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El joven Jerry Urbina Jarquí, de la Alianza Cívica, fue violentado este domingo. LAPRENSA/Tomada de FACEBOOK.

Miembros de la Alianza Cívica y UNAB denuncian acoso e intimidación

Dos miembros de movimientos políticos opositores al régimen de Daniel Ortega denunciaron acoso e intimidación contra ellos este domingo

Miembros de movimientos políticos opositores al régimen de Daniel Ortega denunciaron acoso e intimidación contra ellos este domingo.

Alexa Zamora, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y Jerry Urbina, de la Alianza Cívica, fueron nuevamente hostigados por la Policía Orteguista (PO).

Contra Zamora existe un constante asedio de parte de la PO por pertenecer a Agentes de Cambio y la Articulación de Movimientos Sociales, además de formar parte del Consejo Político de la UNAB y ser la designada en la firma de la Coalición Nacional.

Mientras que Jerry Urbina Jarquín es miembro de la Alianza Cívica en el municipio de Waslala.

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Urbina denunció que además de que la PO allanó su casa y robó sus pertenencias personales y electrodomésticos, también intimidó a su mamá. La Policía no presentó ninguna orden judicial para realizar este cateo en el que destruyeron aparatos y documentos personales.

“(Los policías) respondieron que era  un cateo, buscando armas, diciendo que tengo AK-47 y otras armas de guerra y documentos ilegales”, denunció Urbina.

“Sin decir alguna palabra, botaron puertas y revisaron cuartos de pies a cabeza, desordenando y dañando algunas pertenencias”, denunció Urbina.

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“Aparte de la agresividad con la que se dirigieron a mi madre y mis sobrinos menores de edad que se encontraban en la casa , al momento de irse amenazaron con torturarme y apresarme”, agregó. Urbina dejó constancia de que “cualquier daño a mi familia recae sobre estos criminales”.

La Alianza Cívica expresó que las reiteradas y recientes violaciones a los derechos humanos, el asedio y ataques a la ciudadanía, a líderes y lideresas “que integran nuestra organización y la invasión de la propiedad privada, evidencian el estado represor y policial en el que vivimos las personas en Nicaragua”.

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