Estamos viviendo tiempos acelerados, de compulsión, baja tolerancia al fracaso y altos niveles de estrés, lo que muchas veces no nos permite darle importancia a cosas tan fundamentales como conocernos a nosotros mismos, lo cual es clave para alcanzar grandes logros no sólo en la vida personal, sino de todos los que nos rodean. Estamos hablando del Liderazgo Personal, un concepto que pocos conocen cuando de liderazgo se habla. Así lo indica la MSC Kelly Valle, especialista en Coach Ejecutivo y Coach de Equipo.
Podemos definir el Liderazgo Personal como la capacidad de tomar el timón de nuestra vida y darle un sentido. La especialista indica que liderarnos a nosotros mismos es necesario realizar 7 prácticas muy importantes y nos explica cómo hacerlo: Reflexión, Autoconocimiento, Humildad, Mejoramiento, Voluntad, Responsabilidad plena e Integridad.
Reflexión. Pregúntate ¿a dónde voy?, ¿qué estoy haciendo aquí?, ¿de dónde vengo?, ¿cuáles son mis valores, mis principios?, ¿cuál es mi plan personal de vida, mi misión y visión?, ¿qué es lo que le da sentido a mi vida? ¿qué me motiva y me hace brillar?, ¿en qué utilizo mi tiempo?.
Autoconocimiento. Conocerse a sí mismo es la clave del auto liderazgo y se logra haciendo una evaluación personal para descubrir, identificar y reconocer tus formas de pensar, sentir y actuar. Evalúa ¿qué percepción tienen los demás de mi?, ¿soy coherente con lo que yo creo que soy, lo que los demás miran que soy y lo que realmente soy?, ¿hay coherencia entre lo que pienso, digo y hago?, ¿qué estilo tengo? ¿soy único?, ¿por qué sorprendo a los demás?, ¿qué experiencia viven las personas al acercarse a mí?, ¿cómo son mis acciones y mis decisiones?, ¿cuál es mi ventaja competitiva, la huella y el legado que estoy dejando?
Humildad. En esta práctica es importante preguntarse qué tanta humildad tengo para con los demás y saber que todos somos importantes en una sociedad, entender que cada quien tiene sus fortalezas y conocimientos, asimismo, que nadie es más que nadie.
Mejoramiento. Para mejorar es fundamental dedicar tiempo a todos los ámbitos que forman parte de mí como ser humano: espiritual, humanitaria, sentimental, religioso e intelectual porque el equilibrio entre todas estas partes es muy importante para ser cada día mejores, ya que muchas veces nos enfocamos sólo a una área de nuestras vidas, descuidando las demás.
Voluntad. Practicar la voluntad es tener en cuenta los determinismos y los temores a equivocarse, dejándolos a un lado para afrontar los retos de ser cada día mejores, con voluntad, determinación y actitud positiva.
Responsabilidad plena. En este punto la pregunta es ¿soy protagonista o víctima? porque muchas veces nos estamos quejando constantemente (“me robaron”, “me despidieron”, “no me quieren”, “salí mal en la tarea”, etc), cuando lo realmente importante es hacerte responsable de tus actos y sus consecuencias, tener la capacidad de responder y dar cuenta de tus propios actos.
Integridad. Es una de las cualidades más valorados del ser humano y se construye por procesos básicos, como la coherencia entre ser, decir y actuar. La práctica de la integridad debe ir con el plan integral de vida.
Para tomar el timón de sus vidas, “les insto a definir sus valores, redactar su misión, fijar objetivos en la vida, planificar sus acciones, hablar con pasión, que vivan plenamente y vivan cada momento presente”, finalizó Kelly Valle.