Bajo tensión, por la fuerte presencia policial en el sector de la Universidad Centroamericana (UCA), los autoconvocados decidieron cancelar la marcha denominada “Juntos denunciamos los crímenes de lesa humanidad”, y la convirtieron en un plantón.
Decenas de policías antidisturbios con chaleco antibala, rodilleras, escudo y casco se mantuvieron apostados para evitar la protesta.
Se ubicaron a unos metros de la entrada principal de la UCA, donde se encontraba el grupo de ciudadanos que respondió a la convocatoria de la marcha este miércoles.
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Sin embargo, los manifestantes decidieron suspenderla y hacer el plantón por temor a un ataque armado como el ocurrido en la marcha del domingo reciente, en la que los simpatizantes de la dictadura mataron a un adolescente e hirieron a varias personas, todo a la vista y paciencia de la Policía Orteguista (PO).
Pese a la intimidación, que se intentó imponer con la presencia policial este miércoles, los manifestantes gritaron consignas de rechazo al régimen, agitaron la bandera nacional azul y blanco —que ya es una característica de las protestas ciudadanas—, soltaron chimbombas y una mujer con traje folclórico no paró de danzar.
Apoyo a sonidista
Uno de los momentos más emotivos fue el recibimiento a Javier Espinoza, el sonidista que fue detenido por la PO el pasado 16 de septiembre y que posteriormente fue dejado en libertad.
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Espinoza llegó en su camioncito, con sus parlantes, e inmediatamente la gente lo reconoció y se volcó a saludarlo. Los manifestantes lo recibieron con abrazos y algarabía.
Espinoza dijo que continuará participando en las protestas porque “Nicaragua vale la pena”.
Más de doscientas personas están presas por participar en las protestas contra el gobierno de Ortega. Los ciudadanos son secuestrados por los paramilitares o son detenidos de manera ilegal por la Policía, luego aparecen en la Dirección de Auxilio Judicial, mejor conocida como el Chipote, bajo acusación de terrorismo, crimen organizado y otros cargos.
Las detenciones y los ataques armados a las marchas no han logrado frenar las protestas en todo el país, aunque sí es notable la disminución de manifestantes.
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Más de 512 personas han muerto desde el 19 de abril, cuando comenzó la represión policial contra las protestas ciudadanas que demandan la salida de Ortega del poder.
Uno de los ataques más recordados es el de la marcha del Día de las Madres, el 30 de mayo, cuando fueron asesinadas 18 personas por la Policía y fuerzas paramilitares.
“Después de semejante agresión de hace tres días (se refiere a la manifestación en la que asesinaron a un adolescente), aquí está la gente en las calles. Ortega saca a la Policía y a sus paramilitares como que estuvieran preparándose para un guerra, aunque aquí lo único que hay son banderas y pañoletas azul y blanco”, manifestó Violeta Granera, coordinadora del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD), quien participó en el plantón.
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Granera también dijo que la numerosa presencia policial es prueba de que el gobierno de Ortega le teme a las protestas ciudadanas, porque no soporta la crítica de todo un pueblo.
Piden liberación de reos
Más de doscientas personas han sido secuestradas por paramilitares o detenidas por la Policía de manera ilegal, por participar en las protestas ciudadanas.
Los presos políticos son acusados de una serie de delitos, entre estos terrorismo y crimen organizado.
La presidenta del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Suyén Barahona, afirmó que no van a dejar de movilizarse por los presos políticos y por la liberación de Nicaragua.
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El plantón se mantuvo durante tres horas y finalizó con el Himno Nacional, siendo este un símbolo en todas las manifestaciones azul y blanco.
Ciudadanos esconden bandera nacional
Cuando los ciudadanos se retiraron, lo hicieron gradualmente, en pequeños grupos con dirección al centro comercial Metrocentro, en el centro de Managua.
La mayoría de los manifestantes guardó sus banderas y pañoletas azul y blanco, porque obligatoriamente tenían que pasar por los escuadrones de policías antidisturbios y las patrullas policiales aparcadas para salir del sector de la UCA.
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Aun así, los ciudadanos pidieron a los periodistas que estuvieran pendientes por si los detenían o los agredían, pero no se reportó violencia al cierre de la actividad.
Hostigamiento policial
La Policía Orteguista cerró la avenida universitaria por completo y desvió a los escasos buses que circulaban por la zona, debido a que la mayoría fueron ocupados por el oficialismo para acarrear a los trabajadores del Estado a la manifestación orteguista que se estaba dando en ese momento.
Durante el plantón ciudadano frente a la Universidad Centroamericana (UCA), los buses dejaron de circular por la avenida universitaria, lo que aumentó el ambiente tenso.
Además, los simpatizantes del gobierno de Daniel Ortega también se mantenían a escasos metros de la UCA, en la rotonda Rubén Darío, mejor conocida como rotonda de Metrocentro.
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El Gobierno realizó una concentración en la rotonda Hugo Chávez, hasta donde marcharon los orteguistas. En el acto, habló el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras.