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asesinato, Altamira, Adrián José Guerrero

Adrián Guerrero conoció a Patricia Quintana en enero de 2019. LA PRENSA/Alejandro Flores

La historia de Adrián Guerrero, el hombre que mató a sus padres por odio y por dinero

Los golpeó, los acuchilló y luego los envolvió en bolsas plásticas. Un día después del crimen, él y su pareja se fueron a pasear. El crimen, aseguran testigos y amigos de la familia, comenzaron a planearlo meses antes

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Cuando Adrián José Guerrero Echeverry nació el 10 de septiembre de 1981, la alegría embargó a la familia, principalmente a sus padres, quienes se regocijaban por la llegada de su segundo hijo.

Antes de su nacimiento, el matrimonio del nicaragüense Guillermo Adrián Guerrero Espinoza y la hondureña Sonia Marlen Echeverry de Guerrero,  tenía a una niña de 6 años, Karla Guerrero Echeverry.  “Adriancito”, como le llamaba su familia de cariño, nació con enanismo. Dos años después de su llegada, el matrimonio tuvo a un tercer hijo, otro varón, al que llamaron David Josué.

El hecho que “Adriancito” haya nacido con el trastorno óseo (enanismo), no trajo ningún tipo de frustración en la familia, cuenta una amiga de la familia que prefiere el anonimato. Sus padres le dieron mucho amor y las atenciones médicas que requería. Tampoco descuidaron sus estudios, y para evitar que los demás niños le hicieran bullying en el colegio por su condición, una profesora llegaba a darle clases a su casa, ubicada en Residencial Altamira, en Managua,  recuerda la amiga de la familia.

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“No sé por qué mató a sus padres. Ellos le daban mucho amor y lo llevaban a los mejores médicos para atender su mal derivado de las complicaciones (del enanismo). Sus padres nunca lo descuidaron”,  narra la amiga de la familia.

La noche del 16 de noviembre de 2019, mediante un plan preconcebido, Adrián Guerrero junto a su pareja Nidia Patricia Quintana, asesinó de manera atroz a sus padres de 74 años y 73 años: los golpeó, los hirió y luego los asfixió con una almohada. Sus cuerpos fueron encontrados en unas bolsas plásticas para recolectar basura. La Fiscalía asegura que el odio y el interés económico fueron los motivos que lo llevaron a matarlos.

Nidia Quintana y Adrián Guerrero. LA PRENSA/Alejandro Flores Valle

Nidia Quintana, la “manzana de la discordia”

Testigos y amigos de la familia Guerrero Echeverry aseguran que la tragedia se empezó a tejer 10 meses antes, en enero de 2019, cuando Adrián Guerrero conoció a Nidia Quintana, a quienes llaman la “manzana de la discordia”.

Desde un inicio de la relación de pareja entre Adrián Guerrero y Nidia Quintana, la madre de éste decía que la mujer le daba mala espina y que le parecía que era muy mala persona. Los lamentos de doña Sonia los hacía en presencia de Teresa del Carmen Aburto Jarquín, quien inició a trabajar para la familia Guerrero Echeverry el 16 de julio de 2018, como asistente del hogar.

Teresa Aburto, después del crimen, le dijo a la Policía que el hijo tenía una pareja, quien llegaba tres veces por semana a verlo a su casa. La testigo aseguró que doña Sonia le expresó que en una ocasión que su nuera intentó golpearla. También le contó a la Policía que el acusado era agresivo con sus padres y que en varias ocasiones discutió con sus progenitores, a causa de la mujer, a quien Adrián Guerrero le entregaba todo del dinero que le daban sus padres. Estos al enterarse, ya no estaban dispuestos a darle más dinero a su hijo.

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En una ocasión, Adrián Guerrero amenazó a sus padres y les expresó, “que si tuviese un arma de fuego, los mataría”. La asistente del hogar escuchó en varias ocasiones que éste manifestaba su deseo de asesinar a sus padres, a quienes les decía “que eran unos miserables, porque no le daban más dinero”.

Tres meses antes del crimen planearon la huida

A partir de agosto de 2019, tres meses antes del asesinato, la pareja empezó a planificar el crimen. Adrián Guerrero reconoció como su hija a una niña de 3 años, hija de Nidia, con el fin de huir con ella y  la menor hacia Panamá, después que cometieran el doble crimen. Guerrero y su pareja obtuvieron un certificado de nacimiento emitido por el Registro del Estado Civil de las Personas de Managua,  con fecha del 13 de septiembre de 2019, a nombre de la niña de iniciales T.M.G.Q., donde consta que dicha menor aparece registrada como hija en común de los acusados.

Dos días después que Guerrero matara a sus padres obtuvo el testimonio de escritura pública número 1403, autorizado el 18 de noviembre de 2019, a la 1:00 de la tarde, ante la notario Deysi Lizandra Matus Rocha, denominado permiso de salida, donde consta que comparecieron los acusados, quienes autorizaron que la menor de iniciales T.M.G.Q., de 3 años de edad, iba a salir del país con destino a Costa Rica. Posteriormente, ellos huirían a Panamá, llevándose consigo a la niña.

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La Policía le ocupó a los acusados, en el hotel Crowne Plaza (donde se hospedaron después de cometer el doble crimen) tres recibos oficial de la Dirección de Migración y Extranjería, a nombre de los acusados, así como de la niña. Los recibos corresponden al pago de agilización de pasaportes con fecha de 18 de noviembre de 2019 y fecha de entrega 19 de noviembre de 2019. El Ministerio Público pretende demostrar en el juicio contra Adrián Guerrero y Nidia Patricia, que ambos pretendían abandonar el país con el fin de garantizar su impunidad, y pretendían viajar con la niña.

