Los feligreses de Jinotepe, Carazo, consideran una burla la colocación de los altares de la Purísima en las aceras del parque central, frente a la Parroquia Santiago, por parte de la Alcaldía orteguista.
“Aquí el alcalde Mariano Madrigal y los sandinistas, juegan una doble moral, quieren burlarse de la gente. Han llamado de asesinos a nuestros sacerdotes, los han golpeado y hasta profanaron el templo, son unos cínicos. Ahora se aparecen como los grandes católicos para celebrar la Purísima, no tienen perdón de Dios”, dijo la pobladora y feligresa Carmen Martínez.
Ernesto Dávila, quien es vendedor ambulante de perecederos dijo que, “eso de situar los altares frente a la iglesia, no me parece correcto, es una falta de respeto. Aquí se ha desatado un odio y una persecución contra nuestros líderes religiosos, por tanto, no me parece justo que la alcaldía haya puesto esos altares, porque se ríen de nuestra religión, ellos no son católicos, porque si lo fuesen no actuarán con violencia”.
Profanaron la iglesia
En julio pasado un grupo de mujeres acompañadas de encapuchados armados llegaron a la Parroquia Santiago Apóstol y como el templo se encontraba cerrado, abrieron la puerta principal a golpes y empujones, forzando las cerraduras.
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Una vez adentro del templo, las turbas y paramilitares comenzaron a destruir todo lo que hallaban a su paso y sacaron a la calle los insumos médicos que los religiosos guardaban para atender a los heridos, ante el cierre de los hospitales.
En el atrio del templo le prendieron fuego a una banca de madera y les gritaban obscenidades a los sacerdotes. “Asesinos, asesinos, terroristas”, les gritaban varias mujeres a los sacerdotes tras vapulearlos, empujarlos y lanzarles en la cara los insumos médicos.
Las turbas además rompieron los candados de la capilla, donde se encontraba la imagen de Santiago, patrono de la ciudad y destruyeron sus objetos y reliquias. En la capilla del Santísimo, quebraron varias imágenes de ángeles y el reclinatorio. La casa cural también fue destruida.
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La iglesia Santiago, desde el mes de abril, fue el refugio de muchos jóvenes que protestaron contra el Gobierno de Daniel Ortega. Sobre los daños ocasionados, a pesar que había videos, ninguna persona fue detenida. Similar situación ocurrió en la Basílica Menor de San Sebastián en Diriamba, donde obispos y periodistas, fueron agredidos por paramilitares y turbas sandinistas. En Diriamba los altares de la Virgen, fueron situados frente a la alcaldía.