Monseñor Miguel Mántica, párroco de la iglesia San Francisco de Asís en Managua, explicó este domingo que para los cristianos dañar una tumba es “pisotear algo sagrado”, porque es donde está un cuerpo que fue templo del Espíritu Santo.
“Aún cuando nuestra alma se separa de nuestro cuerpo, sigue siendo digno de todo respeto. Entonces cuando se da la profanación, que significa pisotear algo sagrado, porque el cuerpo es templo del Espíritu Santo y profanar un cuerpo o la tumba que lo contiene, es tocar algo que es sagrado”, dijo Mántica.
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En la víspera del Día de los Muertos, que se conmemoró este sábado 2 de noviembre, se conocieron al menos tres casos de profanación de tumbas de personas que murieron por la represión del régimen de Daniel Ortega, contra las protestas civiles.
Profanaciones
El mismo Día de los Muertos se conoció la profanación de la tumba de Josué Israel Mojica, ubicada en Diriamba, Carazo. La lápida de cerámica fue destruida ante la vista de los guardas de la Alcaldía sandinista y la Policía Orteguista (PO). Es por eso que los familiares de Mojica aseguran que los fanáticos de Ortega fueron los que profanaron su tumba.
Mojica tenía 20 años cuando murió. Fue asesinado el 8 de julio de 2018, en los tranques de Diriamba, durante la llamada “operación limpieza”, que implicó un ataque armado de paramilitares y policías contra las personas que protestaban contra Ortega.
También, el 30 de octubre pasado, la Asociación Madres de Abril (AMA) denunció que la bóveda de José Manuel Narváez Campos, asesinado también en el ataque armado del 8 de julio del año pasado, en Jinotepe, Carazo, fue manchada con aceite negro, y la cruz de su tumba fue rayada con las siglas FSLN del partido gobernante, y otras expresiones que usan los fanáticos orteguistas.
Monseñor Mántica hizo un llamado a la reflexión a las personas que cometen esos actos de profanación.