14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
"Yo veo una juventud bastante manejada y bastante manoseada", LA PRENSA CORTESÍA

“Yo veo una juventud bastante manejada y bastante manoseada”, LA PRENSA CORTESÍA

Jandir Rodríguez: “Basta de comunicados endebles”

En esta entrevista cuenta parte de su historia y de su vena artística que le viene de una banda filarmónica de su familia. Recientemente escribió una carta dirigida a la juventud dentro de la oposición

Cuando se habla con él, se escucha una persona natural y sincera. Desde su exilio en Guatemala, donde trabaja como sacristán y secretario en una parroquia, nos atiende vía telefónica. Llegó a ese país para solo pasar una semana y al final se terminó quedando.

En esta entrevista cuenta parte de su historia y de su vena artística que le viene de una banda filarmónica de su familia. Recientemente escribió una carta dirigida a la juventud dentro de la oposición y hoy reafirma que es necesario escuchar al pueblo y ser humildes.

Dicen que para los artistas esto del confinamiento les viene bien.

En Guatemala, desde el 19 de marzo estamos en cuarentena. Gracias a Dios no he perdido mi trabajo, yo trabajo en una iglesia. Cuando inició el confinamiento estaba de secretario. Redujeron personal y ahora soy sacristán, y me quedé como sacristán y secretario. Pues, de esto estoy sobreviviendo, ya que yo no tengo otra entrada. Antes yo vivía de tocar en restaurantes y en bares, haciendo versiones de otros artistas, pero todo eso se vino abajo debido a la pandemia del coronavirus; también tenía el proyecto de grabar un segundo disco, pero también se vino abajo.

¿Cuáles son sus orígenes?

Yo estudié y viví casi toda mi vida en Jinotega. Luego me metí a estudiar Medicina y comencé a trabajar en otra iglesia en La Paz Centro y viajaba a estudiar a León. Antes de abril de 2018 viajaba de La Paz Centro a Poneloya, donde estaba haciendo mis prácticas ya para terminar la carrera.

¿Y esto de la música de dónde le viene?

Yo nací en una familia de músicos, por parte de mi abuela paterna. Son músicos filarmónicos de muchos años. Entonces, yo crecí en ese entorno y estuve en la banda desde muy pequeño. Luego comencé a tocar piano con uno de mis primos, a partir de los 10 años fue eso, luego a los 15 comencé a cantar en un coro de la iglesia en público, pero me daba vergüenza. Es a los 21 años que comienzo con la inquietud de tocar la guitarra, porque veo que todos los compositores que me gustan tocan la guitarra. Este instrumento lo aprendí completamente de forma empírica.

¿Cómo terminó en Guatemala?

Fue raro. Yo nunca planeé venir a este país. Me invitaron en noviembre a un campamento internacional de cantautores acá en Guatemala, que era organizado por un grupo llamado Amigos del Arte en este país y Naciones Unidas; justo cuando grababa el canto vandálico. Había gente de Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Antes de viajar recuerdo que nos daba miedo salir del país por el aeropuerto, porque habíamos escrito canciones contra la dictadura y eso se lo dijimos a los organizadores. No sé cómo la embajada de Estados Unidos metió una carta y logramos salir. Antes nos hicieron un interrogatorio de una hora, pero al final salimos. El último día del taller llegó un nicaragüense a dar una charla, sin saber que yo estaba ahí y puso la canción Héroes de abril. Ya luego le contaron que el creador de esa melodía era yo y se puso a platicar conmigo.

¿Qué le dijo esta persona?

Me preguntó sobre cómo estaban con las amenazas. Yo estaba en Nicaragua, en San Rafael del Norte, antes yo vivía en La Paz Centro. Entonces le dije que estaba sin trabajo, sin estudios, metido en mi casa. Esa persona fue tajante y me dijo: “Mirá, yo te aconsejo que no regresés a Nicaragua, mañana sale el Canto Vandálico que grabaste y ese será un foco pare perseguirte”. Me dijo que tenían un grupo como refugio y que me iban a ayudar a establecerme. Me dio miedo. Pero yo venía desde que salí de Nicaragua, abierto a agarrarme de cualquier propuesta para quedarme en el extranjero.

