Ante la detección reciente de casos de fiebre de Mayaro, a través de la vigilancia por laboratorio, en áreas donde no se había reportado antes, el pasado 2 de mayo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alentó a los Estados miembros a “desarrollar y mantener la capacidad para la detección de esta enfermedad, incluida la capacidad para el diagnóstico por laboratorio y la sensibilización de los profesionales de salud”.
Tras la alerta epidemiológica, países como Honduras, Costa Rica y República Dominicana permanecen en monitoreo del virus, aunque aún no han confirmado casos; mientras que en Nicaragua el Ministerio de Salud (Minsa) no se ha pronunciado al respecto.
Para la OPS es elemental mantener informados a los profesionales de salud para que al momento de diagnosticar consideren la fiebre de Mayaro y no la confundan con chikungunya, dengue o zika.
La enfermedad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad es parecida al dengue, con un inicio repentino de fiebre, dolor de cabeza, dolor detrás del globo ocular, mareos, dolores musculares y edema (inflamación) articular, muchas veces incapacitante.
La enfermedad no es letal y puede durar de tres a cinco días, pero el dolor producido en las articulaciones puede durar semanas o meses.
De acuerdo con la OMS, los factores que influyen en la incidencia del virus son la alteración de los ecosistemas y la deforestación; el desplazamiento de poblaciones y la intromisión de los seres humanos y animales domésticos en los hábitats de artrópodos (como insectos, arañas y crustáceos).