La Selección Nacional Sub-23 despegó como un cohete desde el súper nocaut a Perú y parece contar con combustible nuclear. No hay equipo capaz de pincharle esa burbuja. Todo está saliendo como una sinfonía en el teatro de los sueños, no hay desbarajustes, prima la perfección. Con Dilmer Mejía y Luis Castellón como directores de orquesta desde el montículo, el equipo canalero quedó reducido a tres imparables: la metrópolis perdió la electricidad, mientras Isaac Benard le hacía un guiño a su papá a la grada con un triple barre bases, llevando la sexta victoria al hilo (3-0 en la segunda vuelta) al vencer 4-0 a Panamá.
La tarea no era sencilla por más que Panamá entraba con dos derrotas sin victorias, el abridor Abraham Atencio traía en su espalda un buen historial y la frente hinchada de orgullo al lanzarle 5.2 entradas a Cuba para una carrera. No obstante, la tropa de Sandor Guido está en la cima de la Torre Eiffel. Desde el primer inning Ismael Munguía envió una señal con doble, a pesar que Nicaragua desaprovechó a un corredor en segunda sin out, reflejaron ser un equipo incansable por morder.
En la tercera entrada los planes de Guido estaban siendo depositados en la basura. Imparable de Rodolfo Bone, falla Aldo Espinoza en el primer intento de toque, Bone es puesto out en viraje y Espinoza se termina ponchando. En un abrir y cerrar de ojos ya habían dos outs. Sin embargo, en el beisbol un out a veces puede ser una eternidad. Atencio perdió el norte. Golpeó a Munguía y a Alegría. Llegó el turno de Benard. Se sacudió la mala vibra, con un conteo de dos bolas sin strikes conectó la pelota entre el jardín izquierdo y derecho. Ni Bolt le llegaba a ese batazo. Triple matador. Y por su fuera poco, Jesús López ligó otro imparable impulsador de Benard. 3-0 el duelo. Ya no había necesidad de exigir más a Dilmer Mejía, quien mostró otra vez un nivel sobrado para el torneo con cuatro ponches en tres episodios, con dos imparables (uno infiled hit).
Nicaragua sumó una más en el quinto por wild pitch a través de Benjamín Alegría y el jinotegano Castellón apretó las tuercas para descabezar el juego desde la colina, pintando ceros desde el cuarto episodio. Este viernes toca Cuba, el mejor equipo del torneo. Ambos conjuntos invictos, pero solo una sobrevivirá de esa forma.