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Benzema anotó el segundo gol del partido y llegó a 19 en Liga. LAPRENSA/CORTESÍA REAL MADRID

Un campeón que termina pidiendo la hora

Y al final el campeón (ya casi) terminó pidiendo la hora, después de emplear una primera parte encantadora. El placer también produce torpeza y atasco

Un Real Madrid de dos caras. Inició con energía nuclear y terminó con apagones constantes, pidiendo el tiempo para conservar los cuatro puntos de diferencia con el Barcelona. La tropa de Zidane se atascó. Lo que parecía un simple bocado tras el 0-2 en tan solo 16 minutos se convirtió en un suplicio. La sensación de control de un día de paseo en la turística ciudad de Granada concluyó en angustia (1-2). “Inconscientemente bajamos la guardia y la intensidad. En vez de ir a buscar el tercero quizá nos conformamos con el resultado”, dijo Ramos siendo autocrítico, sabiendo que habían sido ampliamente superados en la segunda parte, pero cobijados con la suerte del campeón.

Zidane otra vez dejó en el banquillo a Hazard, una estrella de cristal. Empezó con cuatro mediocampistas. Además, Isco y Benzema adelante. Si algo no ha perdido el Madrid es la eficacia. En la primera llegada Mendy abrió el marcador. Un gran desborde del francés batió a Ruiz Silva. Se olvidó del pase a Isco y fue atrevido. La valentía le dio resultado. Ahora el lateral izquierdo le ha amargado el (poco) futuro a Marcelo. Ha hecho explosión de su faceta ofensiva, la cual estaba oculta, y sigue siendo consistente defensivamente. En poco tiempo nadie recordará al brasileño.

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Seis minutos más tarde Modric comenzó una contra letal tras un robo de pelota en el centro de la cancha. Se acompañó con Isco, atrajo la marca de tres oponentes y de taco sin ver a su espalda retornó el esférico al croata, quien encontró adelante a Benzema. El francés hizo el quiebre y soltó una joya de disparo, la cual se estacionó en las redes. Zidane reía, el Madrid reía. La presión había sido machacada.  Se estaba construyendo una goleada, la perspectiva era que los blancos aún no habían mostrado todo el potencial con el parpadeo inicial y ya se sentían a un juego del título de Liga. El desafío no se esperaba que fuera tan sencillo, pero tampoco que ese bebé escondiera el caramelo.

Cuatro minutos de haber corrido el balón en la segunda parte, Darwin Machín hizo pagar caro el error a Casemiro. El brasileño perdió un balón cerca de la media cancha, Ángel Herrera lo recicló y envió un pase a la espalda de Varane. Machín le sacó brillo a su escopeta menos habilidosa: la zurda. Entre las piernas de Courtois se le escapó el récord al belga. Se quedó con cinco encuentros sin permitir goles.  Ese fue el primer campanazo del Granada. A partir de ahí el Madrid entró a cuidados intensivos y Courtois se encargó de encumbrarse haciendo dos atajadas salvadoras. Y al final el campeón (ya casi) terminó pidiendo la hora, después de emplear una primera parte encantadora. El placer también produce torpeza y atasco.

Deportes Real Madrid

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