Dos padres nicaragüenses, María Isabel González Vado y Juan Francisco Centeno Mercado, fueron condenados a 20 años de prisión cada uno por el delito de homicidio calificado de omisión, ya que según la Fiscalía Adjunta de Alajuela, Costa Rica, estos dejaron de cuidar a su hijo discapacitado de 16 años, y este falleció debido a la falta de cuido.
El hecho ocurrió en mayo de 2019, desde entonces los nicas estaban en prisión preventiva hasta que enfrentaron juicio, el cual inició el pasado 8 de junio. “La víctima tenía una serie de padecimientos médicos que le impedían realizar actividades por sí solo”, informó en una nota de prensa el Ministerio Público de Costa Rica.
Lea también: Padres nicaragüenses enfrentarán juicio por muerte de su hijo discapacitado
El Ministerio Público insistía que los papás del menor “omitieron algunas de sus responsabilidades como padres y, en apariencia, habrían dejado de cuidar al joven, por lo que se presume que la salud de la víctima empeoró, lo que le ocasionó la muerte el 25 de mayo del 2019”.
Según información de la Fiscalía tica, el menor sufría microcefalia, parálisis cerebral infantil y epilepsia. Los hechos ocurrieron en la zona de Las Vueltas, La Guácima, en Alajuela, en la casa donde vivían los papás con el menor y tres niños más.
No podía cuidarse por sí solo
“Según la pieza acusatoria, en razón a ese diagnóstico, la víctima no podía realizar actividades por sí solo y los imputados omitieron algunas de sus responsabilidades como padres; incluso, la Fiscalía, demostró que dejaron de cuidar al joven. Ante la actuación de la pareja, el Ministerio Público probó que la salud del joven empeoró, por lo que falleció el 25 de mayo del 2019”, detalló la Fiscalía en una nota de prensa.
Puede interesarle: Vigilante le disparó seis veces a su vecino por un tubo de agua
Cuando el menor falleció, Walter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica, dijo que el adolescente de 16 años pesaba poco para la edad que tenía. “Tenía el cuerpo muy ulcerado, a pesar de tener 16 años, solo pesaba 11.8 kilos (25.96 libras), se encontraba en un estado deplorable de atención y eso provocó que se hiciera un diagnóstico, que en principio nos indica que la manera de muerte es homicidio”, explicó Espinoza a los medios en mayo de 2019.
Los vecinos fueron quienes recogieron fondos para poder realizarle el funeral al menor. Los demás hijos quedaron bajo vigilancia del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) de Costa Rica.