Sus padres ya habían elegido su nombre. Se llamaría Mirelys Juleisy, pero ahora tienen dudas. Quizás la llamen Victoria. Victoria Abril. Ese nombre se lo sugirieron los autoconvocados que asistieron durante el parto a Ana Mojica, que la noche de este miércoles no logró llegar al hospital y parió a su hija en un puesto médico en el tranque del colegio San José en Jinotepe.
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Mojica, de 29 años, sentía miedo que una bala la alcanzara, dice, pero no tenía alternativa, así que sobre un escritorio y un colchón del puesto médico tuvo a su hija. Lo hizo con la asistencia de los médicos autoconvocados, quienes la habían llevado hasta el lugar.
Ese tranque ha sido blanco de ataques en los últimos días. Grupos paramilitares y antimotines han agredido a los pobladores que exigen que Daniel Ortega salga del poder. “Si no hubiera sido por ellos, la verdad de las cosas , tal vez hasta yo me hubiera muerto junto con la niña”, dice.
Así comenzó…
Mojica comenzó a sentir los dolores de parto a eso de las 7:00 de la noche de este miércoles. Le pareció raro, porque su médico le había dicho que su fecha de parto era el viernes 22 de junio. Le quedaba todavía una semana.
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Tres horas después, los dolores eran tan fuertes que le pidió a su esposo, Carlos Gutiérrez, que la llevara al hospital. La pareja vive en el barrio Óscar Baltodano de San Marcos, conocido popularmente como Míster Bond. Para llegar al hospital en Jinotepe debían pasar por al menos dos tranques.
Cuando llegaron al tranque del Beneficio Santa Rosa, que está en la entrada de Jinotepe en la carretera que conecta con San Marcos, los pobladores le dijeron que podía pasar, pero sin vehículo. Mojica, que iba además con una tía suya, le tocó caminar unas seis cuadras, resguardada por los autoconvocados hasta llegar al tranque San José donde fue atendida en el puesto médico.
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Tras dar a luz, sufrió una hemorragia y los autoconvocados la trasladaron al Hospital Regional. La cargaron en una camilla por más de 10 cuadras. Su hija, la cargaba uno de los muchachos, la llevaba envuelta en un suéter. “Yo le doy gracias a Dios y a los muchachos, porque ellos me atendieron bien, cuando venía en la camilla, sentía mucho frío y uno de ellos me puso su suéter encima. También a la niña la traían cubierta”, cuenta.
La niña es la segunda hija de la pareja. El primogénito, Ezequiel, tiene tres años.
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Cuando su hija nació, asegura, los morteros y las balas cesaron. “Por algo el Señor quiso que mi hija naciera allí, el enfrentamiento se detuvo. Pienso que mi hija fue como un ángel para eso muchachos, porque hubo una calma total”, asegura. Y quizás sea por eso que los manifestantes y los usuarios en redes sociales le piden que se llame Victoria. Victoria Abril. Ella dice que lo está considerando.