La casa de los Guerrero Echeverry en Altamira, Managua. HOY/Perla Gutiérrez

Sangriento hecho en el cuarto de “Adriancito”

El día que Adrián Guerrero asesinó a sus padres con ayuda de Nidia Quintana, la mujer llegó temprano a la vivienda de Altamira. Después a eso de las 7:00 de la noche del mismo día, la pareja de asesinos desconectaron los dispositivo de las cámaras de seguridad instaladas en la vivienda y cuarto de las víctimas. El ataque al par de ancianos por parte de su nuera y su hijo se materializó entre las 9:00 y 11:00 de la noche del 16 de noviembre de 2019.

El acusado, de 38 años años, estaba en su cuarto junto a su pareja y aprovecharon que la víctima Sonia Echeverry estaba en el baño; el acusado aprovechándose de su condición física (invalidez) le pidió a su padre que llegara a su dormitorio.

Cuando Guillermo Guerrero ingresó al cuarto de su hijo, de inmediato la acusada, quien portaba en sus manos un tubo metálico de 79 centímetros de largo y 2.5 centímetros de ancho, le propinó un golpe en la frente, cayendo al piso. Después le propinó múltiples golpes en la parte frontal de la cabeza provocándole nueve heridas, más una lesión en el tabique nasal, que le provocaron múltiples fracturas en el cráneo y por consiguiente la muerte. Después ambos acusados, lo ataron de las manos y amordazaron. Le obstruyeron las vías respiratorias al colocarle un type transparente alrededor de la boca y nariz y después envolvieron todo el cuerpo en plástico transparente.

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Siguiendo con el macabro plan, el acusado llamó a su madre. Cuando la señora ingresó al cuarto de su hijo, la acusada le propinó un tubazo en la parte izquierda de la cabeza, ocasionándole una enorme herida y cuando estaba en el piso, su nuera le colocó ambas manos de frente y con el type transparente la ató y después la amordazó, cubriéndole totalmente la boca y nariz.

Después con un plástico transparente, ambos acusados envolvieron, aún con vida y en posición fetal el cuerpo de Sonia y la arrastraron hasta una habitación. Ahí la metieron a un closet de madera y la acusada, Nidia Quintana le colocó una caja grande encima.

Después Adrián Guerrero se apropió de las tarjetas de crédito y débito de sus padres, y huyó junto con Nidia Patricia en el carro de las víctimas.

Hijo hizo “averías” con las tarjetas de crédito

Durante el juicio contra Adrián Guerrero y Nidia Quintana, programado para enero de 2020, la Fiscalía acreditará con las copias de facturas a nombre de Adrián Guerrero, que después de asesinar a su padres, realizó múltiples compras con la tarjetas de créditos de las víctimas.

Con el testigo Guillermo Matamoros, de una tienda de electrodomésticos de Ciudad Sandino, se demostró que el 17 de noviembre de 2019, un día después de asesinar a sus padres, el acusado se presentó a la tienda, junto a la mujer, y compraron artículos varios, por los que pagaron 42 mil córdobas.

Ese mismo día, a eso de las 3:30 de la tarde volvieron a llegar a la tienda a comprar artículos varios por 20 mil 30 córdobas.

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Un vendedor de la tienda, escuchó decir a la acusada que el 19 de noviembre de 2019 les entregarían los pasaportes y se irían a Panamá.

Incluso, los acusados que no muestran arrepentimiento en los videos que tiene la Fiscalía en su contra, un día después del crimen hasta fueron a pasear a la Laguna de Xiloá y almorzaron en ese centro turístico.

Según las pesquisas de la Policía, en el piso de las habitaciones del acusado y las víctimas, en los pasillos y closet de madera se reveló presencia de sangre oculta, que fue descubierta por medio de la reactivación luminol y se establece que la escena del crimen fue limpiada después del crimen posterior a los hechos.

Acusada con  antecedentes

La Policía practicó la prueba de huellas dérmicas en los plásticos que los acusados usaron para envolver a las víctimas. Se recolectó el plástico con el que fue envuelto el cuerpo de la víctima Sonia Echeverry y se determinó que las impresiones digitales y palmares recolectadas en los plásticos eran de Nidia Patricia Quintana. Esta evidencia está relacionada con el registro dígito-palmar, de la Plataforma Multibiométrica del Sistema Automatizado de Identificación Dermastoscopica (SAID) de Nicaragua, con dos registros coincidentes a nombre de la acusada.

Según la Policía, Nidia Patricia Quintana, quien actualmente tiene 26 años de edad, tiene antecedentes por obstrucción de funciones el 21 de diciembre de 2012 y robo con intimidación el 26 de diciembre de 2013.

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Con su huida hacia Panamá, los acusados pretendían asegurar su impunidad, pero no contaban que la Policía ya los tenía ubicado y los detuvo a las 9:00 de la noche del 18 de noviembre de 2019, frente al hotel Crowne Plaza, en Managua.

Adrian José Guerrero Echeverry es acusado por la Fiscalía de los delitos de parricidio y robo agravado en perjuicio de sus padres, mientras que su pareja Nidia Patricia Quintana de asesinato agravado y robo. El juicio está programado para enero de 2020. Adrián Guerrero aseguró que fue su idea matar a sus padres y que cuando los asesinó él y su pareja, “estaban endemoniados”.

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