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Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, junto al jefe del Ejército de Nicaragua, general Julio César Avilés. LA PRENSA/Tomada de la página web oficialista El 19 Digital

Ejército de Nicaragua llega a su 41 aniversario bajo la sombra de la dictadura

Este 2 de septiembre, el Ejército de Nicaragua celebra el 41 aniversario de su fundación y según sus críticos "está más solo que nunca"

El Ejército de Nicaragua cumple este miércoles 2 de septiembre 41 años de fundación, en un momento que está bajo la dirección de un comandante en jefe sancionado y que ha sido nombrado por tercer período consecutivo en el cargo por el dictador Daniel Ortega.

El general de Ejército Julio César Avilés Castillo, jefe del Ejército de Nicaragua, lleva 10 años en ese puesto y el pasado 21 de enero fue prorrogado para un nuevo período de cinco años, que cuando termine sumarían 15 años en el cargo.

Este 2 de septiembre, el general Avilés presidirá el acto de conmemoración del 41 aniversario de fundación del cuerpo castrense, con el peso de una sanción de Estados Unidos cuyo Departamento del Tesoro lo señaló de estar “alineado políticamente con el presidente Ortega”, y por “negarse a ordenar la inhabilitación y el desmantelamiento de las fuerzas paramilitares o parapoliciales durante y después de los levantamientos políticos que comenzaron el 18 de abril de 2018″. 

Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, junto a los generales de la comandancia general del Ejército de Nicaragua: el comandante en jefe, general Julio César Avilés; el jefe del Estado Mayor, mayor general Bayardo Rodríguez, y el inspector general, mayor general Marvin Corrales. Foto tomada de El 19 Digital

“El Ejército llega a esta conmemoración más solo que nunca”

El general en retiro Hugo Torres, miembro del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), valoró que quedó atrás la imagen que se venía cultivando de un Ejército profesional, apolítico y respetado. Y ahora, este momento quedará para la historia de otra dictadura en Nicaragua, que utilizó al Ejército como un sostén de su poder.

“El Ejército llega a esta conmemoración más solo que nunca. Alejado de la población a la cual se debe y la cual le guardó en años no tan lejanos respeto, reconocimiento y hasta cariño por el papel que el Ejército venía jugando de manera profesional, por la salvaguarda de los intereses de esa población. Hoy, la realidad ha cambiado drásticamente y por eso se cuestiona fuertemente que aparezca junto a Ortega y la señora Murillo, porque la lectura que se hace es de una clara identificación política de esa pareja que usurpa el poder”, dijo Torres.

En 2018 estallaron las protestas civiles por una causa social que luego se convirtió en una demanda de la salida de Ortega y su esposa del gobierno. Aún así, Ortega y Murillo lograron retener el poder a punta de ataques armados de parte de la Policía Orteguista y de simpatizantes sandinistas que no dudaron en disparar contra ancianos, niños, mujeres, hombres y jóvenes desarmados.

Ortega argumentó que estaba luchando contra un intento de golpe de estado que nunca ha podido demostrar. Más de 320 murieron por la represión armada, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En los primeros meses de las protestas civiles, el Ejército intentó desmarcarse de la represión. En un comunicado del 12 de mayo de 2018, el Ejército manifestó que nunca empuñaría sus armas contra el pueblo. Sin embargo, cuando fueron difundidos videos en los que se veía el uso de armas de guerra en las operaciones de represión y ataque contra los manifestantes, opositores aseguraron que los militares participaron en la masacre; pero el Ejército ha sostenido que sus armas nunca fueron utilizadas en esas operaciones.

Torres señaló que “al Ejército se le acusa haberse hecho de la ‘vista gorda’, de no haber acudido al llamado de auxilio de la población cuando estaba siendo masacrada y se le acusa de que algunos de sus miembros, disfrazados de policías o paramilitares, participaron de la represión”.

Ejército ha negado cualquier involucramiento

El Ejército negó y sigue negando el involucramiento en la represión y ha calificado las acusaciones que se le han hecho en las redes sociales como “informaciones calumniosas soportadas en la manipulación de imágenes falsas”. Además, mantiene su argumento de que sus armas en ningún  momento fueron utilizadas en las “”operaciones limpieza de la dictadura.

En noviembre de 2018, el asesor senior y experto en armas y municiones del equipo de crisis de Amnistía Internacional, Brian Castner, presentó un informe sobre las armas de guerra utilizadas en Nicaragua para reprimir las protestas de los ciudadanos contra la dictadura, en el que aseguró que se utilizaron siete tipos de armas de guerra en este conflicto, lo que explica la enorme cantidad de personas muertas en el bando de los manifestantes, muchas de ellas ejecutadas por francotiradores con fusiles de largo alcance y alta precisión.

Sin embargo, también algunas unidades especiales de la Policía Orteguista utilizan armas de guerra y fusiles de alta precisión.

Lea También: Paramilitares exhiben armas de uso exclusivo del Ejército de Nicaragua

“Todavía hay esperanza para el Ejército”

En sus más recientes apariciones públicas, Ortega se ha hecho acompañar por el alto mando del Ejército, además de la Policía, lo que para los críticos es un claro mensaje para hacer ver que “el ejército está conmigo”.

“El Ejército, la Policía y las fuerzas paramilitares son para Ortega su base fundamental de sostenimiento del poder. Y como tiene como único recurso la represión, estas instituciones se vuelven claves para él. La economía está destruida, su propia base económica está golpeada, su base política reducida a la mínima expresión”, valoró Torres.

Pero aún con todo el desprestigio que arrastran las fuerzas armadas, Torres cree que esa institución aún está a tiempo de rectificar, porque, según consideró, el descrédito no es del órgano, sino de sus dirigentes, lo cual no es el caso de la Policía, señaló el militar en retiro.

“Yo todavía guardo la esperanza de que esta institución (Ejército) en algún momento, su oficialidad reaccione y trate de salvar a la institución, porque sino, desgraciadamente, en el futuro, cuando cambie todo esto, cuando ya no estén Ortega y Murillo usurpando el poder, y se vuelva al cauce de la democracia y del fortalecimiento de las instituciones, la población se podría preguntar ¿para qué tener Ejército?”, dijo Torres.

Ejército debió ser abolido, opina analista

Para el analista político y ex diputado, Eliseo Núñez Morales, el Ejército debió ser abolido desde 1990, con el triunfo electoral de Violeta Barrios de Chamorro, porque considera que ahora se está pagando las consecuencias de ese error. Los cimientos del actual Ejército de Nicaragua fueron las fuerzas sandinistas que enfrentaron a la dictadura somocista, por eso es que Ortega recuerda constantemente sus raíces al cuerpo militar, de acurdo a Núñez

“Definitivamente estamos pagando un voto de confianza que nunca debió habersele dado a estos oficiales sandinistas, que nunca entendieron que el país es de todos y que siguen creyendo que el país es solo de ellos, y que los demás somos ciudadanos de segunda categoría”, valoró Núñez.

El analista manifestó que ya no hay duda de que el Ejército es un instrumento partidario de los sandinista, sin independencia ni credibilidad.

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