Los talleres de pólvora del municipio de Diriamba, en Carazo, están por desaparecer debido a las prohibiciones que recientemente realizó la Policía Orteguista (PO) sobre la fabricación y comercialización de productos explosivos. Además, la carencia de materia prima hace difícil que los artesanos puedan elaborarlos.
María Manuela López, de 66 años, propietaria del taller de pólvora “Hermanos López”, manifestó que desde abril, cuando estallaron las protestas contra el régimen Ortega-Murillo, permanecen sin trabajar porque les habían retirado los permisos, pero ahora que se los entregaron debido a las fiestas marianas y de Navidad, no hay materia prima para fabricar los fuegos artificiales.
Lea además: Policías con fusiles AK prohíben los morteros artesanales
López compraba pólvora en Masaya y Managua, pero afirma que no ha podido hacerlo porque los vendedores de ese producto están siendo procesados judicialmente por terrorismo.
También explicó que las restricciones de la PO les afecta mucho “porque nosotros trabajábamos bastante la carga cerrada y el mortero, más ahora que se aproximan las purísimas, las festividades de Navidad, Año Nuevo y viejo, pero con estas nuevas medidas estamos fregados”, dijo.
Venderán solamente cohetes y toros encuetados
En una reunión que el sector fabricante de pólvora sostuvo con la Policía, se les autorizó vender solamente cohetes y toros encuetados, pero López afirmó que los insumos de dichos explosivos son muy caros porque tienen poca demanda, pero además no hay con qué elaborarlos.
En Carazo existen cuatro talleres de pólvora, uno está ubicado en el municipio de El Rosario y los otros tres en Diriamba.
Lea más en: Policía Orteguista prohíbe en Nicaragua fuegos artificiales artesanales para diciembre
El taller de López tiene más de cincuenta años de existencia, se ubica por la colonia de los Maestros, en Diriamba, y según afirma, es un negocio familiar. López tiene diez trabajadores, pero acostumbraba a contratar más personal en “temporada alta”.
La vendedora de fuegos artificiales relató que al no haber material, se verá obligada a cerrar la pequeña fábrica que está a nombre de su hermano, Luis Francisco López. Actualmente ella depende económicamente de sus nietos que se dedican a otras tareas.
Otros vendedores
Oscar Danilo Parrales es otro fabricante de pólvora. Tiene su talles desde aproximadamente 28 años con el que mantenía a su familia. Ahora, según Parrales, para poder sobrevivir depende de una de sus hijas que es maestra.
Le puede interesar: Nicaragua: Pólvora causa fobia a los perros
“Cohetes, cuetillo, toro encuetado y palma, es lo único que podemos hacer…, la carga cerrada, la bomba mata suegra y los morteros era lo que más se vendía”, contó.
Su licencia le fue retirada en mayo y se la regresaron la semana pasada, pero enfrenta el mismo problema de los demás vendedores, no hay materia prima.
Puede leer: Escasea el combustible en varios departamentos de Nicaragua
Parrales actualmente vende carbón molido en pocas cantidades, pero explicó que de ese producto hay poca demanda.
Compradores necesitan aval de la PO
Por si fuera poco, los ciudadanos que compren una docena de cohetes tendrán que solicitar un aval o permiso en el área de control de armas y municiones de la PO.
El primo Parrales, José Leonel Jarquín, tiene también su taller de pólvora y, con dicha situación, está pensando en cerrarlo porque según afirma, “no hay nada que hacer”.
Lea además: Comerciantes de Granada retiran sus mercancías ante amenaza de incendios y saqueos
“Yo tengo más de treinta años de estar laborando en pólvora, pero la situación está bastante dura. Antes teníamos clientela de los tramos y hasta de Managua nos venían a comprar, pero con las prohibiciones y, dado que no hay material, estamos más fregados”, expresó Jarquín.