de penalti, Niño cabeceó el esférico a la frontal del área y Luis Fernando Coronel sacó un potente remate (90+5) imposible para el portero Maradiaga.
Coronel lloró con el gol. Era su tanto más importante en su corta carrera porque significaba acabar con la sequía de 12 años una deuda que tenían con el club desde el año pasado por el centenario. Camino al circulo central, el uruguayo Richard Rodríguez no pudo con la frustración y agredió a Coronel y el tico Andrés Mendoza. Maradiaga se involucró y aunque no se miró por la televisión que hiciera algo terminó expulsado.
En la reanudación del partido pasaron 20 segundos y el árbitro decretó el final. Los jugadores celebraron conteniendo la emoción por la falta de seguridad. Ya tendrán tiempo para hacerlo como lo demanda su historia, tras 12 años sin un campeonato.