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En estos retenes los policías piden cédulas de identidad y las fotografían. También revisan los vehículos minuciosamente e igual les toman fotos. Las medidas de seguridad son extremas. A veces, los policías no quieren dejar entrar ni a los habitantes del sector, porque, como los rotan, los tratan como desconocidos. LA PRENSA/ÓSCAR NAVARRETE

Mis vecinos, los Ortega Murillo

Los habitantes del reparto El Carmen sufren los desmanes de los Ortega Murillo, quienes desde el 2007 han extremado las medidas de seguridad en el lugar

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Los fines de semana solían ser días de muchos niños y carritos de Eskimos en el parque El Carmen de Managua. Y en los días de semana llegaban personas de otros barrios cercanos a caminar por las mañanas y las tardes, madres con sus niños y muchachos de los colegios a jugar pelota.

Esos tiempos ya se acabaron. O al menos están suspendidos de momento.

Pocas personas entran ahora al reparto El Carmen. Quienes lo hacen no se escapan de ser esculcadas por policías uniformados y también detectives vestidos de civil. Les toman fotos a las cédulas de los visitantes, a los vehículos, revisan las valijeras y hasta hacen que las personas se bajen de los vehículos.

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Nada fuera así sino es porque en ese vecindario vive una familia, los Ortega Murillo, la familia presidencial, que en total ocupa siete propiedades, incluido un estadio de beisbol, donde antes solía practicar el equipo Bóer.

En muchas de las casas del lugar hay un rótulo que dice: “Se vende”. Los vecinos explican que prefieren irse, a vivir rodeados de policías y sin que sus amistades y familiares los puedan visitar con tranquilidad.

Daniel Ortega y Rosario Murillo salen de El Carmen en enormes caravanas de vehículos, custodiados por decenas de policías. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Nuevos en el vecindario

Los primeros afectados por el aterrizaje de los Ortega Murillo en el reparto El Carmen fueron los dueños de la casa donde ahora habita la pareja presidencial.

Jaime Morales Carazo era un hombre que estaba relacionado con al menos 40 empresas y tenía un barco pesquero. Cuando ocurrió el triunfo de la revolución sandinista, en 1979, Morales Carazo estaba en México y su esposa Amparo Vásquez estaba en Estados Unidos.

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Solo ella logró entrar una vez más a la que era su casa en el reparto El Carmen, pero cuando llegó al inmueble encontró ahí, con una bata que era de ella, a una mujer de nombre Rosario Murillo, la compañera del nuevo ocupante de la casa, Daniel Ortega Saavedra, nada más y nada menos que el nuevo gobernante de Nicaragua tras la caída de los Somoza, coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN).

Después, los Ortega Murillo fueron adquiriendo otras propiedades, hasta completar siete en total, incluyendo el cuadro de beisbol.

Los vecinos de El Carmen dicen que la pareja presidencial también le ha cercenado terreno al parque, primero en los años ochenta, cuando Rosario Murillo construyó la Casa Fernando Gordillo, para eventos culturales, y también ahora en los últimos años, cuando construyeron una caseta para los policías que vigilan la zona.

No solo policías custodian El Carmen, también lo hacen miembros del ejército. La vigilancia ha aumentado desde el 2007. LA PRENSA/ ARCHIVO

El Carmen

El reparto El Carmen se llama así porque queda cerca de la parroquia El Carmen, administrada por los padres Carmelitas, misma organización a la que pertenece monseñor Silvio Báez.

Antes se llamaba Colonia Pereira porque fue impulsada por el empresario Constantino Pereira, quien en los años 40 adquirió una finca lechera y luego construyó las primeras cuatro casas del reparto, que están frente adonde es el estadio Cranshaw.

Eran 24 manzanas de terreno y el reparto se extendió hasta donde hoy es la Plaza El Carmen, y el mismo Pereira donó el terreno para que se construyera el parque.

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Según cuenta la revista Magazine de LA PRENSA, el propio Anastasio Somoza García opinó que la obra de Pereira era descabellada.

—¿Quién será el loco que está construyendo casas en este potrero? –cuentan que preguntó Somoza García un día que pasó por la prolongación de la Calle Colón, mientras un grupo de albañiles construía las nuevas viviendas. Uno de los militares que le acompañaba respondió:

—Son casas que va a vender Constantino Pereira.

—Hombré –reaccionó el dictador– yo he escuchado hablar de Constantino como un hombre emprendedor, pero no creo que esto le funcione.

Estaba equivocado el dictador. La idea de Pereira no solo funcionó, sino que ahora ahí vive también el nuevo dictador de Nicaragua.

Carlos Tünnermann vive en El Carmen desde 1959. Es casado con Rosa Carlota Pereira, hija de Constantino Pereira, el creador del reparto El Carmen, el cual inicialmente se llamaba Colonia Pereira. En la actualidad, dos cámaras de video apuntan hacia la casa de Tünnermann, coordinador de la Alianza Cívica. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

La vigilancia

Desde que los Ortega Murillo se instalaron en El Carmen comenzaron las incomodidades.