¿Por qué?

Ya estaba harto de quedarme en mi casa encerrado. Me llamaban y me escribían diario diciendo que si no me callaba me iban a matar. Por eso, en todo ese tiempo que estuve en San Rafael, dejé de publicar canciones, seguía escribiendo, pero no las publicaba precisamente por el miedo.

¿Recuerda la primera canción que escribió sobre las protestas de abril.

Esa fue “Déjame ser”. Se la dediqué a los jóvenes que hicieron el plantón por Indio Maíz. En resumen, la canción es sobre que los jóvenes tengan voz y voto en la sociedad. Porque recordá que al comienzo a esas primeras protestas no les dieron el valor y las minimizaban solo por ser chavalos.

Después viene “Héroes de abril”, creo que es su canción más conocida.

La compongo el 17 de mayo de 2018. A un mes de iniciadas las protestas. Desde las primeras semanas del estallido andaba en mi cabeza componer una canción, pero nunca me senté a hacerlo. Una tarde en mi cuarto me puse, fue como una manera de explosión en mí. A veces siento que no era yo el que estaba escribiendo.

¿Usted se mira como cantautor o volverá a la medicina?

No creo regresar a la medicina. Estoy estudiando en Guatemala una licenciatura en música en la Universidad Da Vinci y me veo en el futuro trabajando enteramente por la música. Tengo canciones nuevas que he compuesto y no son de la lucha cívica. Son varias canciones de amor. Me gustaría que en el futuro este tipo de educación se ofreciera en las universidades públicas, pero debo decir que esto no es un pasatiempo. Es una carrera profesional.

Con este deseo de querer dedicarse a la música, ¿no le da miedo que la gente lo encasille o solo lo recuerde como el chavalo que escribió “Héroes de abril” y ya?

Sí, de hecho, lo he hablado con varios amigos de que no quiero ser recordado simplemente por “Héroes de abril”. Estamos claros de que es una canción importante y me he dado cuenta que va a trascender los años y me va a trascender a mí mismo. Además, es una canción que me va a perseguir, no es una persecución negativa, vaya a donde yo vaya me van a pedir que cante esa canción, eso es un hecho. Pero yo sé que tengo muchas cosas más que contar y que eventualmente sacaré canciones que a la gente también le gustará.

En una carta que leyó recientemente pedía una oposición seria, formal, unida, humilde y que hiciera autocrítica. Usted se dirigió especialmente a los jóvenes.

Yo veo una juventud bastante manejada y bastante manoseada. Como decía Silvio Báez, esta no es la Alianza que se formó a inicios de abril. Este no es el grupo con aquella llamarada joven. Si ves, ya no están varias de esas voces, y era una voz que se habían ganado y realmente se impusieron como una juventud fuerte y que los empresarios y los campesinos tomaban en cuenta y seguían. Ahora siento que a partir de ahí ha venido un manoseo. Los que se quedaron son voces que han sido manejadas por los empresarios y por otras personas que están ahí, y hasta por partidos políticos que se quieren meter en la oposición, cuando ni siquiera en abril cuando estuvo lo bueno se presentaron ahí. Hay muchos intereses particulares en la Alianza, en la UNAB y en la Coalición que ha secado la voz de los jóvenes y los han reducido a ser simplemente una imagen que acata órdenes.

¿Qué siente cuando la Alianza, la Unidad Nacional o la Coalición lanzan un nuevo comunicado?

Ahora ya me da risa. Pero no es una risa de burla sino de indignación, frustración, decepción y desesperación. O sea, nosotros ya llevamos casi dos años fuera del país y a mí me hace falta mi familia. A pesar de que yo nunca he padecido de hambre aquí, pero me ha costado ganarme mi espacio y mi trabajo y no me he muerto de hambre, pero sí estoy pensando en las personas que están pasando por situaciones muy difíciles. Gente que duerme en las calles, que no tiene que comer, ni tiene trabajo y tiene familia, y sumarle que ahorita estamos en una pandemia. Si a la gente de estos países les afecta la pandemia, ahora a un exiliado. Entonces es decepcionante cómo juegan con la dignidad y la paciencia del pueblo. Por eso escribí esa carta, a como decimos nosotros, para jalar las orejas. Ya basta de comunicados endebles y de acciones que nada que ver, de peleas absurdas, de descalificaciones de unos a los otros.

