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Hasta hace pocos años, Wilfredo Navarro era ácido crítico de los Ortega Murillo, pero hoy comparte mesa con ellos y defiende al régimen. LA PRENSA/ ARCHIVO

Wilfredo Navarro, el tránsfuga político aliado de Daniel Ortega y Rosario Murillo

Hermano de un guardia nacional que murió peleando contra el FSLN, Wilfredo Navarro perteneció a la juventud liberal somocista. Luego fue PLI, después PLC y ahora aliado del Frente Sandinista. Sus amigos le destacan su inteligencia y preparación, pero le desprecian su ética

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A Wilfredo Navarro le reconocen inteligencia y buena preparación académica. La secundaria la hizo en uno de los mejores colegios de Nicaragua de los años sesenta y setenta del siglo pasado, el Primero de Febrero, el colegio de los hijos de los guardias nacionales. Se graduó de abogado en la UCA y también estudió en el Incae, la prestigiosa escuela de negocios que está en Carretera Sur.

Lo que no les gusta de él a quienes lo conocen es su “falta de ética”. Uno de sus antiguos amigos, quien pide el anonimato, explica que Navarro es “la personificación de todo lo malo de la política nicaragüense”. “Siempre migra adonde está el poder”, explica su excorreligionario Eliseo Núñez Morales.

A Navarro se le acusa de haber abandonado a tres grupos políticos cuando iban en declive para refugiarse bajo el paraguas de los nuevos ostentadores del poder. Primero lo habría hecho con el somocismo, luego con su “padre” en la política, el antiguo dirigente del PLI, Virgilio Godoy. Y finalmente también lo habría hecho con su posterior benefactor, el PLC del expresidente Arnoldo Alemán.

Hoy, Wilfredo Navarro está sentado en la mesa de negociaciones que la Alianza Cívica sostiene con el régimen de Daniel Ortega, el cual está señalado por crímenes de lesa humanidad por organismos internacionales de derechos humanos. Y Navarro está del lado de Ortega, a quien en el pasado atacó con las críticas más fuertes que se pueden hacer. De quien en una ocasión se burló de que no podía cantar y estaba dañando la música de los hermanos Mejía Godoy.

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Para este artículo, Navarro se excusó de hablar con la revista Domingo aduciendo, a través de su vocero Moisés Absalón Pastora, que no tiene tiempo para entrevistas por su labor en las negociaciones con la Alianza Cívica. Y varios de sus excompañeros de clases en la UCA y en el PLI y el PLC no quisieron hablar de él abiertamente. Algunos de ellos, como Francisco Aguirre Sacasa, ni siquiera aceptó referirse a él. “Sin comentarios”, dijo el excanciller.

Wilfredo Navarro aparece en esta imagen a la izquierda de Virgilio Godoy, en octubre de 1996, poco tiempo antes de abandonar el PLI. LA PRENSA/ ARCHIVO

Retraído

Navarro logró entrar al colegio Primero de Febrero, donde estudiaban los hijos y familiares de los guardias somocistas. Incluso, un hermano de Navarro, de nombre Edwing de Jesús, se graduó de oficial en la promoción de 1977 de la Academia Militar.

Los exguardias nacionales que viven en Estados Unidos aseguran que, hasta hace algunos años, Wilfredo Navarro se reunía con ellos, pero ahora, después que se alió con Daniel Ortega, “lo quieren ahorcar”.

En la UCA, Navarro estudió Derecho con jóvenes que después llegaron a ser importantes personajes de la política nicaragüense y hasta con Hope Portocarrero, la esposa de Anastasio Somoza Debayle, según cuenta uno de sus excompañeros de clase que prefiere omitir su identidad.

Algunos de sus excompañeros lo recuerdan viviendo en Monseñor Lezcano, pero otros en el barrio Cristo del Rosario, cerca de unos billares que se llamaban El Foker, de los cuales Navarro supuestamente era asiduo visitante.

De Navarro cuentan que procedía de familia pobre y que logró estudiar en la UCA gracias a que el padre Juan Bautista Arríen lo metió al equipo de futbol de la universidad, del cual fue portero.