No solo fue en los años ochenta la vigilancia militar alrededor de la casa de los Ortega Murillo, convertida luego en Secretaría del FSLN y ahora también en Casa Presidencial. Fue también en los noventa.

“Siempre hubo una discreta vigilancia policial y hasta un pequeño contingente de soldados del Ejército, desde los tiempos de doña Violeta Barrios. Esa presencia policial fue aumentando con el tiempo, hasta convertirse en una o dos escuadras de tropas especiales, que permanecían día y noche. Por las mañanas un grupo de especialistas revisaban las alcantarillas, auxiliados por perros”, recuerda Julio Icaza Gallard, habitante de El Carmen, quien ahora vive en España desde antes de abril de 2018.

Ahora, los Ortega Murillo tienen cerrado el acceso a El Carmen, inclusive, con dobles retenes en los que también han colocado piedras canteras de tal forma que los conductores deben realizar giros curvos en cada entrada. El cerco policial se traga las 24 manzanas de terreno de todo el reparto y por las noches lo refuerzan con “miguelitos”, que, en este caso, son “miguelotes”, porque son grandes, explican los vecinos.

La actividad de vigilancia policial no interfería con el acceso al parque pero con el tiempo fue haciéndose más incómodo para los visitantes, explica un vecino que no desea identificarse. “Pronto la señora que vendía caramelos y raspados para los niños que llegaban a jugar dejó de llegar. Los lustradores y vendedores de esquimos y sorbetes se ausentaron del barrio. Aquello fue haciéndose un espacio cada día más desolado”, dice la fuente anónima.

Alguien que ha sufrido bastante la situación es Carlos Tünnermann Bernheim, actual coordinador nacional de la Alianza Cívica, una de las organizaciones opositoras más fuertes que enfrenta a Ortega en la actualidad.

Tünnermann tenía a un técnico muy bueno que le reparaba los electrodomésticos. Le hacía trabajos de calidad. Pero lo perdió. El hombre llegaba en un microbús y no volvió a llegar porque tenía miedo que le confiscaran el vehículo. Siempre que llegaba los policías le revisaban el automotor más que un mecánico.

Tünnermann también dejó de recibir los domingos el semanario Confidencial porque al repartidor los policías no lo dejaban entrar al reparto. El diario LA PRENSA sí lo recibe aún.

Los vendedores de frutas en carretón aún entran a El Carmen, pero a otros, como los repartidores de comida, se les hace más difícil.

Unos médicos le alquilaban una casa a la esposa de Tünnermann, Rosa Carlota Pereira, en la que tenían una clínica, pero tuvieron que irse. Era difícil que los policías dejaran entrar a los pacientes.

Además, en ocasiones los médicos realizaban algunas cirugías y debían salir en medio de las operaciones porque, si por la calle iba a pasar la caravana del comandante Daniel Ortega, los policías obligaban a quitar los vehículos que estaban aparcados sobre la vía.

De esa forma, son muchas las familias que han optado por irse del lugar y debido a ello se pueden ver muchos rótulos que dicen “se vende”. “Varias familias lograron vender sus casas y se fueron a otros lugares de Managua. Otras hemos quedo atrapadas”, dice un habitante de la zona.

Otro habitante de El Carmen es el ingeniero e historiador Bayardo Cuadra, quien habita muy cerca de la casa de los Ortega Murillo y señala que el control es excesivo cuando circula Daniel Ortega, algo que es esporádico.

Cuadra resiente que muchos de sus amigos ya no lo quieren visitar, pero en general no tiene muchos problemas y más bien considera que la situación hace que haya más presencia policial en la zona. “Una vez dejé la ventana del carro abierta y un policía me vino a decir”, explica Cuadra, quien añade que se saluda cordialmente con los policías.

A Daniel Ortega los vecinos de El Carmen solo lo ven en los días de elecciones, cuando él vota en una escuela del vecindario. LA PRENSA/ ARCHIVO

Los Ortega Murillo, raros vecinos

Aunque en los residenciales los vecinos no suelen verse con frecuencia, en el reparto El Carmen la gente tiene un punto de reunión importante: el parque.

Algunos vecinos de El Carmen fueron más allá y organizaron un grupo de lectura de la Biblia.

En el caso de los Ortega Murillo, a estos casi no se les ve. En la actualidad, solo se sabe de ellos cuando salen en caravanas, que son notorias por el fuerte despliegue policial que les acompaña. Antes salían de El Carmen por diferentes vías, pero ahora lo hacen solo por la vía que va a los semáforos de Montoya y luego se desvían en la calle que va hacia el Benemérito Cuerpo de Bomberos. No importa adónde vayan. Siempre salen por ahí.

“Durante los casi treinta años que llevo de vivir en el vecindario jamás he visto a Daniel Ortega, Rosario Murillo o uno de sus hijos paseando por el parque o las calles del barrio. Es una familia que ha vivido de espaldas a sus vecinos”, dice otro habitante de El Carmen que prefiere el anonimato.