¿Qué propone?

La desobediencia civil es algo que se ha venido pidiendo a la Coalición, la Alianza y la Unidad Nacional desde hace mucho tiempo. Que implementen planes de desobediencia civil para ejercer presión desde dentro. Nosotros no podemos vivir a expensas de lo que diga Estados Unidos, de lo que diga la ONU o la OEA. Nosotros también tenemos el deber de ejercer presión sobre la dictadura y eso se llama desobediencia civil. Cualquier acción, como no pagar impuestos, paro nacional o lo que sea golpea a la dictadura, porque sigue viviendo de los impuestos. El ejemplo de Bolivia, que puso el bienestar del pueblo por sobre el bienestar económico, y eso en Nicaragua no se hace, porque hay personas que no quieren que esto se haga.

En su carta, usted le recuerda a la oposición que la lucha no es por el poder, sino por la libertad y la democracia. ¿Se han olvidado estos dirigentes de lo verdaderamente importante?

Por supuesto que ya se les olvidó. Desde el momento que mirás que los dirigentes que estaban al inicio no son los de abril. Las caras jóvenes las ponen solo para que digan que hay jóvenes ahí, pero no tienen ni voz ni voto en esa Alianza. No toman decisiones, no ponen las ideas, y estoy seguro de que las ideas de los jóvenes no son las de estos empresarios que se han adueñado de la lucha. Así de claro te lo digo.

Si estos empresarios manejan a su gusto a los jóvenes, ¿qué cuota de responsabilidad tienen estos muchachos en eso?

También tienen culpa, por supuesto que sí. Tienen culpa porque han dejado manosear su convicción, sus ideales y el ideal de tantos jóvenes que se han lanzado a las calles, y que confiaron en ellos como representantes en algún momento y que han sido traicionados. Yo nunca estuve en ninguna organización, yo siempre estuve muy aparte, pero muchos chavalos confiaron en ellos como líderes. Pero de ahí a dejarse manosear sus ideales y convicciones, creo que son una gran decepción, sobre todo para esos que confiaron en ellos.

Pongo un ejemplo: Un fanático sandinista le dispara en la cabeza a una persona por gritar una consigna. ¿Ese radicalismo que a veces se respira en las redes sociales ahora está presente en la vida real?

Es parte de la misma frustración de la gente. La gente ya está harta de esa frustración. A mí me da miedo que la gente cambie el discurso de la no violencia, por ejemplo. Vos sabés que un pueblo con hambre es un pueblo que está dispuesto a cualquier cosa con tal de defender a su familia. En cuanto al ejemplo que pusiste, eso es resultado de la impunidad que impera en Nicaragua. En nuestro país ahorita no hay leyes. Es increíble, hubo mucha gente que quedó armada, el otro día miré un video horrible de un asalto en Managua, espantoso. Eso pasa todos los días en Nicaragua, lo que pasa es que las noticias no se dan abasto para cubrir todo, pero es el resultado de la impunidad que hay en el país desde que la dictadura decidió armar a tantas personas.

Hay personas que supuestamente son “azul y blanco” que se encargan de amenazar muy al estilo sandinista a los opositores. ¿Le ha pasado?

Sí. Hay de todo en esto. Radicales de izquierda, radicales de derecha, que si vos ponés un pensamiento progresista vienen los de derecha y te dicen cosas y te comienzan a llamar “zurdo”, “progre” y otros adjetivos para descalificarte, y si lo hacés del otro lado, igual te atacan. Creo que todo eso también tiene que ver con la frustración. Lo primero es salir de la dictadura, separar todos los poderes del Estado y que luego se haga un referéndum, para que sea la gente la que decida.

