René “el Gemelo” Alvarado es un boxeador consciente de sus imperfecciones. Solo los Supermán del boxeo llegan inmaculados. Alvarado dejó mucha sangre y cicatrices en el camino hacia el pináculo de su carrera. Una de sus tareas pendientes es mejorar su defensa, su entrenador trabaja en ello y sobretodo, el propio peleador es su principal crítico. Por más halagos que le puedan hacer de su coraje, valentía y constancia de golpes, no pierde la cabeza. El núcleo de poder en el Gemelo es su entrenamiento sin fisuras, colmado de todo lo necesario y una fábrica de oxígeno ilimitada. Es ahí la razón por la cual sacrificó a su familia para extender su reinado en las 130 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
“Aquí estamos más concentrado en lo que hacemos, respiro boxeo, como boxeo y duermo con el boxeo”, indica Alvarado, brindando declaraciones gracias a la ayuda de su apoderado Carlos Ruiz, quien lo acompaña. “Si existe una parte en la que debo seguir trabajando sin descanso es en la defensa, soy un peleador que voy hacia adelante y eso provoca que reciba más golpes y buscamos como mejorar. Causar el mayor daño posible con el mínimo hacia nosotros”, explicó el joven pugilista.
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En el apartamento en Las Vegas lo acompaña además de su apoderado, su entrenador Sergio González y su hermano, campeón de las 108 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), Félix Alvarado. “Aquí el clima es medio raro, por la tarde es caliente y en las mañanas muy helado, totalmente diferente al de Nicaragua, pero nos estamos adaptando y en los guanteos los muchachos del gimnasio me exigen mucho por la rapidez con la que sueltan los golpes. No puedo estar más contento”, agregó.
Cuando le pregunto sobre a qué otro Alvarado va enfrentar su rival Róger Gutiérrez tres años después del primer enfrentamiento, indicó: “De más experiencia. He ido creciendo y sabemos que el rival también y no esperamos una pelea fácil, cuando una va cómo retador busca arrebatar el cetro a toda costa, por eso debo cuidarme. Por el hecho de ser ya campeón mundial no significa que he dejado de aprender”.
Su entrenador, Sergio González, mantendrá el mismo entrenamiento que venían haciendo en Nicaragua. “Seguiremos igual, lo que me llama la atención son los guanteos, hay boxeadores interesantes que me agradan. Corremos por las mañanas unos 10 kilómetros, luego volvemos a la casa se desayuna descansa y hacemos la sesión de gimnasio”, relató González.
Sobre cómo espera que sea el combate señaló: “Nunca hemos dicho que vamos a noquear. Siempre hacemos el trabajo viendo round por round y el nocaut sale cuando menos lo esperas”, concluyó.