En el 2007, cuando Ortega regresó al poder, los vecinos de El Carmen solo escuchaban el helicóptero en el que con mucha frecuencia se trasladaba Daniel Ortega, el cual aterrizaba en lo que fue el campo de entrenamiento del Bóer.

“Allí siempre había fanáticos mirando las prácticas los domingos o sábados, pero eso desapareció desde que se amplió la zona de seguridad y aumentaron los retenes”, explica el mismo vecino anónimo.

A los Ortega no los ven en el parque ni en las calles de El Carmen, y tampoco los han visto en misa. “Ningún feligrés de El Carmen ni de San Francisco, que es la otra iglesia cercana, ha visto a la pareja alguna vez asistiendo a misa”, dice otra habitante de El Carmen.

Una casa presidencial

El primer Palacio Presidencial de Managua, cuenta la revista Magazine, fue inaugurado por el presidente liberal José María Moncada, en enero de 1931 y estaba ubicado en la Loma de Tiscapa. Dos meses después de la inauguración, el terremoto del 31 de marzo dañó la estructura y Moncada solo mandó a “maquillar” las fallas, de manera que la estructura colapsó con facilidad en el siguiente terremoto de 1972, cuando esta ya la usaba la dinastía somocista, que hizo de la Loma su símbolo de represión.

En los años ochenta, durante el primer mandato de Daniel Ortega, se le llamó Casa de Gobierno y estaba ubicada al sur de la Asamblea Nacional, antes de llegar a La Gaceta. Pero Ortega vivía en El Carmen.

Allí estuvo un tiempo también doña Violeta Barrios de Chamorro, a partir de 1990, pero ella también vivía en su casa en Las Palmas, con la salvedad de que la vigilancia para doña Violeta era escasa y no como la que utiliza Ortega.

En la Administración de Arnoldo Alemán se construyó con ayuda de Taiwán la Casa Presidencial que está cerca de la Catedral vieja, también conocida como Casa Mamón.

En 2007, Ortega no quiso atender ahí e instaló la casa presidencial en su casa en El Carmen, un lugar que a juicio del historiador Bayardo Cuadra es “densamente poblado”, donde también funcionan dos canales de televisión, una radio y diferentes oficinas.

“Creo que esa es la razón por la que en muchos países existe una casa, en un lugar adecuado y con los controles de seguridad necesarios, destinada a ser la residencia oficial del primer mandatario y su familia, mientras dura su mandato. De esta manera no se perturba la tranquilidad y libertad del vecindario y se garantiza la seguridad necesaria”, explica Julio Icaza Gallard, vecino de El Carmen, pero residiendo en España actualmente.

Las noches

Si en el día es difícil entrar a El Carmen, por las noches es casi imposible.

Entre las 8:00 y las 9:00 de la noche, los policías comienzan a poner en las entradas los “miguelotes” y ya no dejan entrar a nadie, a menos que llegue alguien muy conocido del vecindario o demuestre que vive ahí. Pero es realmente imposible entrar para alguien más.

Carlos Tünnermann, quien considera a Ortega un recién llegado, porque él vive en la zona desde 1959, señala que habita solo con su esposa en El Carmen porque sus hijos están fuera y muchos le recomiendan que mejor se cambie de casa.

“Nuestra decisión es no salir de este barrio, donde siempre hemos vivido… Nosotros nos ponemos en las manos del Señor y no atendemos las sugerencias de trasladarnos a otro barrio. Todas las noches rezamos el rosario por una paz justa en Nicaragua y una salida cívica”, finalizó.

Jaime Morales Carazo, en el centro, tocándose la barbilla, era el dueño de la casa donde viven los Ortega Murillo. A partir del 2007 fue vicepresidente de Nicaragua con Daniel Ortega como presidente. LA PRENSA/ ARCHIVO

Dueños

Daniel Ortega y Rosario Murillo son dueños de la que una vez fue la casa de Jaime Morales Carazo en el reparto El Carmen.

El Frente Sandinista (FSLN) les asignó en 1979 esa casa que fue confiscada a Morales Carazo.

Allí, los Ortega Murillo vivieron durante los años ochenta sin legalizarla, lo cual hicieron hasta que perdieron el poder en 1990.

El 24 de abril de ese año, Ortega compró siete propiedades al Banco de la Vivienda de Nicaragua (Bavinic), en 2.2 millones de córdobas (41,573 dólares al cambio oficial de entonces), un día antes de entregar el poder a Violeta Barrios de Chamorro.

Al inicio de los años 2000, poco antes de ser compañeros de fórmula en las elecciones presidenciales de 2006, Jaime Morales Carazo señaló que él llegó a un acuerdo amistoso con Ortega en relación con la casa que este ocupa actualmente y que perteneció al primero.

En ese momento dijo que Ortega es quien puede hacer público el acuerdo pero hasta hoy no lo ha hecho.

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