CARTAS DE AMOR A NICARAGUA
Querida Nicaragua: Es sabido, aunque nunca se comente, que la democracia tiene dentro de sí su propia destrucción. Y la tiene por varias causas. Paradójicamente una de estas causas es la libertad irrestricta en todo los órdenes de la vida que es característica de las constituciones democráticas.
En los regímenes democráticos un machetón como Chávez decide pertenecer de alguna manera al Ejército o la Policía de su país. Aparentemente sus aspiraciones son respetables, ha escogido una forma de servir a la nación y de procurarse el sustento en una forma decorosa. Como nadie puede penetrar su pensamiento no hay forma de conocer cuáles son sus ambiciones y hasta dónde quiere llegar en su carrera militar. Venezuela vivía en ese tiempo dentro de una democracia formal, con libertades y elecciones periódicas, la clase política era generalmente respetable, aunque en el fondo padecía el mismo mal que han padecido las democracias en Latinoamérica: abusos del poder, nepotismo, demasiado poder en el Ejecutivo y otras minucias que en un país riquísimo como Venezuela, donde nacionales y extranjeros se movían exitosamente en cualquier ambiente, no causaban mayor preocupación. Ahondando en ciertas descomposiciones políticas existentes, el ambicioso militar Hugo Chávez decide dar un golpe de Estado al presidente Carlos Andrés Pérez. El golpe fracasa pero ha sido suficiente para poner en las primeras planas a Chávez, quien es detenido y puesto en prisión. Ya ha ganado popularidad cuando queda libre mediante una amnistía que decreta el presidente Rafael Caldera.
Ahora es un líder haciendo campaña para presidente y gana la Presidencia. Confisca, cierra medios de comunicación, impone el llamado Socialismo del Siglo XXI y se acabó la democracia. Venezuela hoy es una ruina con el heredero de Chávez, con Maduro. Y así van metiéndose en cada país. Así fue Cuba, así fue Ecuador y de milagro logró salvarse, así fue Bolivia, donde el derrocado Evo Morales espera que su partido gane la elección y seguir con su socialismo en el poder.
La máxima ambición del socialismo es acabar con la democracia estadounidense, promover el caos, el vandalismo y sembrar el terror.
No se crea que la causa de las manifestaciones multitudinarias de los últimos días se deben a una reacción popular por la muerte de un ciudadano de color a manos de un policía blanco. No es problema racial, es la mano tenebrosa del socialismo del siglo XXI. Muchos de los detenidos han confesado haber recibido dinero para venir a hacer vandalismo en las ciudades norteamericanas. Por supuesto que nada lograrán en una democracia sólida como la de EE.UU. Pero tomen nota las débiles democracias latinoamericanas. Refuercen sus constituciones y apliquen con rigor las leyes al vandalismo socialista.
El autor es empresario radial.