Quienes estudiaron en la UCA cuentan que en los setenta estudiaban allí jóvenes de familias pudientes de Granada, Masaya y de otras ciudades del país y que Navarro no se unía a ninguno de esos grupos, sino que era poco comunicativo y apagado. “Lo recuerdo como alguien tímido y acomplejado porque provenía de una familia de guardias y pobre”, recuerda uno de sus excompañeros, quien también afirma que en la actualidad uno de los estudiantes granadinos, hoy figura política relevante, dijo hace poco de Navarro: “De él no me acuerdo”, a pesar de que fueron compañeros de clase.

“El perfil sicológico de él (Navarro) era el de una persona tímida, apocado. Se sentaba atrás y era retirado de los grupos que existían. No participaba en las actividades. Era un hombre apagado, de muy pocos amigos”, rememora otro de sus excompañeros.

Navarro supuestamente no era muy destacado en las clases, pero sí era relevante en el deporte, como arquero del equipo de futbol de la UCA, asegura otro excompañero de clases. El mismo Navarro le contó a la revista Domingo, en el año 2013, que con la UCA resultó campeón invicto a nivel nacional, entre los años 67 y 68 del siglo pasado.

Navarro en su oficina en la Asamblea Nacional. LA PRENSA/ ARCHIVO

De la juventud somocista al FSLN

La primera participación en la política nicaragüense Navarro la hizo en las filas de la Juventud del Partido Liberal Nacional (PLN), el partido de Somoza, mejor conocida como la juventud liberal somocista.

Más de 40 años después, Navarro es ahora una ficha del orteguismo al punto de estar presente en la mesa de negociaciones con la Alianza Cívica, una responsabilidad que Daniel Ortega no ha delegado en muchos cuadros históricos y destacados del FSLN.

Esa transformación de Navarro comenzó, cuentan sus excorreligionarios liberales, en 1979. Cuando ya estaba por caer el régimen somocista, Navarro aparece en las filas del Partido Liberal Independiente (PLI), liderado desde entonces por Virgilio Godoy, ya fallecido.

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Alguien que conoció en la UCA a Navarro, se integró también al PLI, pero en ese momento, los años ochenta, ya Navarro no era aquel estudiante universitario apagado, sino que “ya le miraba ambición”.

En 1990, Navarro ya era muy reconocido como el “delfín” de Godoy en la política. Para las elecciones de ese año, en las que triunfó doña Violeta Barrios de Chamorro con la UNO, Godoy asumió la Vicepresidencia de la República y Navarro fue empleado en la Asamblea Nacional, no como diputado porque no figuró en lista, sino en un cargo administrativo.

Para antes de las elecciones de 1996, en las que resultaría ganador Arnoldo Alemán Lacayo, Godoy ya había impuesto a Navarro, su discípulo, como presidente del PLI y con él fue a una reunión con Alemán en la que se iba a abordar la unidad liberal. El mismo Navarro le contó a la revista Domingo cómo se desarrolló el encuentro:

“Vamos con Virgilio a su casa (de Alemán) en El Crucero. Arnoldo le dice: ‘Maestro le doy nueve diputados y cuatro ministros’. Entonces Virgilio le dice: ‘No, dame 15 diputados y seis ministerios’. Virgilio no quería la unidad. Cuando Arnoldo le acepta el Ministerio de Hacienda, le dice Virgilio: ‘Pero si Haroldo Montealegre fuera PLI lo aceptaría como ministro de Hacienda’. En ese momento Arnoldo y Haroldo eran enemigos a muerte. Entonces Arnoldo le dice: ‘Por la unidad se lo acepto’. Arnoldo te voy a hacer la última propuesta le dice Virgilio, ‘llevá a Wilfredo de vicepresidente y nos amarramos’. Entonces Arnoldo le dice: ‘Maestro yo soy hombre de palabra y la vicepresidencia se la ofrecí a Enrique Bolaños’. Fijate cómo es la historia, si Arnoldo hubiera aceptado yo no lo iba a meter preso, porque después hubiera sido yo el candidato a la Presidencia. Entonces dice: ‘Ya le ofrecí a Bolaños y ya aceptó, además el Cosep lo respalda’. Dice Virgilio: ‘Nos vamos pues’. Vamos saliendo, pero cuando llegamos a la puerta Arnoldo detiene a Virgilio y dice: ‘Maestro, la última oferta. Que vaya su delfín’, que era yo, ‘como alcalde de Managua’. Virgilio me queda viendo y dice: ‘Vámonos’. Y yo de pendejo sigo al maestro”.

