En su primera aparición pública luego de anunciarse su ingreso a la lista de sancionados por Estados Unidos, Laureano Ortega Murillo se presentó en una actividad evangélica ampliamente difundida por medios oficialistas.
A la vigilia “Sana nuestra tierra”, realizada el pasado viernes 26 de abril, también asistió la alcaldesa orteguista Reyna Rueda. Ambos llegaron vestidos de blanco. Cantaron, aplaudieron y sonrieron mucho para las cámaras del 19 Digital, que publicó al menos 25 fotografías de Rueda y el “heredero” político de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Gran reunión de Fe, Fortaleza, Adoración y Devoción en nuestro Señor Jesucristo! A él la Gloria y la Honra! Nicaragua de Jesucristo! (Sic)”, escribió al día siguiente Ortega Murillo en su cuenta de Twitter, en un arrebato de fe cristiana que no se le había visto antes.
El propósito de la actividad religiosa fue celebrar el aniversario 26 de Radio Maranatha y el número 15 de la iglesia Ríos de Agua Viva.
“Nicaragua tiene hambre y sed de Dios, y se ha profetizado un avivamiento grandísimo en los próximos días, para los próximos meses, para los próximos tiempos, y esperamos que ese avivamiento ya ha comenzado sobre nuestra nación”, aseguró el pastor Omar Duarte, que ayer no respondió a las llamadas telefónicas de LA PRENSA.
Durante la vigilia el micrófono le fue cedido a la alcaldesa Rueda, quien a su vez agradeció a Dios “la paz que reina en nuestro país”.
Gran reunión de Fe, Fortaleza, Adoración y Devoción en nuestro Señor Jesucristo! A él la Gloria y la Honra! Nicaragua de Jesucristo! https://t.co/VuQ6GOI4nh
— Laureano Ortega Murillo (@LaureanoOrtegaM) 27 de abril de 2019
Oportunismo
Hasta hace poco lo normal era ver a la familia Ortega Murillo asistiendo a misa. Pero desde que la dictadura declaró enemiga a la Iglesia católica se ha acercado a ciertos jerarcas evangélicos, cuya postura durante la crisis que atraviesa Nicaragua ha sido el silencio.
Para Henry Ruiz, exguerrillero sandinista y uno de los nueve miembros de la Dirección Nacional en los años ochenta, se trata de la “expresión política de un oportunismo primordial”. No es algo nuevo que el orteguismo intente utilizar la religión como una herramienta de dominio ideológico, apunta el excomandante.
Por su parte, Eliseo Núñez, exdiputado y miembro del Frente Amplio por la Democracia, opina que esta repentina conversión religiosa “es un juego donde lo único que queda claro es que ellos no tienen principios ni ideologías. Su objetivo es sostenerse en el poder, así tengan que matar y echar presa a la mitad de Nicaragua, así tengan que convertirse a la religión de Tom Cruise, la cienciología”.
“Ahora son evangélicos porque los católicos están en contra de ellos. Y van a salir encuestas diciendo que la mayoría de la población es evangélica y la minoría católica”, considera Núñez.
El objetivo de la dictadura podría ser el acercarse a un segmento de la población, estima el exdiputado. Sin embargo, no cree que la estrategia funcione. “Ortega comprende que la Iglesia evangélica no tiene una jerarquía definida. Y es una canallada lo que está haciendo con los evangélicos, queriendo pintarlos como si todos son sus seguidores. Está aprovechando el oportunismo de unos pocos pastores para poder dar ese imagen”, dice.
“Fueron ultracatólicos, marianos, celebraban a la Virgen y al Niño Dios mientras les servía y ahora, pues, no les sirve”, señala Núñez. “Lo único que podés determinar es lo absurdos y faltos de principios que están. No tienen nada definido, solo se mantienen”.
¿Posible fórmula?
Para el excomandante Henry Ruiz, la aparición pública de Laureano Ortega Murillo y Reyna Rueda podría ser señal de una posible fórmula electoral en futuros comicios.
“Ahora van a ir a elecciones, porque están obligados. Daniel Ortega es un político derrotado. ¿Cómo salvar su propio partido? Sacando nuevos elementos, reclutando, haciendo proselitismo sobre la base más atrasada del pueblo”, señala Ruiz.
El propósito de que Laureano Ortega Murillo se presente como un gran creyente es mejorar la imagen del orteguismo, considera el excomandante. Pero “no sé si lo lograrán, porque aquí hay un sello horrible sobre el orteguismo”.