El pasado martes en Panamá sucedió uno de los robos más descomunales en el boxeo. El nicaragüense Limber Ramírez peleó durante 11 asaltos contra el cubano Leosdan Núñez. No obstante, dos de los tres jueces vieron ganador al peleador de la isla: Pablo Brands vio 103-102 al igual que Octavio Rodríguez, el único que decretó ganador al pinolero fue Guillermo Pérez (105-100).
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Lo insólito es que Limber Ramírez, quien estaba siendo dirigido desde la esquina por Luis Cortés, entrenador del campeón Félix Alvarado, envió en cuatro ocasiones a la lona a su oponente. Primero con un cruzado a la barbilla en el segundo asalto, luego en el cuarto dos veces más: con la misma izquierda al rostro y luego sacó provecho de un intercambio confuso para regresarlo a la lona.
La última caída ocurrió en el noveno round con un volado de izquierda que estalló en la mejilla derecha del cubano, cayendo de inmediato. Logró reincorporarse y sobrevivir. Aún así, para los jueces no fue suficiente para ver ganador a Ramírez, víctima del fallo localista.