Días después de esa plática, Navarro abandonó a Godoy y se fue al lado de Alemán, aunque técnicamente siempre era del PLI pero integrado en lo que se llamó la Alianza Liberal, la que llevó al poder a Alemán.

Quienes vivieron esa situación explican que Alemán, como no pudo convencer a Godoy para que se unieran, ya que Godoy podía restar votos a Alemán o dar una imagen de que los liberales no eran unidos, dicen que Alemán vio que Navarro era susceptible y sonsacó a Navarro para debilitar a Godoy. Otros dicen que Navarro vio que Alemán era seguro ganador de la Presidencia y decidió irse al lado de él, porque Godoy había renunciado a la Vicepresidencia para postularse como candidato presidencial.

Sea como haya sido, Navarro luego se pasó definitivamente al PLC y Godoy quedó golpeado, aunque alguien que estaba al lado de él afirma que se comportó serenamente tras el abandono de Navarro, aunque nunca se le olvidó lo que le hizo su “delfín”.

Arnoldo Alemán y Daniel Ortega estudiaron en el mismo instituto y se conocieron en el barrio San Antonio. LA PRENSA/ Archivo
El expresidente Arnoldo Alemán y Daniel Ortega, aliados políticos. Gracias al pacto de ambos, Ortega volvió al poder y Navarro participó en esas negociaciones. LA PRENSA/ LA PRENSA

Interlocutor de Ortega y Alemán

¿Cómo fue que Navarro se ganó la confianza de Ortega? Eso lo cuentan sus excompañeros del PLC.

Aunque en 1996 Navarro se convirtió en diputado, por un tiempo también fue ministro del Trabajo y su escaño lo ocupó su suplente. Pero luego Navarro regresó al parlamento y fue elegido como secretario en la junta directiva, desde donde comenzó a ganarse la confianza de los diputados sandinistas, especialmente de Edwin Castro y el ahora fallecido René Núñez.

Sus excorreligionarios en el PLC cuentan que en ese partido Navarro manejaba su relación con Alemán de manera directa y muy cercana, y que Alemán comenzó a aprovechar la buena relación de Navarro con los sandinistas para también él sacar provecho. Muchos —lo dicen hasta ahora—, comenzaron a sospechar que Navarro era una ficha del FSLN, pero a Alemán eso no le importaba porque él también le sacaba cosas al partido sandinista. De hecho, algunos afirman que Navarro fue redactor de las leyes que se aprobaron tras el pacto Ortega-Alemán de 1999, al cual le achacan la culpa de muchos de los problemas actuales del país, ya que ese pacto permitió que Ortega regresara al poder, especialmente cuando redujeron al 35 por ciento la cantidad mínima de votos que debía sacar un candidato para ser elegido presidente, cuando estaba demostrado que el sandinismo no pasaba más allá del 38 por ciento en las elecciones anteriores al 2006.

Navarro se mantuvo al lado de Alemán aún cuando este último estuvo preso acusado de corrupción, pero —cuentan sus excompañeros—, se dio cuenta que Alemán ya no le podía garantizar un buen cargo.

Navarro —explica Eliseo Núñez—, se va del PLC porque lo maneja el matrimonio de Arnoldo Alemán y María Fernanda Flores, pero, paradójicamente, se va a otro partido que es manejado por otro matrimonio o familia, los Ortega Murillo, con la diferencia que es la familia que está en el poder.

Según otro ex PLC, Navarro “se considera un político profesional y como tal tiene que estar pegado a la teta del presupuesto de la República. Esa es su profesión”, y por eso decide abandonar el PLC, crea un movimiento político nuevo, pero termina votando junto a la bancada del FSLN por proyectos orteguistas, como el canal interoceánico, a pesar de que en el pasado llegó a devolver toda correspondencia del gobierno que llegaba con el escudo “sicodélico” que impuso Rosario Murillo en la papelería oficial.

