“Los músicos son los primeros que sufren estas crisis sociopolíticas, así el arte y el deporte”, dice el cantautor y productor musical Juan Solórzano, quien su vida cotidiana ha sido impactada desde que iniciaron las protestas contra el régimen orteguista.
Ante la pregunta de cómo transcurre su vida diario ante esta realidad de crisis que viven los nicaragüenses, expresa: “Siempre inventándome la vida musical. Aunque aquí en Nicaragua es tan difícil ahora ser músico.”
Desde los primeros días de agosto del año pasado se han marchado del país decenas de artistas de todas las disciplinas artísticas, ante amenazas a sus vidas, por que sintieron que corrían peligro, o simplemente en busca de una nueva fuente de ingresos.
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Entre ellos, figuras de larga tradición musical como el cantautor Carlos Mejía Godoy, quien dijo que su vida corría peligro; luego desfilaron otros, como su propio hermano Luis Enrique, así las cantautoras Katia Cardenal y sus hijos Nina y Sebastián, Ceshia Ubau o Alma Rodríguez.
Músicos clásicos como el tenor Mario Rocha, quien también fue director del grupo Arts Nova; la pianista Khaterine Espinal que viajó a Noruega; así poetas como Kerstin Miranda, entre otros.
En tanto otros cantautores como Solórzano han decidido permanecer en el país luchando por el diario vivir y por su familia. Reconoce que la crisis ha golpeado la vida del país, incluyéndole.
Sobrevive a crisis dando clases para principiantes
Revela que a pesar de todos los males nunca ha dejado de escribir y producir sus canciones, algunas de ellas publicadas en su reciente disco titulado Grafito. Cuenta que su grabación, arreglos, uso de instrumentos, mezcla y masterización fueron realizados en su casa.
Despojo, canción del nuevo disco Grafito que reúne seis temas, de Juan Solórzano.
Así que el año pasado tuvo la oportunidad de acompañar al cantautor Carlos Mejía Godoy en su gira musical por varios países, en celebración de los 50 años del artista. Y logró presentarse en Estados Unidos por medio de organizaciones danzarías.
Comentó que sus eventos musicales nocturnos en el país como cantautor fueron afectados y se bajaron más en diciembre; pero que ahora no está tocando en ningún lugar. Los ha suspendido para salvaguardar su seguridad.
Actualmente, para sobrevivir y llevar algo de sustento a su hogar, Solórzano está dando clases de música a domicilio, para principiante.
El músico también dijo que “siempre está contra las injusticias, vengan de donde vengan, porque eso es lo que hace a un cantautor”.
“Para mí las crisis personales, emocionales, las crisis del país, siempre son insumos para mí y muchos cantautores”, expresó el artista el cual cuenta con más de 200 canciones en su repertorio.
Solórzano además ha musicalizado varios poemas de Rubén Darío. El año pasado iba a sacar su tema Melchor, Gaspar y Baltazar, pero no fue posible, lamentó el artista.
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Grafito, un disco de reproducción extendida
El cantautor Juan Solórzano, ha compartido en las redes sociales (Spotify) su reciente disco titulado Grafito en reproducción extendida, y reúne seis escritas en anteriores años.
Este es su sexto álbum que publica en su más de 20 años de vida musical. Tres de sus temas vienen con un video dirigido por César Guillén.
Aparecen las canciones Juguemos a las escondidas, que habla de lo que la gente puede hacer o deshacer en las redes; otra se titula Grafito, que le da título al disco, y que habla de la vocación de ser músico en este país, de lo que cuesta.
La niña de Bilwi, es otra, que cuenta la historia de una niña que va al puerto a esperar a su padre que nunca volvió. Acompañada al piano por Katherine Espinal.
Otra de sus canciones, Despojo cuenta “la historia de un pintor de oficio de Managua Nicaragua quien acepta crear un personaje encargado por un millonario en la forma de una mujer”, cuenta Solórzano.
Estas canciones fueron compuestas en varios ritmos musicales, entre ellos el “ska acústico, trova, fusiones de rumba flamenca, son nica y pinceladas de rock”, explica este creador musical.
Sus hijos también se involucraron en esta producción. La portada es una fotografía de Andrea Saro, José Eduardo la replicó a lápiz de grafito, y Fernando José tomó parte en el proceso creativo de las canciones.
“Como artista creo que la creatividad en medio de las crisis debe salir a flote, hay que mantenerse creando, inventando”, sostiene para darse ánimo.
En 2004 Solórzano dio a conocer su primer disco Clandestino; tres años después Jalando la carreta, al siguiente año Cantares Nicaragüenses. Y su volumen 2, de Cantares Nicaragüenses, en 2009. Cinco años después, Juguemos a las escondidas, en 2015 el sencillo Venga a disfrutar y Antología en 2017.
Luego añade: “Estoy muy satisfecho con los resultados y es mi ingreso oficial a las plataformas digitales de distribución mundial, Spotify, itunes y pandora, ahí pueden encontrarme como Juan Solórzano – Nicaragüense”.
Entre sus producciones destacan:
Los frutos de mi cosecha, de Isabel Espinoza (2010), siete años después Con los ojos del alma, de la cantautora Ceshia Ubau.
Este mismo año Aguamarina, de Diego Zarat de Guatemala; y Entre café y brumas de Ximena González.
Y el año pasado, canciones producidas para cantautores nicaragüenses y radicados en el extranjero como Abraham Castellón y Frank Torrez que viven en España y Holanda respectivamente.