En el boxeo suele decirse: “Este es un boxeador más experimentado”. Así se ha comentado en el paralelogramo de las acciones entre el retador a la corona de las 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), Carlos Buitrago, y el campeón Ángel “Tito” Acosta.
En este caso, Chocorroncito ha tenido cuatro peleas titulares y todavía podríamos contar una quinta porque el enfrentamiento ante Julian Yedras se vendió como tal, hasta que Paco Valcárcel se arrepintió y autoritariamente dejó sin título al púgil pinolero.
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Tomando ese argumento coloquial del boxeo y de la vida, ¿Buitrago debe ganar? Hasta el momento se ha comprometido en el adiestramiento, este lunes marcó 110.4 libras durante el primer cara a cara contra el campeón en el gimnasio de Miguel Ángel Cotto en Caguas, Puerto Rico.
No obstante, más que un espaldarazo, tener tantas peleas por título del mundo y no concretarlo es un peso muy grande para cualquier boxeador. Acosta solo necesitó dos chances titulares. Perdió la primera vez contra el japonés Kosei Tanaka y luego se coronó en Nueva York contra Juan Alejo, en la siguiente pelea y por la vía del nocaut.
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Buitrago tiene un compromiso con él mismo y con su familia. A pesar de que ha vivido como campeón sin serlo, está a tiempo de sorprender y lograrlo. En peleas de cetro mundial la experiencia no vale nada, sino el momento, el hambre con la cual se preparó cada pugilista, las ansias con las cuales estudió la estrategia y la bravura con la cual fundió su corazón para no repetir el pasado que le hizo regresar al país cabizbajo y lleno de lamento.
A estas alturas, Buitrago le puede dar sentido a su experiencia, ganando en Puerto Rico con todo y que el reto es del tamaño de una colina.