Eliseo Núñez Morales afirma que, por su parte, Daniel Ortega acoge a Wilfredo Navarro no para ganar votos sino para desmoralizar a los liberales y desprestigiar la política, “haciendo creer a la gente que todos los políticos somos como Wilfredo”.
“Ortega quiere hacer creer que todos los políticos son comprables, que no tienen convicción, solo intereses”, agrega Núñez.

Los representantes que Daniel Ortega envió a la mesa de negociación con la Alianza Cívica, entre los que destaca Wilfredo Navarro. LA PRENSA/ ARCHIVO

Diversionismo en la mesa de negociaciones

Wilfredo Navarro es ahora uno de los representantes de Daniel Ortega en la mesa de negociaciones con la Alianza Cívica.

Los miembros de la Alianza Cívica no quieren hablar sobre Wilfredo Navarro, aunque algunos de ellos dicen que cada uno de los que participan en las negociaciones tiene un papel que jugar y el de Navarro hasta ahora ha sido el de distensionar con bromas cuando los de la Alianza están tensos y no quieren perder puntos en las pláticas, o de “hacer botar la gorra” a los de la Alianza cuando son los del gobierno los que están perdiendo la batalla.

“Lo que él llega a hacer es diversionismo”, dice un miembro de la Alianza. Y agrega: “Él (Navarro) se encarga de contragolpear o de relajear para que las pláticas no avancen o para restarle seriedad a las mismas. Él da bromas buscando descomponer, pero no ha logrado que nos salgamos de nuestro control”.

Para quienes conocen a Navarro desde joven, no lo identifican con el actual Navarro. Las bromas que ahora da en la mesa de negociaciones seguramente nunca las dio en su época de estudiante en la UCA.

El hermano de Wilfredo Navarro, Edwing, quien murió como guardia nacional en León, en 1979, luchando contra los sandinistas. LA PRENSA/ CORTESÍA

El hermano Guardia Nacional

El exsoldado de la Guardia Nacional, Xavier Gómez, cuenta que en 1975 conoció a Edwing Navarro Moreira en la Academia Militar.
“Me llevaba dos edades de antigüedad y se distinguía por su humor. Era atlético y de muy buena altura, con buen porte. Se distinguió mucho en la academia por sus inventos de jodederas, en especial los sábados, día de cine y los fantasmas del Mullins, se ponía una sábana blanca y andaba a medianoche asustando a los cadetes. Era conocido cariñosamente como Chicho Marakas”, recuerda Gómez sobre el hermano de Wilfredo Navarro.

Edwing Navarro estudió en Panamá, en la escuela de Las Américas, donde pasó cursos de paracaidista e infantería.

Gómez recuerda que Wilfredo Navarro llegaba a ver a su hermano a la Academia, pero no tuvo amistad con él.

Según Gómez, Edwing Navarro anduvo en los famosos BECAT y en León, el 27 de mayo de 1979, fue herido en combate. Una bala le perforó la femoral y pidió ser evacuado, pero la hemorragia fue fatal. Murió desangrado.

Wilfredo Navarro muestra una medalla de bronce lograda con la Selección Nacional de Fútbol. LA PRENSA/ ARCHIVO

El futbolista

Carlos Wilfredo Navarro Moreira, nacido el 16 de enero de 1951, se inició en el mundo del futbol jugando en un equipo que se llamaba Deportivo Managua, del barrio La Veloz.

Se desarrolló como portero y jugó en equipos como la UCA, Búfalos del Bóer y en el Diriangén.

En total, jugó unos 35 años, 12 de los cuales estuvo en la Selección Nacional, según contó él mismo a la revista Domingo en el año 2013, cuando se ufanó de que estuvo en el primer seleccionado nacional que ganó una medalla de bronce.

Posteriormente, tras abandonar el futbol de primera división, lo siguió practicando en segunda división y en ligas empresariales.
Ahora, con problemas físicos, sigue jugando pero ya no es portero sino que juega en el medio campo.

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