¿Usted iría a votar con reformas electorales y bajo una dictadura?

Antes de hablar de elecciones, creo que hay que hablar sobre liberaciones de presos políticos. Sobre retornos de exiliados. Y hay que hablar sobre el voto de la diáspora fuera del país. Creo que se debe tomar en cuenta este sector grande de personas. Teniendo un sistema electoral confiable y diferente y que no esté manejado por la dictadura, con observación internacional. A la dictadura, con el ojo puesto sobre unas elecciones, le va a costar mucho robárselas. Con esas exigencias creo que se podrían hacer unas elecciones confiables. Pero lejos de todo eso creo que no. Otra cosa que quiero mencionar es que Daniel Ortega no va a renunciar, ni por presiones, solo por elecciones, porque es una dictadura electoralista, implantada, ayudada por la oposición que le hizo el juego. Ellos quieren mostrar que fueron elegidos legítimamente.

En una de las partes más fuertes de su carta, daba a entender que la gente podía llegar a odiar a la oposición si no había cambios.

Sí, ese es un odio que va creciendo. Bueno, quizás ahorita no sea un odio, pero sí un resentimiento profundo. Hay gente que le da asco escuchar tantos comunicados, acciones endebles y palabrerías que no llevan a ningún lado. Cosas que no abonan en nada, ni aportan en nada, que no sirven pues, esa es mi palabra como exiliado y como ciudadano, ese es mi sentir y yo sé que hay muchas personas que sienten lo mismo.

¿Si tuviera de frente a los dirigentes jóvenes, qué les diría?

Simplemente un recordatorio para ellos, que se acuerden por qué están en ese espacio, por qué están en una silla representando a una juventud. Que recuerden también si estuvieron atrincherados, si estuvieron en algún tranque o en algún momento de riesgo, que recuerden ese momento y que todo ese dolor y esa frustración, y eso que le hicieron a tantos jóvenes y a ellos, sepan conducirlo en acciones para el país y también que tengan una voz fuerte y una voz decidida. Que sepan decir que sí cuando es sí y no cuando es no. Ya estamos hartos en Nicaragua de líderes servilistas por dinero o intereses personales. Inteligencia les sobra; creo que si a esa inteligencia le sumás fuerza y convicción, creo que van a ser una oposición joven infranqueable, fuerte y digna, principalmente.

¿Ve cercano su retorno a Nicaragua?

Si las cosas siguen como están, obviamente que la veo lejana y difícil. Me da mucha tristeza decirlo, pero es la verdad. No puedo regresar a Nicaragua si no hay garantías para los exiliados, porque al final yo soy un exiliado más, solo he hecho canciones y eso no me hace diferente a los demás. A cualquiera que regrese lo pueden perseguir y le pueden hacer cualquier cosa. Y yo no estoy exento de eso. Y no voy a regresar a Nicaragua a meterme debajo de una organización, para que me anden cuidando las espaldas, porque no es mi estilo y no es lo que yo quiero para mí. Siempre he sido independiente y he dicho lo que pienso. Yo no soportaría que me impongan lo que tengo que decir o lo que tengo que pensar.

¿Habrá alguna canción más para Nicaragua?

He estado escribiendo, pero estoy alejado de esa temática. Uno no busca las canciones, las canciones lo buscan a uno, aunque suene muy romántico. Yo no soy de escribir canciones forzadas.

***

Plano Personal


Jaime Jandir Rodríguez Centeno nació en San Rafael del Norte, Jinotega, el 5 de septiembre de 1993.

Cuenta que se enteró de las primeras protestas de abril por medio de Twitter, red social que utiliza como periódico.

Junto a otros compañeros de la facultad de ciencias médicas de León, se puso de acuerdo para realizar uno de los primeros plantones el 19 de abril de 2018 frente al hospital de León.

Le gusta el futbol, deporte que practicó hace tres años.

Le encanta la trova y un libro que le fascina es “Así habló Zaratustra”, de Friedrich Nietzsche.

Confiesa que le gustaría vivir en Florencia y de pequeño le decían Chamín.

Primero quiso ser maestro y luego médico.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí