Pese a la represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, de suprimir el derecho a la manifestación pública y criminalizar el derecho a exhibir la Bandera Nacional azul y blanco, los ciudadanos mostraron su fe con rebeldía durante la Semana Santa para exhibir de distintas maneras los símbolos patrios.
“Vengo con mi bandera azul y blanco junto a mi familia ante Jesús crucificado. Espero que la dictadura no ataque la procesión del viacrucis, en donde recordamos el martirio de Jesús, martirio que hoy vivimos en esta Nicaragua crucificada”, dijo una feligrés, mientras participaba en el viacrucis penitencial en Managua.
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La sangrienta represión orteguista que cumplió el primer aniversario este 19 de abril coincidió con el Viernes Santo de la religión católica, cuando en todas las iglesias se realizan actividades religiosas para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Por ello las procesiones, misas, viacrucis y otros eventos religiosos estuvieron marcados con símbolos de la resistencia nicaragüenses. Banderas azul y blanco, globos de ambos colores, pancartas con fotografías de algunas de las 325 personas asesinadas por el régimen desde el 18 de abril de 2018, camisas con consignas y mensajes alusivos a la gesta de abril, se confundieron con los símbolos propios de la fe católica pese al asedio policial a estos eventos.
Los templos católicos también se sumaron a la inédita protesta social: altares adornados con flores azul y blanco, banderas de Nicaragua ondeando en las parroquias y algunos sacerdotes vistieron las imágenes de Jesús y María de azul y blanco, mientras los campanarios sonaban y desde sus torres se soltaban globos con los colores de la patria.
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El gesto de rebeldía desafió a la descarnada escalada represiva del régimen, que mediante la Policía Orteguista y grupos paramilitares persiguen y capturan a quienes usen públicamente la Bandera Nacional.
El terror que ha ejercido el régimen ha provocado miedo en los pobladores, quienes se tapan el rostro para exhibir la bandera y no ser identificados.
“Por favor, no tomen fotos de mi rostro”, pidió una joven en el viacrucis de Managua del viernes 19 de abril, pese a que su rostro va cubierto con una pañoleta azul y blanco.
Un grupo de jóvenes se hace acompañar de una inmensa bandera azul y blanco durante la actividad religiosa y gritan justicia y libertad por Nicaragua. “¡Viva Nicaragua libre!”, gritan mientras extienden la bandera, en medio de un sol inclemente que los ciudadanos ignoran para exhibir el principal símbolo de la patria, junto a cruces con los nombres de las víctimas de la masacre.
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La madre de un joven asesinado el 13 de julio pasado, viste de azul y blanco en una procesión. “Yo he venido a manifestarme con mi bandera y demandar justicia por mi hijo que fue asesinado por esta dictadura”, expresó Susana López, madre de Gerald Vásquez. El joven de 19 años perdió la vida de un tiro en la cabeza disparado por un francotirador orteguista, mientras se refugiaba en la iglesia Divina Misericordia, tras protestar en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
“La única arma que mi hijo cargó fue su camisa, su bandera azul y blanco, y un viva Nicaragua libre, pero el régimen lo criminalizó y lo asesinó. Yo me siento orgullosa de mi hijo, aunque me duela que ya no esté conmigo”, expresó la madre de Gerald.