Las pérdidas en Nicaragua han sido enormes y de todo tipo: más de 328 vidas humanas, pérdidas económicas y contables, hasta morales y sociales. Desde abril de 2018, la represión desatada por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha sumido al país en una agobiante racha de pérdidas y derrotas.
LA PRENSA entrevistó al sociólogo y economista Oscar René Vargas, al investigador en asuntos de defensa y seguridad Roberto Cajina y a la Red Internacional de Derechos Humanos para elaborar esta lista que reseña, a grandes rasgos, las siete grandes pérdidas del país desde el inicio de las protestas sociales en 2018 y su resistencia hasta 2019.
1. Adiós desarrollo económico
Entre los años 2007 y 2017 la economía creció, en promedio anual, 3.78 por ciento. A partir de abril 2018 la economía ha entrado en recesión con un acumulado negativo de menos 10.1 por ciento.
Desde abril 2018 hasta diciembre 2019, la economía tendrá siete trimestres y 21 meses de contracción económica. Las reformas fiscales, el aumento del precio de la energía y los combustibles y otras duras medidas económicas de la dictadura han empeorado las condiciones de vida de los ciudadanos.
De acuerdo a las proyecciones, en los años 2018 y 2019 se ha producido un incremento de la pobreza de cerca de 1.2 millones de nicaragüenses bajo la línea de la pobreza, para alcanzar niveles que existían a finales de la década de los 80, cuando uno de dos nicaragüenses vivía en estas condiciones.
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2. Inestabilidad del INSS en picada
Entre el 2018 y 2019, debido a la crisis de represión que derivó en una profunda crisis económica, se desafiliaron 173,069 mil trabajadores del INSS y se destruyeron más de 417,000 empleos.
El régimen de Ortega proyecta este 2019 que el Seguro Social cierre con un déficit de 3,138.8 millones de córdobas y en 2020 con un déficit de 3,184.8 millones de córdobas, mientras cerró 2018 con un faltante de 4,333.19 millones de córdobas.
Esta serie de pérdidas forzaron a la dictadura a una brutal reforma que no ha logrado revertir la crisis del Seguro Social. Al contrario, las sanciones de Estados Unidos al presidente ejecutivo, capitán en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto López Gómez, por corrupción y lavado de dinero, han empeorado la situación de la institución.
3. Imagen de país más seguro destrozada bajo bota policial
Antes de abril de 2018, la dictadura realizaba una campaña de mercadeo internacional por medio del slogan “Nicaragua país más seguro de Centroamérica”, para atraer inversionistas y turistas, a criterio del investigador en temas de seguridad, Roberto Cajina.
Después de la sanguinaria actuación policial y parapolicial contra los manifestantes, con más de 328 víctimas mortales, miles de heridos de balas, cientos de secuestros, abusos de los derechos humanos y la aplicación de facto de un estado policial, aquella campaña ha quedado hecha añicos y la imagen policial más degradada que nunca en la historia del país.
Los informes de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en 2018 y 2019, más los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que achacó crímenes de lesa humanidad a la dictadura y sus funcionarios, a criterio de Cajina, enterró para siempre a nivel nacional e internacional la credibilidad policial y la imagen país.
Esta situación se evidencia en el siguiente dato: el director de la policía Francisco Díaz Madriz ha sido sancionado por Estados Unidos y Canadá por violación de derechos humanos, junto al subdirector, Ramón Avellán Medal, a quien específicamente le achacan la aterradora cifra de 107 personas asesinadas.
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4. Torturador de los derechos humanos
Antes de abril de 2018, Nicaragua aun guardaba ante la comunidad internacional una cuestionada y cada día más deteriorada imagen de país respetuoso de los derechos humanos. Sin embargo, la matanza de más de 328 personas desde abril de 2018, la violación masiva y sistemática de los derechos humanos más elementales de los nicaragüenses y la enfermiza negación de tales abusos, han colocado la imagen del país ante el mundo como uno de los más déspotas y violentos regímenes contra su propio pueblo.
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Las condenas consecutivas en 2018 y 2018 del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos, de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, más las declaraciones a granel de cientos de organizaciones de derechos humanos, defensores, personajes y países, han desnudado las políticas de abusos contra los derechos humanos que aplica la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Estas políticas de terror estatal han provocado hasta la degradación internacional de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, que en esencia debería ser independiente, pero que bajo la dictadura se volvió un instrumento más para negar los derechos humanos a los nicaragüenses.
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5. Ortega y Murillo, parias internacionales
Si al inicio de 2018 la dictadura de Ortega y Murillo gozaba de alguna mínima credibilidad internacional, después del 18 de abril de 2018 y hasta la fecha, han perdido todo reconocimiento diplomático y junto a Cuba y Venezuela, se han convertido en gobiernos parias ante la comunidad internacional.
Después de abril 2018, el discurso del régimen sobre el “fallido golpe de estado” y las múltiples negaciones sobre la existencia de los paramilitares, parapoliciales y paraestatales en la represión cotidiana ha perdido toda credibilidad ante la abrumadora mayoría de los medios de comunicación internacional, así como en las cancillerías de la mayoría de gobiernos latinoamericanos y europeos representados en los foros internaciones como ONU, OEA, UE.
Perdieron hasta la imagen de “izquierda” ante la Internacional Socialista, que expulsó al FSLN de sus filas y todo ello ha alejado la cooperación internacional del país.
6. Azote de la libertad de expresión
El asesinato de un periodista en abril de 2018, el exilio forzado de decenas, la cárcel a varios periodistas, la invasión, asalto, destrucción y robo a los edificios de varios medios de comunicación, más el asedio, acoso y censura contra los medios de comunicación independientes que han sobrevivido, colocan a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en la vitrina de los peores regímenes en el continente en materia de libertad de expresión y libertad de prensa.
Bajo sus políticas de represión contra los medios, han cerrado varios periódicos y radioemisoras, mientras mantiene el bloqueo aduanero a LA PRENSA desde hace 63 semanas.
7. Turismo en fuga
Un Informe del Instituto Nicaragüense de Turismo (INTUR) detalla que en el 2018 se cerraron 123 establecimientos de alojamiento turísticos debido a la crisis sociopolítica generada por la represión; en consecuencia, hay 977 habitaciones menos y 1,742 camas que ya no están disponibles.
Ahora (2019) hay 360 hoteles inferior a los 388 en el 2017. La crisis obligó, además, al cierre de al menos 800 restaurantes y muchos países mantienen las alertas de viaje a Nicaragua, debido a la presencia de parapolicías, policías y fanáticos del régimen asolando en los sitios públicos y privados, lo cual ha alejado no solo a los turistas, sino también a los inversionistas.