Las muertes a causa de conflictos por tierras en el caribe norte, entre indígenas y colonos, tiene preocupada a la iglesia católica de la región, cuyas autoridades de las 15 parroquias existentes en esa zona se han estado reuniendo para encontrar solución a la violenta situación.
Como colonos se les conoce a las personas que son del pacífico de Nicaragua pero llegan a asentarse en tierras, especialmente en el caribe, que los indígenas reclaman como propias mediante títulos ancestrales.
De acuerdo con el párroco de Waspán, Rodolfo French, quien es el encargado de medios de comunicación de la diócesis de Siuna, los sacerdotes se han estado reuniendo, pero aún están a la espera de que un pronunciamiento sobre la crisis sea oficializada por el nuevo obispo Paul Schmitz.
De manera extraoficial se conoce que los sacerdotes de la diócesis de Siuna están interesados en que surjan “propuestas concretas” para acabar con los conflictos por tierras en la región, que están generando “al extremo pérdidas de vidas humanas”.
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La idea principal que se estaría discutiendo es la creación de un foro en el que representantes de todas las comunidades existentes puedan discutir el problema con las autoridades del Estado, para que se haga “un abordaje integral y urgente” sobre la situación.
06 indígenas de la comunidad mayagna Alal, ubicada en la Reserva de Biósfera Bosawás, fueron las últimas víctimas del ya histórico conflicto de tierras entre indígenas y colonos en el caribe del país.
Dentro de las pláticas entre los sacerdotes, se conoció de forma extraoficial que hay mucho descontento con el actuar de las autoridades estatales sobre el tema, a las cuales se les señala de “pasivas” y de actuar con mucho “silencio” ante las violaciones a la ley y los problemas existentes.
Los sacerdotes católicos también están preocupados por el deterioro de la naturaleza, ya que los colonos están destruyendo tierras forestadas para utilizarla en cultivos y en la crianza de ganados, también construyendo casas, aumentando lo que se conoce como “el avance de la frontera agrícola” que deteriora la vida en las comunidades.
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Aunque la mayor preocupación se centra en la violencia que está costando muchas vidas humanas en la zona. El último hecho de sangre causado por esta situación se produjo a finales de enero pasado, cuando un grupo de 80 hombres armados, supuestamente colonos, invadió la comunidad de Alal, quemando viviendas de varios comunitarios indígenas y ocasionando la muerte de seis personas.
El origen del problema
A inicios de los años 1900 la Costa Caribe nicaragüense estaba influenciada por Gran Bretaña, lo que se conoce como la Mosquitia. En 1905, mediante el tratado Harrison-Altamirano, el Estado nicaragüense reconoció que ese territorio pertenece a los indígenas. Pero desde hace años los indígenas vienen lamentando que el Estado no respeta ese derecho ancestral y permite que personas del pacífico las ocupen para la agricultura y la ganadería.
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Muchas de las tierras indígenas están en reservas naturales y habitada por diferentes animales como tigres, leopardo, saíno, venado, güiña, cusuco, guatusa, monos, chancho de monte y muchas otras especies. También hay madera como caoba, cedro macho y guapinol, entre otras.