Familiares y amigos enterraron el mediodía de este viernes a César Onil López Vega, de 22 años, Marco Antonio Padilla, de 18 años, dos de los tres jóvenes que fueron fueron asesinados la noche del miércoles cuando un grupo de paramilitares atacó una marcha que se desarrollaba en la ciudad de Chinandega.
La misa a López se llevó a cabo en el templo Guadalupe, donde el párroco Mauro Paniagua dijo en su prédica que hay que “apertrecharse con las armas de la fe, ante la batalla espiritual contra el demonio”. López murió tras recibir dos impactos de bala: uno en el tórax y otro en la frente, aseguró su mamá Azucena Vega, quien además manifestó que su hijo fue arrastrado y golpeado por los paramilitares.
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Los asistentes mostraron su dolor y consternación por el asesinato del joven, perteneciente al Movimiento 19 de Abril. En el trayecto hacia el cementerio hubo morteros y consignas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Mario Escorcia, recordó a López como un chavalo servicial y muy alegre. “Nos duele lo que sucede y ojala esto se calme pronto”, señaló.
López murió tras recibir dos impactos de bala en el tórax y uno en la frente, dijo en ese momento su mamá Azucena Vega, quien además manifestó que su hijo fue arrastrado y golpeado por los paramilitares.
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De igual forma, amigos y familiares de Padilla le rindieron un pequeño homenaje colocando sobre el ataúd sus medallas de patinaje, deporte que practicaba.
Siete personas han muerto en Chinandega a manos de la represión. Desde que iniciaron las protestas en Nicaragua, más de 120 personas han sido asesinadas por el asedio policial y paramilitar en las manifestaciones pacíficas.