Por mucho tiempo Ricardo Mayorga sabía cómo ponerle una zanahoria a sus oponentes antes y, en ocasiones, durante las peleas. Estaba en su esplendor, más de 10 años atrás. Ahora busca en las palabras lo que no puede hacer en el cuadrilátero con 46 años y una vida de muchos altibajos dentro y fuera del ring.
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Un Matador desgastado subió a la báscula (166 libras) este viernes en Ciudad Guatemala y un oponente, Léster Martínez (169 libras), con el aura juvenil y con un futuro ilimitado lo retó con la mirada. Los promotores del evento, encabezado por Richard Steele están contento porque los 8,000 dólares invertidos en el nicaragüense rindieron sus frutos. La boca incoherente y bravucona de Mayorga, aún en su vejes, provocó que Martínez, llamado el Jaguar, debutara con impacto en un deporte prácticamente arrinconado al ostracismo en este país.
La última promesa firmada en el viento por Mayorga fue: “Te voy arrancar el corazón y te voy a noquear en el primer asalto, sino me regreso caminando a Nicaragua”. Causó asombro en una ciudad acostumbrada a lidiar con inseguridad en sus calles, con un presidente comediante, pero no con alguien tan desmedido y provocador como el nicaragüense.
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El entrenador de Martínez es Nacho Beristáin y su única advertencia a su muchacho fue: “Nada de fajarnos en los primeros asaltos, lo último que pierde un boxeador es su pegada”. Lo dijo siendo excesivamente cauteloso. Lo real es que el Matador no solo ha perdido sus fuerzas sino que también los años le comieron sus pulmones sobre el ring.
¿Quién ganará? Nadie duda que Léster Martínez, ganador de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, venciendo al cubano Arlen López. Solo dos situaciones milagrosas podrían provocar el asombro de los pronósticos: una bala perdida (el golpe inesperado) o que de tanta palabrería Martínez sea afectado como sucedió con Vernon Forrest, no parece algo tan palpable.